- Cap. 40 -

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Aunque Lewis estaba muerto, este juicio me hacía sentir un peso más grande que el anterior y creo que simplemente era porque ahora, están culpando a Olivia de la muerte de ese psicópata, no creen la historia del suicidio, pero no me permitían salir en su defensa y decir que fuí quien lo mató, después de todo no era mentira.

Entré a la sala, tenía todo el jurado frente a mi.

— No tengo mucho para decir, mi equipo lo vió y yo también, cuando entramos Lewis estaba vivo y cuando fuí a por él ya estaba muerto ¿Las huellas de Olivia están en el arma? Si, porque él la obligó a jugar a la ruleta rusa, cuando nos vió llegar, entre el humo, se suicidó, la historia es simple

El abogado me hizo varias preguntas, se mostraba agresivo e intimidante pero en ningún momento perdí la tranquilidad ni seguridad.

Al final de todo, gracias a mi y el hombre que estaba de capitán temporal en la UVE, el jurado dejó libre a Olivia.

— Tengo la tarde libre ¿Tienes algo para hacer? — preguntó mientras entramos al ascensor

— Si, tengo que ir al hospital para que me den el permiso de volver al trabajo

— Creí que ya te habían avalado de Chicago

— Si pero necesito el del médico de confianza de la federación

— Estabas trabajando cuando fuiste a por mi, pero no tenías el permiso médico oficial ¿Eso no te traerá problemas? — preguntó

Sonreí y la detuve mientras bajamos las escaleras, hace algo de frío y una ráfaga de viento se dedica a cubrir su rostro con sus cabellos. Cuidadosamente acomodé su cabello detrás de su oreja y besé su frente.

— Puedes estar tranquila que no van a despedirme, se defenderme ¿Si?

Ella sonrió, poniendo sus manos en mi cintura con la excusa de que estaba acomodando mi abrigo.

— Gracias por arriesgar tanto por mi — dijo con una sonrisa tímida

— Lo hice más de una vez y lo haré hasta que alguna me mate — contesté

Se vió algo molesta por el comentario pero no la dejé reprochar, callé sus quejas con un beso.

— ¿Quieres acompañarme al hospital? — pregunté

Puso los ojos en blanco sin perder la sonrisa.

— Vamos — contestó entrelazando su brazo con el mío

. . .

— ¿Voight? — preguntó el doctor

Me levanté de la silla y detrás de mi Olivia. Ya me habían revisado y nos acercamos al hombre para escuchar los resultados. Benson tomó mi mano y ante ese acto tan pequeño pero tan significativo en un momento así, no pude evitar verla.

— Soy yo — dije finalmente

Estrechó mi mano y se presentó.

— Julieta, estuve analizando tus pruebas... y todo tu avance, todo parece estar en su lugar, mis compañeros no vieron nada que ponga en peligro su salud así que aquí tiene — me extendió unos papeles, podía sentir un alivio enorme — Puede volver a la acción

— Muchas gracias doc — dije sonriendo mientras volvía a estrecharle la mano

Salimos del hospital, entramos al auto y la llevé hasta su casa.

— ¿Segura que no quieres entrar? — preguntó por decimoquinta vez

— Liv, ya lo hablamos, tienes que descansar — contesté

— Descansaré mejor si me acompañas

Mi boca se abrió pero de ella no salió ninguna palabra, siempre que dice cosas así me es difícil contestarle algo coherente.

— Está bien, tu ganas — contesté y aparque el auto

Subimos a su departamento, es relativamente espacioso y se ve cómodo.

Me invitó a sentarme en el sofá y eso hice, entró a otra habitación, volviendo al poco tiempo con otra muda de ropa puesta. En el momento que intentó sentarse a mi lado, me moví para quedar debajo de ella, ya teniendola sobre mis piernas abracé su cintura escuchando por lo bajo su risa.

Con una sonrisa en el rostro, besé su mejilla, asegurándome de tenerla bien sostenida, nos tiré a ambas en el sofá, dejándola descansar sobre mi.

— Haces de los momentos más simples, algo bonito, algo que recordar — dijo devolviendo el beso en la mejilla

— Tengo la motivación perfecta — conteste sonriendo

Nos besamos, su cuerpo poco a poco fue acomodándose con más confianza sobre el mío y sus manos estaban perdidas entre mis cabellos. Podía sentir como la temperatura comenzaba a elevarse, en un momento de atrevimiento deje mis manos bajar hasta su trasero, apretándolo levemente. No me arrepentí, eso solo la hizo soltar un gemido en medio del beso, el cual poco después separé para dedicarle tiempo a su cuello, subí mis manos hasta su cadera y las metí debajo de su camiseta.


Repentinamente se levantó, exaltada mirando hacia los costados. Con preocupación me levanté detrás de ella, la castaña solo se alejaba.

— No me toques, déjame — dijo sin verme

— Liv ¿Que sucede? — pregunté

— No quiero que me toques ¡No! — gritó

— Esta bien, no voy a tocarte si no quieres, no haré nada que no quieras — aseguré, tenía las manos levemente levantadas en una señal de que no  buscaba problemas — ¿Puedo acercarme?

Me miró de reojo, espero unos segundos y luego asintió, me acerqué lentamente, abrí mis brazos y la mire directamente.

— ¿Puedo? — volví a preguntar

— Si.. — contestó en voz baja

Con cuidado la abracé, estaba un poco tensa al principio pero luego se calmó.

— Perdón si hice algo que no debía — susurré

— No, discúlpame a mi, no tenía por qué actuar así

— ¿Qué fue exactamente lo que pasó? — pregunté

— No fue tu culpa, no hiciste nada malo solo que.. me hizo pensar en Lewis.. me llevó de nuevo a ese lugar y por un momento podía sentir sus manos sobre mi de nuevo, fue.. repulsivo..  — explicó

Acaricié su cabello y besé su cabeza.

— Nunca haré algo que no quieras — aseguré

— Lo sé y no quiero te sientas culpable por esto, al contrario te hice llegar a este punto y ahora no puedo terminar lo que empecé — levantó su mirada

Dejé un corto beso en sus labios

— Pasaste por un momento horrible Liv, eres una sobreviviente y no puedo pedirte que olvides todo de un día para otro, será a su tiempo, no importa cuánto necesites aquí estaré para ti

Ella sonrió, besó mi mejilla y volvimos al sofá, se acurrucó junto a mi, puso uno de esos programas de entretenimiento y así quedamos un tiempo largo.

Cuando se durmió apagué el televisor y me mantuve en silencio, acariciando su cabello hasta dormirme también.






































































Soy Olivia Benson, un gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora