Soy Olivia Benson, un gusto

- Cap. 25 -

23:50 recibí dos mensajes

💬 Olivia

¿Estás libre?

💬 Isobel Castille

Ya terminé ¿Aún estás despierta?

Creo que nunca en mi vida me había sentido tan presionada en mi vida. Pero en realidad lo tenía claro.

Lo siento Liv, estoy por verme con alguien ¿Necesitas algo?

No, no es nada importante, que tengas linda noche

Preferí no contestarle, ya me sentía algo mal por ella.

Te dije que iría, así que aquí estoy ¿Ya sabes a dónde quieres ir?

Si
📍 Ubicación
Te espero

Ahí voy.

Ya me había cambiado, me puse un pantalón de vestir negro al igual que los zapatos, una camisa blanca con los botones de arriba desabrochados.

Me puse el cabestrillo para sostener mi brazo masacrado ya como 4 veces, no suelo usarlo pero me iban a matar si no lo hacía.

— ¿Vas a salir? — preguntó Fin al verme

— Si, me veré con alguien

— ¿Te pido un taxi? ¿O quieres que te lleve?

— Conduciré Fin, iré con cuidado

— Avísame cuando llegues a dónde sea que vayas

— Así será — dije tomando las llaves del auto y de la casa

Fueron 15 minutos de casa hasta el bar donde está Isobel.

Al llegar la ví sentada junto a la barra, con el pelo peinado en pronunciadas ondas y un vestido azul y sencillo.

Me acerqué a ella, saludandola con un beso en la mejilla.

— Buenas noches señorita Castille — dije sonriendo mientras me sentaba a su lado

— Buenas noches Tutuola — contesto ella sonriendo

— Dime Julieta fuera del trabajo por favor, o bueno, July si lo prefieres — pedí

— Está bien July — dijo haciendo énfasis en mi nombre

Llamé al bartender, pedí una cerveza, ella pidió un whisky.

— ¿Sueñes invitar muy seguido a tus agentes a tomar un trago? — pregunté mientras apoyaba mi brazo ileso sobre la barra.

— Solo si lo merecen — contesto ella sonriendo mientras le daba un sorbo a su trago

Imite su acción, me quite el cabestrillo para acomodarme mejor apoyando mi espalda en la barra mientras miraba a gente bailar en la pista, más que un bar, era un club.

— ¿Cómo está tu brazo? — preguntó la mujer a mi lado

— Bien, solo me puse el cabestrillo porque si no Fin me mataría antes de llegar aquí — contesté — no sé si ya es costumbre o que pero aprendí a convivir con las heridas de bala