Una noche como cualquier otra, la enfermera estaba leyendo un libro de poesía a Julieta. Desde aquel día comenzaron muchos estudios para saber como estaba absolutamente todo en Julieta, físicamente y mentalmente.
- ¿Puedes repetir ese último?
El silencio se apoderó de la sala por unos segundos, la enfermera estaba completamente perpleja, tanto que consideró la opción que fuera solamente su imaginación. Releyó para si misma el último poema antes de hacerlo en voz alta
- Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. - comenzó diciendo, pero no fue ella quien lo terminó
- "¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor." - concluyó Julieta - Gustavo Adolfo Bécquer, que buen escritor - agregó
La enfermera, cuya dedicación y cuidado habían sido inquebrantables durante todo ese tiempo, se sorprendió tanto que casi no pudo creer lo que había escuchado. Sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría y asombro mientras observaba a la paciente en coma.
- ¿Estás de regreso? - preguntó mientras se levantaba de su silla
- ¿Alguna vez me fui realmente? - preguntó Julieta y una sonrisa apareció en su rostro - ¿Puedes apagar las luces? me siento en la necesidad de abrir los ojos pero así no creo que pueda
Las luces se apagaron, exactamente tres años, 11 meses y 20 días hicieron falta para que Julieta pudiera abrir sus ojos con conciencia propia nuevamente.
- Bienvenida - dijo la enfermera - iré a buscar al doctor
- ¿Puedo pedirte algo antes de que salgas de aquí?
- Claro
- No llames a nadie, no busquen a nadie, no quiero que nadie se entere, no aún, por favor
- Entiendo..
Julieta quedó a solas en la sala
Narra Julieta
Despertar de un coma es una experiencia singular que, de alguna manera, es difícil de describir con precisión. Cuando estaba en el coma, mi mente estaba en un estado de oscuridad total, sin conciencia de mi entorno ni de la realidad que me rodeaba. No había sueños, pensamientos ni sensaciones físicas. Era como estar atrapado en un abismo sin fin, sin percepción del tiempo.
Luego, un día, de repente, empecé a sentir que algo estaba cambiando. Fue como si una brizna de luz comenzara a atravesar esa oscuridad profunda. No sé si fue un proceso gradual o un evento repentino, pero poco a poco empecé a tener la sensación de que estaba emergiendo de ese abismo.
Al principio, todo era confuso y borroso. Mis sentidos estaban abrumados, y la realidad era difusa. Los sonidos eran distantes y extraños, y las luces eran intensas y brillantes. Mis músculos estaban débiles, como si no hubieran sido utilizados en mucho tiempo.
La voz de las personas a mi alrededor se convirtió en mi ancla. Escuchar voces humanas, aunque no pudiera comprender lo que decían al principio, fue reconfortante. Me di cuenta de que había alguien cuidando de mí, aunque no sabía quiénes eran.
Al principio distinguía varias voces, aun cuando me sentía en el fondo del abismo, pero sin tener la mas mínima percepción del tiempo, pude notar que con este las voces dejaron de sonar, no sabía si era mi culpa o la de ellos pero para cuando empecé a sentir mi regreso, solo una voz se sentía, la de la enfermera.

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Soy Olivia Benson, un gusto
CasualeUna joven oficial con un pasado difícil, un presente firme y un futuro muy prometedor. Una sargento con una vida difícil, muy dedicada a su trabajo. Dos mujeres con pasado difícil, muy trabajadoras y buenas oficiales. ¿Pasara algo cuando se encuentr...