Brock。
Cuando Isis se va a dormir, dejo mi teléfono en vibrador. No por ella, que en ocho años se ha despertado en la noche solo cuando está enferma, sino por la paz, para que todo esté en silencio en mi casa. Mi teléfono está vibrando repetidas veces mientras estoy cepillando mis dientes. Lo busco en mi cama para ver qué pasa luego de escupir la pasta de la boca. Tengo ocho mensajes de Cole:
Cole: Te
Cole: vas
Cole: a
Cole: mo
Cole: rir
Cole: de
Cole: a
Cole: mor
Entonces suena el timbre de la casa. Dejo mi cepillo de dientes en el baño y me enjuago la boca antes de ir a atender.
—¿Quién? —pregunto.
—Ay, perra, soy yo, ábreme.
Me imagino a Cole mirando el chat de nuestra conversación, esperando que sus mensajes aparezcan leídos para tocar el timbre.
—Te vas a morir —me advierte con entusiasmo adentrándose por el vestíbulo. Cierro la puerta y lo sigo—. Ay, amiga, cásate.
—¿Eh?
—Si no te apareas tú con este papi lo haré yo.
—¿Me das contexto?
—Sí, mira.
Cole espera que me acerque a él para encender la pantalla de su celular.
—Alguien le sacó fotos y las subieron a las redes. Este papito no es cualquier hombre, eh, es un conocido millonario que hace obras de artes en tu piel y los fans están vueltos locos preguntándose quién es la criatura que lo acompaña.
No puedo creer lo que estoy viendo. Tomo el celular para acercarlo a mis ojos. En todas las fotos está Mats caminando con mi hija sobre sus hombros mientras ella disfruta de su helado favorito y un globo rosa flota sobre su cabeza, solo cambia el ángulo y el paisaje, quien lo acosó lo siguió todo el camino.
—¿No te emociona? —me pregunta Cole.
—¿Qué tiene esto de emocionante? Ya sabía que iría por mi hija a la escuela. Que la haya subido a sus hombros no... no es para nada emocionante.
—Ay, perra, ¿no tienes corazón?
Sí, lo tengo, por eso lo protejo.
El sábado al levantarme, me estreso al recordar lo que se viene. La compañera de Isis, Rafaela, ha molestado a mi hija por días para que me diga que le dé permiso de venir. Isis le explicó que permiso tenía, pero debía esperar hasta este sábado porque el anterior tenía que irse con su abuela. Amo a mi hija y aun si pudiera cambiar el pasado, volvería a quedar embarazada de ella, pero, no me gustan los niños. Isis es la única niña que soporto. La he criado de una manera que no me exaspere, por eso mi hija pide las cosas y entiende que no siempre se le va a dar lo que quiere. Por eso no patalea ni corre por la casa tirándolo todo, pero otros niños no son así. Si Rafaela me saca de quicio, gritaré, no sé lidiar con niños que no me obedecen.
Le sirvo el desayuno a Isis y me doy un baño para luego vestirme con un pantalón blanco que se ajusta a la altura del ombligo y para arriba un top amarillo canario. Me ha pasado que las mamás de las compañeras de Isis, especialmente las de más edad o las que tenían mi cuerpo y lo perdieron en el embarazo, me miran cuando visto así y me odian por dentro mientras por fuera sonríen. Luisa, la madre de Rafaela, entra en esas dos categorías y yo hoy he elegido el camino de la guerra porque me molesta recibir niños en mi casa.
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Sol en invierno - Pronto se irá a BORRADOR
Romance✨-No es para nada un Sol en invierno, ella es un sol y punto, intenso, ardiente y necesario✨ 🏆 GANADORA en los premios Submarino 2K23 // MEJOR ESCRITA categoría Romance (19/07/2023) -☆ Ella y su hija están traumadas con los hombres. -☆ Él es la d...