Sol en invierno - Pronto se irá a BORRADOR

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Brock｡

No se explica el dolor que produce perder a una madre. Solo los hijos sabemos cuán valiosa era su vida para nosotros. Solo los que han perdido a sus madres pueden entenderme y, los que aún tienen a su madre a su lado, disfrútenla, no necesitan saber cómo esto duele.

Siento que... no sé hacer nada, ni siquiera respirar. Me siento como si siempre hubiera oído la voz de mamá susurrándome en las mañanas al despertar <<ya debes levantarte, tienes el tiempo justo para no llegar tarde a ningún lado; báñate; lávate los dientes; ponte guapa porque te amas; despierta a Isis; desayunen juntas; caminen a la escuela; conduce a tu trabajo; haz lo que te enseñaron; come; ve por tu hija; vayan a casa; piensa; sueña; ten metas; enciende el televisor, va a empezar tu telenovela; ama tu vida, porque es la que te hiciste con tu esfuerzo y determinación; eres valiente; es hora de la leche de Isis; a dormir; no olvides descansar y dormir plácidamente>>

Bueno, ahora la voz de mamá no está y llevo tres días despertándome por la alarma de mi teléfono, solo que ya no sé cómo proseguir. No he llevado a Isis al colegio, renuncié a mi trabajo por teléfono. Ni siquiera le preparé su funeral, dejé que Cole se encargara, James y Mats le ayudaron en todo. No pude hacerlo yo, no puedo hacer nada si no es mamá quien me susurra al oído mi siguiente movimiento. Me rendí hace muchos años al entender que sólo de mi hija y de mi madre era cien por ciento dependiente, ahora estoy pagando por ello.

Me impresiona la cantidad de personas que acuden al entierro, siempre he sabido que mi madre era amada por demasiada gente, pero no tuve noción de la cantidad exacta hasta ahora, que lo estoy viendo. Isis, abrazada a mi cadera, gimotea débilmente, ya no tiene fuerzas para llorar más, yo, en cambio, tiemblo, estoy cubriéndome la boca con una mano, sé que de ahí saldrían alaridos agónicos. Hasta el cuello tengo empapado por estas lágrimas que no cesan.

Siento que esta pena será eterna.

Hace tres días, cuando fuimos a la morgue a reconocer el cuerpo, le pedí a Mats que no me diera ni una sola palabra de consuelo. No existen, y las que diga, solo estorbarán, las sentiré como un intento desesperado para que me recomponga. Lo ha cumplido. Ha consolado cada llanto y me ha acompañado en todo momento, sin emitir ni una sola palabra de aliento. También ha consolado a Isis, la ha levantado en sus brazos y ha dejado que ella llore en su hombro mientras le miente con frases como <<tu abuela está en un mejor lugar; tu abuela siempre estará contigo; ahora tu abuela te cuida desde el cielo>> Por eso no quiero consuelo, son solo palabras en un intento desesperado para que dejemos de lado la pena.

Una cabeza se apoya en mi espalda, es Cole que no ha dejado de llorar. Sus amigas no vinieron, lo cual agradezco, no conocían a mi mamá e insisto, no necesito consuelo, porque no existe. Imagino que mi mejor amigo debe estar recordando todas esas veces que hicimos la tarea juntos frente al televisor encendido, viendo nuestras caricaturas favoritas, y mi mamá nos acomodaba entre los cuadernos dulces para comer. Cole era feliz en mi casa, conmigo y con mamá, porque lo aceptábamos con toda su extrañeza. Entre tres a cuatro días a la semana, después de la escuela, lo sentía siguiéndome mientras yo caminaba a mi casa. Cuando me volvía para saber si efectivamente era él, me sonreía con las manos en los bolsillos y me preguntaba si podía ir conmigo a mi casa. Nunca dije que no. Mi mamá nunca puso una mala cara por la inesperada visita que, con los meses del primer año que nos conocimos, dejaron de ser inesperadas. Mamá le preguntaba a Cole si en su casa sabían que iba a estar conmigo, él decía que no y mi mamá se encargaba de hacer una llamada para avisar.

Fue la mejor época de nuestra amistad, luego conocí a Maddox y él se encargó de alejarme de todos mis amigos (él decía que todos me querían para algo más que una amistad, pero algo menos que una relación formal, para eso solo él me quería) pero de Cole no pudo alejarme, porque es gay, por eso cuando Maddox le escribió haciéndose pasar por mí, Cole supo que algo extraño pasaba porque yo no diría nada similar, si llevaba años sabiendo que no le gustaban las mujeres. En persona me preguntó qué pasaba y así supe que Maddox estaba escribiéndole a mis amigos y bloqueándolos a través de mis redes sociales.