𝟷. 𝙲𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚖𝚎 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛é 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚒𝚖𝚋é𝚌𝚒𝚕

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El mundo ha cambiado mucho desde que el concepto de «manada» ahora tiene un contexto diferente al que todos conocíamos del pasado. Ya no trata de grupos de hombres y mujeres, licántropos en términos generales, en busca de Omegas para luego largarte a tener una vida independiente de ella o abogando por una «vida en comunidad». Eso ya no se hace, o al menos en el sentido más primitivo de la palabra.

Ahora las «manadas» son una agrupación de «familias» que cohabitan en un territorio ajeno a las demás pero compartiendo el mismo apellido gracias al ramaje familiar. En su mayoría son círculos cerrados en el ámbito personal, mas no en el social. Muchas de estas «manadas» deciden interactuar con otras en base al poder que pueden ofrecer o quitarle a otras. Los límites se obtienen por altas vallas que delimitan el terreno y amplios bosques que conducen hacia el centro de la región en la que se vive, una ciudad dedicada al ocio o al trabajo.

Asimismo, dado que el valor del apellido es tan importante, muchas familias obtienen roles muy estipulados que a veces amenazan la armonía de los estándares preestablecidos entre categorías: Unos trabajan, otros se quedan en casa y luego están aquellos que se enfocan en ayudar a "su grupo". 

Pero no te confundas, el clasismo entre nuestros rangos sigue aferrado a nuestro aroma desde hace decenas de generaciones aunque todo parezca moderno y diferente. 

Como es bien sabido, los Alfas son la cúspide de la jerarquía, los que mandan sobre todos los de menor rango. Sabrás que son ellos en cuanto aparezca cercan de ti y su aroma te lo anuncie de manera inmediata. Grandes como árboles centenarios, robustos aunque alguno tenga tripita cervecera o esté esculpido por el gimnasio de manera absurda. Ser Alfa sólo se considera como tal si haces ciertas cosas frente a la sociedad: Lo primero es que debes haber alcanzado los cuarenta y cinco, crear una familia, y has elegido un territorio al que defenderás frente a cualquiera que intente arrebatártelo. El modo no importa: A la fuerza, aprovechar vacíos legales, utilizar la ley a tu favor, comprando la propiedad, arruinar económicamente a otra familia... En términos generales parece fácil, mas en realidad es complicado de obtener y ser "coronado" como tal. 

Una vez obtenido todos los requisitos, el gobierno se encargada de ofrecerle a la sociedad el cambio: El sub-Alfa (que es lo que eres hasta completar todo lo mencionado) ingresa un día y al siguiente cambia físicamente, junto al título de Alfa.

Entonces, ¿el Alfa nace o se hace? Ambas cosas son correctas.

Los Alfas engendran dos tipos de crías: Omega (humano) o sub-Alfas. Éstos tienen muchas semejanzas a sus padres, casi pareciendo idénticos ─como si fuera el reflejo de su juventud─, y su físico es bastante notorio pese a no tener una fuerza hercúlea aunque superior a los demás.

Los Beta ―lo que soy yo, vamos―, nacemos por dos vías (una "legal" y otra "ilegal"): La primera, es cuando naces de un Omega, y la otra es cuando naces de otro Beta. No es que seamos unos debiluchos, y tampoco tan bajitos como ellos (los Omega), pero nuestra estatura es bastante generosa y nuestro físico se considera bastante agradable a la vista. A diferencia de los Alfa y sub-Alfas, nuestro olor no es exageradamente intenso sino más bien bastante leve. Podríamos decir que los primeros olerían como un whisky caro y nosotros como una cerveza tostada.

¿Tiene sentido esto? Bueno, lo que sea.

Y finalmente están los Omega. Muchos dicen que son el escalón más bajo de la sociedad, pero en mi opinión son los que más poder tienen tras bambalinas. Su población es un tanto reducida, debido a los numerosos y consecutivos nacimientos de licántropos, lo que los hace codiciados. Pequeños en comparación a los licántropos, no destacan en ningún área donde se requiere demasiado esfuerzo físico, pero su inteligencia es abrumadora. La inmensa mayoría de ellos prefieren dar una falsa imagen de inocencia, fragilidad y mostrarse asustadizos por cualquier cosa. Su aroma, como es obvio, es lo bastante dulce y delicado que parece que te han metido un ramo de flores frescas dentro de la nariz.

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora