17. 𝙲ó𝚖𝚘 𝚖𝚒𝚖𝚊𝚛 𝚊 𝚞𝚗 𝙱𝚎𝚝𝚊

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【Savage】

Mi padre Alfa, Erik, me dijo una vez de niño: Hijo, si algún día te enamoras de alguien, debes de tener en consideración sus rangos. Es súper importante que aprendas a ser observador, conocer los límites, y saber cuándo puedes ser encantador, un perro agresivo o un hombre sin corazón.

¿Y cómo sabré eso, papá? ―le pregunté muy atento a su respuesta. 

Yo sabía que Erik amaba con una locura inmensa a Benjamin, mi padre Beta. Lo amaba tanto que permitía que le hicieran de todo a él, mientras que su esposo jamás fuera mancillado por otro hombre.

Si te enamoras de un Omega, no te dejes engañar por ser más pequeños y débiles que los lobos: Los que tienen dinero se mostrarán amables y justicieros, pero después descubrirás cuán malo pueden llegar a ser cuando sepan que estás enamorado ―me dijo muy serio, mientras Benjamin estaba cocinando, tarareando una canción muy animada―. En el caso de ser de clase media o baja, parecerán un poco engreídos, pero con el tiempo se volverán muy dependientes. Claro que la clase social y el dinero que tengas no te diferencia entre ser bueno y malo, pero es un hecho que se los malcría muy fácilmente.

¿Y si me enamoro de otro sub-Alfa, papá?

Erik nunca quería que me enamorara de alguien que podría generar problemas en el futuro, pues pensó que si en el futuro me transformaba en un "perro", entonces esa relación podría ser problemática. Él prefería a los Betas u Omegas. Los primeros porque era demasiado obvio que tenía el cerebro lleno de mariposas por Benjamin, y los segundos por si quería tener un bebé en el futuro.

Eso será problemático, pequeño.

Oh... ―murmuré con el ceño fruncido―. ¿Y si hago como tú, y me enamoro de un Beta?

La expresión de mi padre cambió, ahora pareciendo iluminada por el sol sin importar todas las arrugas que le salieron en la cara por reírse demasiado. O eso decía él.

¿Conoces los tres tipo de Beta, hijo?

¡Sí! ―levanté la mano, como si estuviera en clase―. Primero están los "activos", los cuales trabajan mucho y tienen mucho carácter, aunque Benjamin dice que no le caen bien porque son muy groseros. ―Erik sonrio sin decir ni una palabra―. Luego están los "apáticos". Esos son muy listos, pero Benjamin dice que son un poco raros, pero no los considera tan malos como los primeros. Y finalmente, como papá, están los "caseros".

¡Los mejores del mundo! ―exclamó Benjamin desde la cocina con un tono alegre.

Erik se gira.

Nadie puede ser mejor que tú, Ben. Tú eres único ―alegó mi padre con una expresión pícara―. Sino no te hubiera amado tan fuerte desde el primer día que te conocí.

Sabía que Benjamin se pondría rojo por ser siempre halagado por Erik, y también lo que iba a pasar cuando el Alfa saltó del sofá y fue hacia la cocina para gruñir algo, hasta que ambos se rieron y Benjamin le advirtió que se iba a quemar. 

Erik siempre me dijo que los Betas "caseros" suelen tener una personalidad gentil y dulce, tanto que pueden pecar de ingenuos. Al romper los estándares de su rango en la sociedad, los padres de éstos suelen repudiarlos para que se vayan de la familia o los sobreprotegen mucho. También me decía que a este tipo de Betas les gustaba mucho el dulce, los hacían sentir "blanditos" ―a saber lo que quería decir con ello― y su corazón se abría muy fácilmente. 

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora