19. Un juego peligroso

386 49 12
                                    

No sabía dónde esconderme al darme cuenta de mi error. Había pasado los siguientes minutos hablando y hablando sin parar, soltando cosas sin pensar, y tiraba de Khan pensando que era Eriel quien estuvo detrás de mí en todo momento. Y ahora lo tenía delante de mí con una expresión seria que no sabía muy bien cómo lidiar con ella, aunque por lo menos no parecía enfadado.

Si lo hubiera estado, a lo mejor me hubiera armado un escándalo delante de todo el mundo.

¿Qué tenía que hacer en esta situación? Mi idea principal era dejar a Khan enfurruñado ahí abajo, hablando con los lobos de sus cosas, y yo largándome con Eriel al piso superior para aprovechar el tiempo antes de que celebraran el año nuevo de forma oficial. Claro que luego tendría que pensar en cómo debería de lidiar con él los días posteriores, ya que no le gustaba mucho la idea de que Eriel estuviera cerca de mí.

¿Por qué se ponía de ese modo? ¿Quizás era envidia? ¿Khan tenía celos de que Eriel y yo nos lleváramos bien? Si ese era el caso, entonces debería pensar alguna manera de bajarle dos tonos ese carácter y ganas de molestarme o sacarme de mis casillas.

Khan me apartó a un lado y pagó las bebidas, tomándolas para así tenderme una de ellas aunque yo me viera un poco compungido por mi cagada.

―Gracias...

―Esta bebida es demasiado suave. Los lobos adultos beben algo más fuerte en festivos, así que te enseñaré a beber como toca ―opinó, aunque se la bebió del tirón como si fuera un vaso de agua hasta dejarla completamente vacía. Miró a la chica de la barra―. Deme dos cubalitros de Janks con lima.

Nunca había probado el "Jank", y tampoco había escuchado hablar de él. De hecho, yo no solía beber demasiado alcohol porque no me gustaba sentir resaca al día siguiente, así que consumía bebidas más suaves, agua, zumo... algo que te mantenga hidratado y no vuelva imbécil. Además, si yo tenía que ponerme a limpiar y levantarme pronto para hacer todas las tareas del hogar, era más que obvio.

―Pero... usted conduce. Sería peligroso si le pilla la policía ―le dije dando cortos tragos a la bebida al ver que no dejaba de insistirme con la mirada―. No debería...

―Le envié un mensaje a Boston de que seguramente terminaríamos bebiendo, así que cuando le diera la señal tendría que venir de inmediato. ―Apoyó el codo en la barra de metal, mirándome con esa seriedad que no se le iba de ninguna manera―. No soy tan inconsciente, y ya tengo una edad para saber qué cosas están bien y cuáles están mal.

Pues para tratarme como una mierda no parece que lo tengas muy claro, Khan...

―Termínate esa bebida floja ya ―ordenó, tomando los dos cubalitros después de pagarlos con su tarjeta de crédito. Eran bastante cantidad por obvias razones, y tenían un suave color rojizo como si lo hubieran hecho con fresas y cerezas―. Tienes que probar esto. Es suave al principio, pero no debes de dejarte engañar o te sentará mal.

―¿Es usted un buen bebedor, Sr. Khan? ―pregunté para ganar algo de tiempo.

―Llevo bebiendo desde la adolescencia ―dijo, tomando su primer trago breve sin moverse del sitio―. Como cualquier adolescente estúpido, la he cagado muchas veces y he terminado muchas veces vomitando, así que la experiencia que he obtenido con los años han hecho a la persona que soy yo hoy en día.

¿Eso incluye el mal humor?

Intenté ganar tiempo, pero Khan empezaba a ponerse insistente con su mala cara y manteniéndose rígido con las bebidas en ambas manos. Así que me lo bebí todo, agradeciendo que su graduación fuera lo bastante baja para que la mezcla no me hiciera daño a la larga, y después tomé el cubalitro para darle un primer sorbo. Estaba muy rico. 

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora