𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]

48. La respuesta es: Sí

【Ｋｈａｎ】

El sonido constante de los monitores médicos son como los latidos que resuenan en tus oídos, recordándote cuán frágil puede ser la vida de una persona. 

Estar aquí dentro se me hace incómodo. Cada vez que un médico o una enfermera entran, el corazón se me acelera, esperando que de repente alguien me diera una buena noticia. Pero una y otra vez, las noticias que obtengo son silencios desalentadores y respuestas vacías en mi imaginación frente a todas mis posibles preguntas. La gente habla afuera, comentando el caso de Chase, mientras que la señora de antes parece que intenta eliminar cualquier tipo de chisme que pueda transformarse en algo horrible.

Savage se sienta y toma la mano de Chase, llevándola a sus labios para besarle los dedos de manera suave. Yo imito también el sentarme y tomarle de la mano. Siento que el mundo se desmorona a mi alrededor, y aunque lo mire fijamente sé que eso no lo traerá de vuelta para que sea consciente de que todos le necesitamos. Con desearlo no es suficiente. 

Recuerdo los momentos felices que hemos compartido en todos estos años, las risas, los abrazos, los planes de futuro que yo no estaba seguro de dárselo en un futuro cercano... Ahora eso último parece estar en peligro. ¿Y si nunca despierta? ¿Y si tarda meses? ¿Y si hay un apagón?

Savage comienza a hablar bajito, como si esperara que sus palabras atravesaran la barrera del coma y le llegara hasta el corazón. Mientras lo hace, su otro mano acaricia la barriga de Chase con suavidad, soltando todo lo que su mente atontada puede hacer para así sentirse menos destrozado y perdido. Le expresa verbalmente su amor y esperanza, el miedo que tiene de perderles, las ganas que posee para que despierte y comiencen una nueva aventura para vivir a su manera como lo han ido haciendo hasta el momento... Siendo honesto, escucharle me hace sentir bastante herido emocionalmente. 

La presencia de Savage, un tercero en discordia, es un recordatorio de que Chase ha abierto el baúl equivocado y ahora un tercero ha metido su semilla en el semillero. Es la complejidad de aquello que, en el sur, está mal visto y prácticamente la poligamia se considera un crimen si no hay un Omega como mínimo para que puedas marear a la ley. La sensación de ver a una de las personas que más quiero en mi vida ahí, inerte en una cama lleno de cables, me duele. Duele mucho, y sólo puedo mantenerme fuerte aunque esté cansado y mi mente pide gritar hasta quedarme afónico... y después romper muchas cosas para aplacar mis sentimientos. 

El futuro es incierto, y ahora mismo me encuentro en un estado cíclico interminable de espera y sufrimiento, dejándome impotente ante la situación.

Ese es el plan que tenemos los cuatro cada día. De dos en dos nos turnamos para ser un pequeño apoyo para el que se derrumba, y la barrera por si hay que agarrarlo y gritar a alguien para que lo calme de una inyección. Cada vez que veo a Savage en el hospital, veo a una persona que literalmente parece un perro esperando a su dueño por toda la eternidad; desde luego que él es un Rocks aunque intente parecer fiero. Aunque no lo culpo. Marcar a Chase lo vuelve un esclavo emocional de él, obligándolo a mantenerse atento en todo momento para que su mente esté en paz o volverá a estalla como lo haría un volcán en una isla remota.

La espera es espantosa, el dolor emocional inconmensurable. A veces, cuando Savage está durmiendo en el incómodo sillón, le susurro a Chase si puede darme alguna señal que me diga que puede oírme, o al menos captar nuestro olor. No obtengo nada. Le hablamos en voz baja, hablamos de cosas aleatorias, le expresamos nuestro cariño y esperanza para que despierte... y nada sirve. 

Las salas de espera del hospital se llena y se vacían de personas, y aun así nosotros seguimos aquí, anclados, mientras todos los demás vuelven al carril de sus vidas. Yo y Eriel nos obligamos a no monopolizarlo, y nos damos tiempo para estar con nuestros hijos y recordarles siempre que Chase volverá, su papi también les dará cariño en cuanto se despierte y sane.