Khan estuvo parte de la mañana de ese veintiséis de diciembre un poco extraño, al menos mientras serví el desayuno y me miraba muy de vez en cuando. Parecía que buscaba algo físico, o a lo mejor un aroma en concreto. Aquello me ponía un poco tenso. Cuando dejaba de mirarme, llevaba el café a sus labios para beberlo muy lentamente y, con el movimiento del dedo, abría y cerraba las pestañas de la tablet plagada de noticias. Más se enrareció la situación cuando agarró unos cruasanes relleno de chocolate y se los llevó a la boca, dándoles una ligera mordida para que el líquido saliera del nuevo agujero y la lengua hiciera un movimiento inusual.
¿Estoy viendo cosas raras?
―Deja de mirarme de ese modo ―gruñó sin siquiera mirarme directamente―. Es asqueroso.
Bufé, apartando la mirada para mirar al centro de mesa. Más que estar de mal humor, como era lo común, parecía bastante distante y no supe si él se había enterado de que Eriel entró hacía dos días a la caseta donde me alejaba de la familia del hombre.
―¿Se... divirtió mucho con su familia en navidades? ―pregunté, queriendo que nuestras comidas no se limitaran siempre a estar en silencio. Era estúpido quedarse en una mesa, callados, para luego cada uno hacer cada cosa por nuestro lado―. Escuché que llegó mucha gente.
―Nada especial. ―Podría haber sonado eso bastante distante o aburrido si no lo conocieras, pero en realidad el tono de Khan dejó entrever un pequeño tono de decepción―. Todos los años celebramos navidad en mi casa porque es la más grande de todas, ya que soy el cabeza de toda la familia, pero estoy un poco harto de que traigan mocosos a las fiestas de los adultos. ―Cerró todas sus aplicaciones, seguido de apagar la pantalla y dejó el móvil descansando a un lado de su taza de café humeante. Después, tras tragarse el cruasán, me miró con seriedad―. También lo hacemos porque me gusta estar informado de la vida de mi familia, saber si tengo que tomar alguna decisión o rectificar a alguien.
Así que también controlas la vida de los demás, ¿eh?
―Eso... suena un poco agotador, Sr. Khan.
―Sí... ―murmuró―. Tienes que estar en tus cinco sentidos para que nadie cometa una estupidez, por lo que eso incluye que no consuma alcohol. Las conversaciones entre borrachos, mientras tú estas sobrio, no es que sean tampoco dignas de considerar interesantes ―dejó escapar un suspiro aburrido, y la mano volvió a tomar otro cruasán de manera automática―. Además, me harta bastante que me hablen de gilipolleces que no tienen nada que ver conmigo. ¿Por qué me tienen que decir lo felices que se siente una pareja que a duras penas se contenta con, siendo honesto, una casa cuadrada con dos habitaciones? ¿Por qué tengo a tantos familiares con tan poca visión de futuro? Creo que se están perdiendo los valores tradicionales de los Alfas y sub-Alfas en cuanto a la familia. Son simplistas.
―Bueno, no todo en la vida tiene que ver con la familia, Sr. Khan ―opiné, recibiendo una mala mirada por mi comentario―. Nuestra sociedad es diversa, donde algunas son chapadas a la antigua como a usted le gusta pensar, y otras están expandiéndose desde una perspectiva más moderna. Las familias son menos grandes, pues el modo de vida es exigente y los tiempos de paz son más importantes que separar la vida de un matrimonio entre el trabajo y la casa, como si fuera la obligación de la parte casera tuviera que vivir única y exclusivamente por y para la parte que trabaja.
Las cejas oscuras del hombre se fruncieron cuando concluí. Yo ya sabía que Khan y yo no teníamos una perspectiva de la vida similar, pero ni de lejos; sin embargo, yo estaba caminando en la fina línea del poder de su tolerancia.
―La familia es importante.
―Pero no lo es todo ―rebatí, mirándole ahora directamente a la cara. Ahora sí que se está enfadando―. Quizás lo veo de este modo porque provengo de una familia pequeña, modesta, y obviamente porque soy un Beta. A lo mejor nunca entenderé lo que es estar dentro de una familia de Alfas, pero déjeme decirle que esto es lo que yo creo correcto sin deslegitimar su opinión en este tema.
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𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]
Wilkołaki[Libro 1] Chase, es todo lo que un Beta NO debería de ser en la sociedad en la que vive: Le gustan las tareas del hogar, disfruta cocinar, su personalidad es gentil... pero, sobre todo, Chase no ama de manera «tradicional» y guarda un secreto que pu...