37. 𝚄𝚗 𝚌𝚊𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚘𝚝𝚛𝚘 𝚌𝚊𝚘𝚜

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Como fue de esperarse, lo que ocurrió durante el paseo terminó saliendo en la televisión. Se vio sólo la parte en la que Khan Hommes, al lado de un Beta que llevaba un carrito de bebé, le pegaba un fuerte puñetazo a su "ex-hijo" por razones que nadie le confirmó. Sólo aparecían un puñado de teorías, algunas siendo un tanto grotescas, y otros sólo restaban importancia porque creían que seguía tratándose de dinero o reconocimiento al ser Khan un hombre importante en la ciudad pese a su fama de solitario.

Pero entonces salieron más preguntas: "¿Quién era ese Beta que estaba con Khan Hommes?" "¿De quiénes eran esas niñas?" "¿Por qué Kent "Hommes" parecía un poco cercano al desconocido Beta?" "¿Realmente el tema del dinero y la empresa, después de todo este tiempo, salía a flote de nuevo?".

Boston, quien estuvo a mi lado cuando estaba viendo la televisión en el salón principal, dijo un tanto irritado:

―Putos carroñeros. ―Su expresión lo decía todo. Aun siendo un hombre bastante nervioso, no dejaba de ser lo bastante honesto en sus opiniones cuando Khan no andaba cerca―. Siempre tienen que aprovecharse de los demás cuando no tienen ninguna noticia fresca. ¿Es que no tienen ningún respeto por los que reciben un efecto colateral por su bazofia amarillista y típica de prensa rosa?

Yo no dije a nada, sólo seguí viendo la televisión cuando esperaba ver la aparición de Khan y Kent, ya que esto era una grabación y no estaban en vivo.

Cuando salieron las primeras grabaciones, repletas de gente hablando pura basura de Khan y suponiendo cosas irrisorias, me sentí tan avergonzado por todo que ni siquiera me quedé para verlo. Literalmente tomé a las dos niñas y me escondí en el salón principal. Khan no fue tras de mí, aunque sí salió un rato después para irse a su habitación y ponerse ropa de deporte. Iba a salir a correr y "necesitaba pensar".

Llegó un poco más tarde de la hora de la cena de ese día, diciéndome que ya había movido ficha y que NO viera en dos días cuando saliera la noticia. Eriel la grabaría y me la mandaría para que la viera en cuanto el tiempo pasara.

Acepté a desgana, y en estos momentos era lo que estaba haciendo al estar él arreglando unas cosas en la empresa.

Ese día que Khan iba a marcharse tenía un humor horrible, tuve que vestirlo porque no sabía ni cerrarse los botones de la camisa o atarse bien la corbata de lo molesto que se sentía. También me gritó un par de veces parte de sus pensamiento, y por desgracia se marchó de la casa enfadado porque no hice nada para calmar su ira. Siendo honesto, era mejor así. Prefería que Khan hablara expresamente de lo que pensaba, ya que el mundo lo conocía como un hombre tiránico, grosero y gritón.

Khan tras una larga charla aburrida de una señora apareció con dos tipos casi tan grandes como él a su laterales, llevando una ropa bastante formal y agresiva, alternando el negro con un poderoso rojo bermellón. Fue bastante implacable a la hora de dar respuestas a la prensa, teniendo la misma delicadeza que clavarte un cuchillo en la palma de la mano, y mirando a cada persona con un odio abrasador. Aun siendo una grabación, estando en una pantalla, Khan imponía demasiado y su voz siempre sonaba bastante alta.

El resumen de la charla ―de casi quince minutos― fue que yo era un antiguo trabajador suyo que volvió tras un tiempo, las niñas eran mías porque murió "mi Omega", estábamos de paseo porque a él le dio la gana, golpeó a Kent porque le volvió a dar la gana por temas que no eran de su puta incumbencia y finalizó diciendo: "Como pille a alguna rata deambulando por mi territorio, lo eliminaré. Así que intentad llorar al alcalde Bane, que con una llamada estaréis en la puta calle si os metéis con la familia Hommes".

―¿Conoce al alcalde? ―le pregunté a Boston, quien parecía incómodo de principio a fin de las palabras de Khan; justo cuando pausé la grabación.

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora