𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]

1. 𝙴𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚌𝚝𝚘 𝚗𝚘 𝚎𝚜 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚊𝚛𝚎𝚌𝚎

【Ｃｈａｓｅ】

En el momento que me adentré en la cárcel de Persival, a duras penas sentí un poco de miedo recorrerme el cuerpo. No porque fuera tan inconsciente para creer que estaría protegido toda mi estadía entre estos desconocidos y criminales, sino porque Keriel fue muy claro en enviarme la información que necesitaba saber a través de su abogado. Tenía un mes para memorizarlo todo, joderme en el juicio, y empezar a actuar acorde a lo que yo creía seguro.

La lista era clara:

1. 𝙱𝚞𝚜𝚌𝚊 𝚊 𝚞𝚗 𝚙𝚛𝚎𝚜𝚘 𝚕𝚕𝚊𝚖𝚊𝚍𝚘 𝚂𝚊𝚟𝚊𝚐𝚎, 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚒𝚎𝚗𝚎 𝚞𝚗 𝚊𝚛𝚘𝚖𝚊 𝚖𝚞𝚢 𝚌𝚊𝚛𝚊𝚌𝚝𝚎𝚛í𝚜𝚝𝚒𝚌𝚘, 𝚢 𝚑𝚊𝚣𝚕𝚘 𝚝𝚞 𝚊𝚕𝚒𝚊𝚍𝚘.

2. 𝚃𝚞 𝚙𝚎𝚛𝚜𝚘𝚗𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚍𝚎𝚋𝚎 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚊𝚖𝚊𝚋𝚕𝚎 𝚎 𝚒𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎. 𝙼𝚞é𝚛𝚍𝚎𝚝𝚎 𝚕𝚊 𝚕𝚎𝚗𝚐𝚞𝚊.

3. 𝙽𝚘 𝚑𝚊𝚢 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚜 𝚊𝚑í, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚍𝚎𝚋𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛 𝚌𝚞𝚒𝚍𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙰𝚕𝚏𝚊𝚜. 𝙽𝚘 𝚕𝚎𝚜 𝚒𝚖𝚙𝚘𝚛𝚝𝚊𝚛á 𝚝𝚘𝚖𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚊𝚞𝚗𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎𝚊 𝚊 𝚕𝚊 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚣𝚊 𝚘 𝚝𝚎𝚗𝚍𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚞𝚗𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚖𝚙𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚎𝚜 𝚍𝚎𝚋𝚊𝚜 𝚖á𝚜 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛.

4. 𝙷𝚊𝚣 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚊𝚗, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚗𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎 𝚘𝚋𝚜𝚎𝚜𝚒𝚘𝚗𝚎𝚗. 𝙳𝚎𝚖𝚞é𝚜𝚝𝚛𝚊𝚕𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚌𝚘𝚗𝚏𝚒𝚊𝚋𝚕𝚎.

5. 𝙷𝚊𝚣 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚂𝚊𝚟𝚊𝚐𝚎 𝚝𝚎 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚍𝚊. 𝙽𝚘 𝚖𝚎 𝚒𝚖𝚙𝚘𝚛𝚝𝚊 𝚌ó𝚖𝚘. 𝚂ó𝚕𝚘 𝙷𝙰𝚉𝙻𝙾.

6. 𝚃𝚎𝚗𝚍𝚛á𝚜 𝚕𝚘𝚜 𝚙𝚛𝚒𝚟𝚒𝚕𝚎𝚐𝚒𝚘𝚜 𝚖í𝚗𝚒𝚖𝚘𝚜, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚜ó𝚕𝚘 𝚍𝚞𝚛𝚊𝚛á𝚗 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚕 𝚖𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚓𝚞𝚕𝚒𝚘. 𝙰 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚒𝚛 𝚍𝚎 𝚊𝚑í, 𝚋ú𝚜𝚌𝚊𝚝𝚎 𝚕𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊.

Eso fue lo que me dijo Zakary Louvre la primera vez que coincidimos en la misma habitación, antes de que comenzara a informarme de mi caso y como iban a trabajar en ello. Me servía con saber que mis hijos iban a estar en la casa de Khan, y Keriel estudiaría mi caso con mucha atención sin perder siquiera cualquier rumor que alguien le transmitiera desde ahí dentro.

No me diría quién, sólo que tuviera cuidado con mis palabras.

A decir verdad no estaba en mi mejor momento, aunque tuve que esforzarme mucho para que ese primer día de julio causara una gran sensación entre los presos. Por ello lo primero que hice fue encontrar, entre la maraña de olores, el inusual olor de ese tal Savage... y lo encontré en la tercera planta, asomándose junto a los demás con una expresión bastante indiferente cuando compartimos una mirada.

Encontrarlo me hizo sonreír un poco, pues pensaba que me iba a costar bastante más en hallar a quien debía de tomar como a mi guardián en este lugar. 

Ignorando por completo todas esas palabras desagradables, las cuales me invitaban a algo más que ser protegido en este lugar, simplemente supe que aquellos ojos amarillos iban a vigilarme desde el mismo instante que captara mi aroma.