Epílogo

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【Tres años después】

【Chase】

―¡Chase! ―me llaman desde la habitación―. ¿Sabes donde está mi camisa para los paseos en familia?

―Armario dos, balda uno ―respondo en un tono alto, terminando de cocinar el desayuno junto a Boston, el cual está muy concentrado en seguir una receta que ha jodido varias veces.

―¡Cariño! ―me llama otro más―. ¿Dónde está el vestido de las niñas? ¡El de flores amarillas!

―Baúl uno y dos, habitación dos ―respondo nuevamente en un tono alto.

Volteo hacia Boston, ya que me veo venir nuevamente que me llamarán de nuevo.

―¿Puedes terminar esto por mí? Sólo es moverlo uno o dos minutos más y ya sólo quedaría ponerlo en la mesa.

―Por supuesto ―asiente.

Me doy la vuelta y esquivo a dos niñas que están corriendo en braguitas por casa, mientras Eriel las persigue con un vestido en cada mano. Ni siquiera me molesto en ayudarle, porque sé lo que ocurrirá ahora, así que me adelanto y tomo el set de ropa de la palomita colgando de la puerta, y un Khan agobia casi se estampa conmigo. Le planto la ropa de Kane en la cara, escuchándome resoplan antes de volver a la habitación y cerrar la puerta.

Al llegar al final de pasillo, con la puerta entreabierta, acierto de pleno que Savage ni siquiera ha empezado a prepararse.

Lo veo sentado en el borde de la cama, haciendo el tonto con dos niños que lo observan con expresiones alegres y aplauden mientras ríen. Hemos tenido gemelos: Benjamin y Brandon. Sanos, bastante fuertes físicamente, y tienen bastante de ambos padres, aunque Savage cree que Ben es el que más se le parece a él y a su padre por el cabello bicolor ―aunque más bien ahora es un mechón―, el tono de piel morena y los ojos de un azul grisáceo. Brandon tiene los ojos amarillos de Savage y mi tono de cabello y piel, aunque yo digo que tiene unas facciones súper parecidas a mi padre y hermano; no tanto a mí. Bueno, quitando los labios y el tipo de mentón, al menos de momento.

Abro un poco la puerta, y los niños voltean rápidamente para cubrirse la boca y ver que su papi está mirando mal al papá tonto que sigue haciendo el gilipollas.

―Tienes cinco minutos para vestirlos antes de que lleguen todos, o te irás a la bañera a dormir esta noche ―sentencio en un tono algo duro, lo que hace que voltee y sonría con pillería―. No me sonrías de esa forma, porque no voy a ceder. Y como intentes convencerme a tu manera, te pellizcaré un huevo, ya que eso no te gusto.

Su expresión cambia de repente, asintiendo y mirando a los niños.

―Creo que vuestro papi está muy nervioso, ya que va a ser el anfitrión de muchas personas ―les dice él, tomando al primero para hacerme la señal y así echarme de la habitación―. ¡Shu, shu, shu! ¡Fuera espíritu nervioso!

―Idiota... ―me río y salgo, aguantando las ganas de responderle con una chorrada similar.


Ay, ¿por dónde empiezo?

Bueno, Khan y yo nos casamos como bien estaba planeado, así que podríamos decir que él es el esposo oficial aunque para nuestros más allegados somos una familia poco convencional: Tres lobos para un Beta, los cuales ha tenido cinco bebés en total y no va a tener ninguno más porque ya está operado. Literalmente Khan y Eriel, el mismo día que le dieron el visto bueno para empezar el tratamiento, pagaron todo de golpe al mejor hospital de las cercanías, sin siquiera darme voz ni voto. 

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora