Trabajar frente a esos tres hombres, observándome desde la esquina de la cafetería, se me hizo una cuesta muy difícil de subir al sentir que me miraban hasta en la forma de saludar a los clientes que iban y venían. Boston era un Beta que por norma general se apreciaba sociable, aunque con cierto nerviosismo en sus acciones como si tuviera miedo a perder el control; pero al menos intentaba no alterar demasiado el ambiente. El segundo hombre no hablaba en absoluto, o al menos yo nunca lo escuché hablar una vez estaba cerca. Sin embargo, el tercero al que llamaban Eriel, se divertía mucho aprovechando cualquier momento para molestarme de manera velada: un dulce aquí, un comentario picantón por allá... Definitivamente tenía algo en mente que me hacía sentir un tanto inquieto.
O más bien incómodo.
Era un hombre bastante grande pese a su aparente juventud engañosa, para nada gordo en ninguna parte de su cuerpo. Me arriesgaría a decir que estaba tan bien repartido que, de casualidad, sus padres hicieron un pacto con algún demonio para que se viera tan equilibrado. De gran espalda y hombros firmes seguramente porque nadaba mucho, y unos brazos que podrían destrozarte de un abrazo. El cabello rubio era corto y moderno, ondulado hacia el lado derecho para mostrar un toque jovial; brillaba con la potente luz de la ventana que atravesaba el cristal, dándole un aire acrisolado. Los ojos azules se apreciaban suaves y divertidos, como si todo le hiciera gracia; pero su sonrisa que me ofrecía cada vez que me atravesaba en su campo de visión, de alguna manera, dotaba al hombre de un magnetismo irracional que hasta a un Omega le costaría mucho no reparar en ello.
Sí, bueno, el hombre era terriblemente apolíneo y brillaba como si su presencia hiciera llegar la primavera en un terreno infértil; mas para mí no decía nada que me hiciera mantenerme embobado. Claro que, cuando él reía, te instaba a que te infectaras de su humor y luego sintiera una extraña mezcolanza de confusión y placer visual.
No era un hombre normal, y mucho menos feo. Me sorprendía que un Alfa pudiera verse muchos años más joven de la edad real, lo que lo hacía todo muy anormal. ¿Quizás era algo que tenía que ver con su genética? ¿Quizás se hizo un cambio de imagen para que tuviera ese aspecto?
Fuera como fuere, mi corazón por Kent sufría, y cada vez que veía a un hombre bello que no era un Beta o un Omega, una punzada en el pecho me hacía sentir terrible. Como si estuviera engañando a todos esos sentimientos que creamos juntos durante tanto tiempo. Una infidelidad emocional, en lugar de física.
En favor de mi mala suerte al ver, cuando terminé, que seguían sentados en el mismo sitio desde hacía tres horas, no me quedó otro remedio que suspirar profusamente y tomar una de las sillas del local. La llevé a la mesa, aprovechando que la cocina ya estaba toda limpia y preparada para mañana, y no tenía nada más que hacer antes de cerrar y meterme en la casa.
La coloqué en el lateral de la mesa, me senté, y de forma automática me crucé de brazos para mostrar disconformidad por el encuentro. Después de tanto tiempo en este lugar tan tranquilo, el pasado me había perseguido como un perro de caza, y si mi intuición no andaba errada, estaba casi seguro que las posibilidades de hacerme volver a aquel infierno volverían a mi vida.
―Chase ―inició Boston―, lamento que vernos te haga sentir como que estás viendo a un fantasma del pasado, pero necesitaba encontrarte para al menos conservar la cabeza.
Qué exagerado, pensé a mis adentros.
―Lo dices como si fuera irremplazable.
―Con esas dotes culinarias, pese a ser platos sencillos, hasta yo te raptaría y no te soltaría de mi casa ―bromeó Eriel, recibiendo una mirada dura de Boston, pero no dijo nada nada para contradecir esas palabras tan espeluznantes―. ¿Qué? Sólo soy amable y honesto. ¡Demándame si estoy mintiendo!
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𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]
Hombres Lobo[Libro 1] Chase, es todo lo que un Beta NO debería de ser en la sociedad en la que vive: Le gustan las tareas del hogar, disfruta cocinar, su personalidad es gentil... pero, sobre todo, Chase no ama de manera «tradicional» y guarda un secreto que pu...