Los cinco llegamos a un bonito restaurante a quince minutos del parque, el cual me dejó completamente sin habla. Era precioso. Es más, ni siquiera sabía que existiera algo así dentro de esta ciudad con normas atrasadas, aunque supuse que lo inflexible no tendría que estar reñido con la belleza visual.
"Hurlement de minuit" estaba saludándonos en cuanto salimos del coche con un elegante color dorado en lo alto del edificio de una planta. La infraestructura era elegante, donde los cristales que mostraban el interior brillaban tanto como espejos; flores abiertas entre los matorrales nos daban la bienvenida con algunas gotas de agua en sus pétalos; dos guardias uniformados detrás de la verja de entrada; coches de lujo en el aparcamiento exterior; y por supuesto que no podía faltar la típica fuente para dividir las zonas delante del restaurante. Una mujer llevando un cántaro de agua, la cual caía hacia abajo sin fin, miraba a los recién llegados con una expresión congelada que supuse que intentaba mostrar un aire regio sin parecer petulante.
Khan y yo estábamos en la cabeza del grupo, acercándonos a la entrada para encontrarnos con un hombre Beta bastante intimidante.
―Nombre ―dijo en un tono que yo calificaría como lineal. O seco.
―Khan Hommes. Cinco personas ―respondió él mirándolo con indiferencia, como si todo el hombre no importara―. Teníamos reserva a las dos y media.
El hombre pulsó el pinganillo de su oreja diciéndole a alguien lo que le dijo Khan, a lo que en pocos segundos agachó la cabeza y señaló las puertas que se abrieron en cuanto lo adelantamos. El olor limpio dentro del lugar, junto al frescor del aire acondicionado, llegaron de inmediato una vez nos pusimos todos dentro y una señora nos pidió silenciosamente que la acompañáramos a nuestra mesa.
Rojo, dorado y marrón eran los tres colores repartidos en su mayoría en todo el lugar, lleno de plantas que no reconocí por mi falta de experiencia. Eran bonitas, supongo. Dentro la gente que estaba comiendo o charlando mientras esperaban, hasta que detuvieron lo que estaban haciendo para mirarnos a todos.
―Oh. Dios. Mío... ―jadeó una mujer―. ¡Es Kara Hommes! ¿Le debería de pedir un autógrafo antes de que la perdiera de vista?
―¿Ese no es Eriel Hommes? ―preguntó su compañero―. Tenía entendido que a esta hora estaría en el hospital.
―Está en una buena posición, bobo. Puede hacer lo que quiera.
Nadie, salvo yo, les prestó atención aunque nuestros pies no se detuvieran por nada ni nadie. De hecho, Karina sólo se limitó a saludar con una sonrisita para provocar algún que otro gritito de emoción, sin soltar a Amus del brazo. A diferencia del antiguo atuendo ―tirantes y pantalón corto―, Amus, decidió cambiarse dentro del coche delante de todos nosotros tras permitírselo Khan.
Yo pasé una vergüenza terrible, Khan y Eriel ladearon sus miradas hacia las ventanas por respeto, y Karina sólo parecía divertida de mi reacción. No es que me mortificara el que otro se cambiara la ropa, yo mismo había ayudado a Khan a elegir su ropa mientras él iba en ropa interior; pero la situación me resultó un tanto violenta.
Al menos ahora iba más formal para una comida a un restaurante caro.
En cuanto a Eriel... bueno, era él mismo. No necesitaba decir gran cosa a la gente, sólo sonreír y ponerse un poco engreído mientras se pasaba la mano por el cabello rubio.
Khan, a diferencia de los demás, no expresó nada en su cara. Ni una emoción. Parecía que su rostro se había congelado e imposibilitaba que los músculos mostraran algo, aunque por el agarre de su brazo con el mío sólo intuí que parecía algo tenso. Aquello me recordó a que Boston, en el pasado, me dijo que Khan no era muy sociable y prefería evadir las multitudes. Lo justificó con que era una manera de socializar lo justo, charlar lo mínimo, y finalmente largarse a hacer las cosas que le gustaban en lugar de seguir al rebaño.
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𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]
Lupi mannari[Libro 1] Chase, es todo lo que un Beta NO debería de ser en la sociedad en la que vive: Le gustan las tareas del hogar, disfruta cocinar, su personalidad es gentil... pero, sobre todo, Chase no ama de manera «tradicional» y guarda un secreto que pu...