Pensé que Khan me daría el visto bueno para irme a casa de mis padres a pasar el Celo de diciembre, como el año pasado, y así celebrar la típica fiesta familiar en la que obviamente yo no tendría que asomarme ni ser visto por nadie. Pensé que era la elección obvia, y no se opondría a ello.
Estaba equivocado.
Khan fue muy directo con ordenarme que durante el veinticuatro y veinticinco de diciembre tenía terminantemente prohibido salir de la caseta que me fue asignada para sufrir mi Celo controlado en paz. Me negué y peleamos. Vaya si chocamos en ese tema en concreto, porque incluso me levantó la mano pero no me abofeteó por alguna razón que sólo él sabría. Sólo me insistió en NO salir ni abrirle la puerta a nadie.
Por supuesto que esto de estar en tu víspera de Celo era un completo asco si no tenías cuidado de tomar las decisiones correctas: Para empezar, era una obligación que lo experimentaras en un territorio que mayoritariamente oliera a ti. Después de ello, si eras creativo, podías invertir ese tiempo para dormir, ver la televisión, leer, o masturbarte hasta sentirte saciado y así bajar tu calentón.
No era difícil si teníamos en cuenta que la casa sólo olía a mí y Khan sólo entró una vez en todo este tiempo.
Otro problema que tenía el la víspera de tu Celo, era que podías invitar a alguien indirectamente a satisfacerte. Por supuesto que las feromonas de Beta no eran estrictamente intensas, pero sí llegaban a ser penetrantes si pasabas demasiado tiempo cerca de alguien. La persona podría llegar a malinterpretarte incluso.
Y eso fue lo que pasó el veintitrés de diciembre, donde Khan se percató que un Beta bastante joven que normalmente trabajaba como guardián en la casa, se puso un poco tonto mientras yo quitaba nieve. Fue durante unos cuantos minutos cuando vi que un objeto salió disparado desde la puerta abierta, hasta impactarle en la cabeza y ver al tipo huir despavorido hasta la caseta de los Betas que estallaron en carcajadas.
Parecía desnortado incluso cuando casi se comió la propia puerta antes de abrirla.
Después el hombre me dedicó una mirada enfadada y cerró de un portazo; más tarde tendría que dejar el objeto en su lugar, pues Khan no lo haría por sí mismo.
¿Y ahora por qué te enfadas conmigo, viejo degenerado?
Fue un día bastante ajetreado si soy honesto. Aunque Khan no aflojó demasiado el ritmo en mis tareas, tampoco lo hizo cuando en la hora de darle la merienda me tomó de la muñeca y olió mi piel hasta exponer una mueca de asco.
―¿Qué... está haciendo, Sr. Khan?
―Apestas ―respondió, soltándome la muñeca con bastante brusquedad. La acción, en mi opinión, fue tan inadecuada que hasta podría tomarlo como un acto bastante asqueroso―. Parece que ya ni te importa que otros vean tu collar, por lo que entre mis Betas está circulando un rumor que no me está gustando en absoluto.
Eso sí que era una novedad, pues Boston no me contó nada al respecto.
―¿Qué rumor, señor?
―Están diciendo que te estoy acaparando para mí, y eso es estúpido. ―Tenía que estar bromeando pues, prácticamente, era cierto. No me dejaba salir de casa salvo para ir a la compra, y cada dos por tres quería verme aunque fuera para ordenarme cualquier mierda que él mismo podría hacer―. No quiero que esos imbéciles digan eso. Además, mañana empezará a venir mi gran familia y no puedo permitir que ninguno de esos idiotas suelten su lengua para hablar mierda. ―Llevó sus dedos dedos a los labios, haciendo que mi mente llegara el recuerdo de cuando él y yo nos besamos en la cama. El beso caótico. Era como esta relación que teníamos entre ambos, que no tenía una etiqueta exacta―. ¿Debería de... darles una paliza a todos para que cierren la boca?
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𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]
Lupi mannari[Libro 1] Chase, es todo lo que un Beta NO debería de ser en la sociedad en la que vive: Le gustan las tareas del hogar, disfruta cocinar, su personalidad es gentil... pero, sobre todo, Chase no ama de manera «tradicional» y guarda un secreto que pu...