𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]

9. 𝙴𝚕 𝚛𝚎𝚜𝚞𝚕𝚝𝚊𝚍𝚘 𝚢𝚊 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚋𝚊 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊𝚍𝚘

𝟷 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚙𝚝𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎 - 𝟷 𝙷 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝚗𝚘𝚝𝚒𝚌𝚒𝚊𝚜

【Ｋｈａｎ】

Tengo en mi pecho la extraña sensación de que algo malo está por ocurrirle a Chase. 

Sé que es una estupidez, y a lo mejor sólo es parte de mi frustración por no poder verle tanto como me gustaría hacerlo. No hay noche que no lamente el recordar las palabras de mi hermano y NO ir aunque sintamos que debemos hacerlo. ¿En qué piensa? ¿Qué ha planeado? ¿Qué está viendo Keriel?

Todavía puedo recordar ese día en el que Chase lo arrancaron de mi lado, justo delante de mis narices. 

A mi alrededor no importaba lo que estuviera pasando. Era consciente de que la policía no venía a mi casa salvo si la razón era de peso mayor, como pasó en mi adolescencia cuando me enviaban con mi padre por haberme pillado en una fiesta ilegal. En el caso de Chase era asesinato.

Tenía ganas de salir corriendo por todo el pasillo principal, romper todo a mi paso, y arrancar a ese hombre de sus brazos hasta que me demostraran que todas las pruebas apuntaban a él.

Pero en el juzgado fue peor.

Yo no podía creerme como alguien como él se le acusaba de tantas cosas: Invasión de la propiedad privada, allanamiento de morada, violencia deliberada hacia un Omega, asesinato de un Omega... Era una locura. Chase no era capaz de hacer tantas cosas horribles y parecer tan tranquilo. 

Cuando el resultado fue sentenciado, algunos de mi hermanos me obligaron a sentarme de nuevo al banco, observando a ese hombre que tenía que estar a mi lado sin importar el precio. Él me había dado y enseñado cosas que hacía años que nadie me daba, siempre con una sonrisa, aunque nuestro inicio al conocernos fuera desastroso. Además, me dio un nuevo bebé al que tomaría por una segunda oportunidad para no cagarla como pasó con Kent.

Lo vi alejarse con los guardias hasta la puerta principal, y no pude soportarlo. Le pegué un tirón a mis hermanos para ponerme de pie e ir tras ellos, ignorando sus palabras, mientras decenas de periodistas parecían buitres con ganas de arrancar un pedazo de carne viva. Se intentaban aglomerar, recibiendo advertencias agresivas de los guardias si no retrocedían. 

A nada estuve de esprintar, cuando Amus me agarró del codo con todas sus fuerzas.

―¡Suéltame, Amus! ―le grité, desesperado por llegar y dejarlo todo atrás―. ¡Déjame ir tras él! 

Amus y yo teníamos la misma fuerza, una que podía matar a alguien si no teníamos cuidado, por lo que zafarme de su agarre era bastante complicado si no quería causarle demasiado daño por un golpe bajo. Aun así, él me miró con una expresión dolida, quizás entendiendo parte de lo que siento en estos momentos mientras me arrancan al hombre que necesitaba a mi lado. 

―Khan... ―murmuró él en voz baja y tomó una ligera respiración―. Chase no es un hombre débil, y sabrá adaptarse hasta que el momento llegue. ―Apretó su mano fuerza contra mi codo para advertirme―. No vayas. Eres cabeza de familia, y los periodistas te arrancarán todo lo que te queda con sus verborrea venenosa. ¿Quieres que TU familia quede sin nada? ¿Quieres que TU hijo crezca sin nada?

Amus jamás en toda mi vida, desde que nos conocemos, me había hablado con más de una frase muy breve. Nunca. Y ahora me dice todo esto en un momento en el que me siento con todos los sentimientos a flor de piel. Molesto. Enfadado. Roto. Herido. Triste. Abandonado.

Mi pecho dolía al voltear para verle.

Mi corazón hacía daño.

Demonios, literalmente todo mi cuerpo dolía y me sentía como una auténtica mierda.