8. El hombre que me tenía harto

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Como bien planeé, unos días después de que tuviera esa conversación con Boston, llamé a una señora por recomendación de mi madre ―sin decirle exactamente donde estaba, para no preocuparla― y pasé parte del tiempo explicándole cosas básicas para que el Sr. Khan no pusiera ni una sola pega en el trabajo que nos repartiríamos ella y yo. E incluso esperaba que se pusiera contento, porque así me vería más activo en otras actividades libres y no "haciendo el vago", como bien gritaba alguna vez.

Tampoco es que fuéramos a dividirnos las tareas la mitad cada uno. No tenía manos, tiempo y energía suficiente para poder alargar este tipo de actividades sin acabar muerto en la cama al volver a casa. Al principio tenía tiempo libre porque Khan se iba a trabajar durante horas, dando un largo paseo por su territorio o quizás haciendo deporte junto a algunos Betas que estaban obligados a ir con él. Sin embargo, poco a poco lo que parecía recurrente se transformó en algo puntual y el hombre no dejaba de interrumpir mi ritmo de trabajo para hacer más cosas de las que debería. 

Para cuando él llegó a la hora de comer tras su cita con un fabricante de otra ciudad, le saludamos en la puerta. Khan me miró con el ceño fruncido, más que de costumbre.

―¿Quién es esta señora? ―preguntó―. No recuerdo haber aceptado ninguna solicitud de ama de llaves o criadas.

―He pensado que, como inversión de futuro, estaría bien que alguien más pudiera ayudarme a mantener su casa en perfectas condiciones ―le expliqué, manteniendo una pequeña sonrisa amable―. Las tareas domésticas pueden llegar a ser pesadas, y no están remuneradas aunque usted considere estas actividades como "adecuadas para un o una Omega". Por ello contacté con esta mujer, la cual tiene experiencia como ama de llaves en la zona alta de la ciudad. Su experiencia podría ayudar a que pudiera invertir tiempo de calidad, en lugar de derrumbarme nada más pisar la casa que me fue adjuntada.

Sorprendido me quedé cuando la cara de confusión de Khan se transformó en puro enfado en segundos, donde sus hormonas marcaban el nivel alto de rechazo ante esa idea. Incluso la señora agachó mucho la cabeza y retrocedió varios pasos de forma automática. Era la reacción común dada la diferencia de altura y fuerza frente a otros lobos.

Estábamos aproximándonos a un día más donde este hombre no dejaría de joderme por cualquier razón, sacaría a relucir cuán terco y bruto era, y por supuesto que nunca faltaría que se pusiera a gritar como un energúmeno. Ni que me hubiera meado en la alfombra persa de su jodido estudio.

―No he aceptado que ninguna extraña ingrese en mi casa ―gruñó, exponiendo los enormes dientes junto a una mueca molesta―. ¡¿Quién te ha dado permiso de tomar esa decisión en mi casa!? ―acabó vociferando, manteniéndome estático y con la cara lo más estoica posible. Ya empezamos―. ¡No la necesito! ¡Se tiene que ir fuera de mi jodida casa y punto!

El grito final hizo que la señora saliera corriendo despavorida por la puerta sin siquiera decir ni una sola palabra.

―Sr. Khan, deje de poner pegas a todo lo que no sigue su escrupulosa línea. No sea infantil ―expuse de forma severa―. ¿Acaso se cree que, por ser joven, tengo energía infinita? ¿Quizás se cree que voy a quedarme en su casa para siempre? 

―¿Qué...?

―Si creía eso, está muy equivocado ―le dije en el mismo tono―. Terminé una carrera con buenas notas, tengo aspiraciones de futuro, y aunque me guste realizar las tareas del hogar eso no significa que vaya a ser una ama de casa toda mi vida.

―¿Cómo te atr...?

―¡Sr. Khan! ―interrumpí en un tono más alto, e hinché el pecho para mantenerme en esta línea de la que no quería moverme―. No voy a ser su ama de llaves, su cocinera personal, su estilista o criada. Soy un hombre y un Beta, por lo tanto debe de entender que aunque yo sea un casero, no voy a quedarme eternamente custodiando una casa como la mujer tradicional.  Si así lo piensa, debo decirle que tiene un pensamiento arcaico y demasiado err...

𝕰𝚕 𝚑𝚘𝚖𝚋𝚛𝚎 𝕰𝚚𝚞𝚒𝚟𝚘𝚌𝚊𝚍𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora