Epílogo 3 Parte 1/4: Promesas

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Antes de mi dolorosa y horrenda pelea con Jen hay que volver un poco al inicio de lo que creo que fue el problema.

-Te amo...mi bombón, no sabes cuanto agradezco estar contigo-.

No podría describir lo que es tener Jennie en mi vida.

-Adoro que a pesar de llevar ya 15 años de casadas tus te amo siguen sonando tan sinceros-.

-Es porque jamás te dejaré de amar, se me hace imposible el solo imaginar no amar a alguien como tú...eres asombrosa-.

- ¿Sonara loco que piense igual? Porque te amo de la misma forma, no podría divisar un futuro sin ti-.

Sin el amor de mi vida no sé qué sería de mí, es tanto mi amante como mi mejor amiga y la madre de mis hijas.

Miro mis labios y luego a mis ojos para darme un corto beso, jamás pensé que amar a alguien significaría que con un solo beso puede alegrar tu día.

Estos años Jen solo me ha demostrado cuanto me ama y yo he tratado igual porque esa bella sonrisa que da luz a mi vida debe estar siempre presente, recuerdo nuestra segunda luna de miel hace unos años cuando volvimos a Italia para disfrutar ahí recordando lo bien que la pasamos juntas en ese lugar cuando todo parecía desmoronarse pero ante todo lo mejor de estos años ha sido ver crecer a nuestras hijas convirtiéndose en señoritas, Ryujin dentro de poco tendrá 17 y Nini 12, a veces era un poco extraño pensar en lo rápido que pasaron los años.

-Sigues tan hermosa como siempre-.

-Tu igual...verte debería ser considerado un hobby-.

-Es porque eres mi colágeno- Se burlo.

-Solo me llevas un año-.

-4y y 45... ¿estamos un poco viejas no? -.

-Dile eso a los compañeros de Ryu-.

Los amigos de Ryu la molestaba diciendo que algún día serían sus madrastras o padrastros entre otros comentarios de la misma gama, creo que no se han dado cuenta que sabemos que hacen esos comentarios pero que puedo decir mi Jennie sigue luciendo joven para su edad, aunque algunos pasos del tiempo pueden verse ya, pero nada exagerado y en mi caso me gustaría decir que estoy igual aunque Jen insiste en que me veo más joven que ella, sé que es broma pero aun así me alivia que lo diga.

-Jóvenes hormonales...la única que puede estar así de hormonal con mi esposa soy yo-. Dijo besando mi cuello.

-Eso nunca ha cambiado-.

-Es que me gustas mucho...-. Comenzó a pasar su lengua por mi cuello y con eso ya sabía a donde iba, pero tampoco me negaría. -Quiero hacerte el amor... ¿podemos? -. Pregunto entre besos y caricias con dirección a mis pechos por debajo de la ropa.

- ¿Y las niñas? -.

-Están dormidas, es Sábado sabes que no despiertan a esta hora-.

Me distraje un poco disfrutando del trabajo de su boca en mi cuello y de la suave piel de su espalda en mis manos, ni si quiera me di cuenta en qué momento las lleve debajo de su camiseta

-Bien...solo no hagamos ruido-.

-Te amaré en silencio-. Dijo en un susurro para luego arrodillarse entre mis piernas.

Se quito la camiseta mostrado su tonificado abdomen el cual no dude en tocar con mis manos al igual que sus pechos.

Desde que termino las terapias Jen me pidió hacer ejercicio con ella para hacer algo juntas además de caminar casi todas las mañana y bueno termino volviéndose un hábito del cual ahora disfruto los resultados.

Hell on the law Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora