You make me happy
Miré mi reloj de pulsera y me mordí el labio impaciente. Cada minuto que pasaba era como una hora lenta y tediosa. Respiré hondo y me mentalicé para vivir las dos horas más ansiadas y aburridas de mi vida. Pese a que mi trabajo era básicamente cerciorarme de que los actores estuviesen perfectamente maquillados para rodar su escena de la película, esa tarde fue la más odiada.
El calor sofocante, el trabajo arduo y las ligeras nauseas que sentía, me hacían odiar a todo el mundo. Quería irme lo antes posible y descansar en mi hogar entre la oscuridad de mi habitación. No quería ver a nadie, ni si quiera a Evans. En mi el sentimiento de odio se ramificaba por mi anatomía; nadie se salvaba.
—Alguien ya se quiere ir. —Dijo Scarlett Johansson con voz trémula y una sonrisa dibujada en sus labios canosos. La intérprete de Natasha Romanoff me observaba desde el cristal del espejo, sentada frente al maquillador. —No eres la única. —Suspiró. —Deseo llegar a casa y darme un baño caliente en la tina.
—Deseo lo mismo. —Reí. —Las tinas en los hoteles no son lo mismo. —Fruncí la nariz, totalmente convencida de que, la comodidad de la casa no se comparaba a ningún lugar. Ni con el más lujoso hotel. Johansson asintió entre risas.
La melena rojilla de la mujer era lo último que faltaba para que pudiese rodar su escena junto a Evans y Downey.
Salimos de los camerinos y nos dirigimos hasta el lugar del rodaje. Allí se encontraba Chris luciendo su traje característico del capitán America y, a su lado, Downey caracterizando al tan amado Iron man. Evans se acercó a mi lado y con bastante rapidez besó mis labios; fue la primera vez que lo vi durante todo el día.
Entre escenas y retoque de maquillaje, el calor comenzaba a ser molesto y a intensificar mis malestares estomacales. Como siempre, respiré profundo y reprimir las ganas de vomitar. Era la cuarta vez en el día, sin contar con las anteriores de días pasados. Algo iba mal y temía que fuese lo que tenía en mente.
Johansson regresó a mi lado una vez su doble llegó a realizar la escena que le habían asignado. Por lo general eran la de lucha contra los androides de Ultron. Johansson contaba con cuatro meses de embarazo, por lo que aquellas escenas, por el bien del ser en su interior, quedaban prohibidas para ella.
—Eso ha sido asombroso. —Comentó la mujer, quien observaba atenta la escena de lucha y a su doble actuar. —¿Te parece si vamos al casino a tomar algo?
Acepté. El lugar de grabación se había tornado un tanto sofocante bajo los paneles de luz y personales acumulados. Seguí a la pelirroja entre los pasillos que nos guiaban hasta el casino; una vez allí pedimos algo para poder beber y capear el calor molesto.
—¿Y cuando le dirás Chris que estás embarazada? —Me preguntó y yo tosí desesperada tras atragantarme con la soda. Embarazada, la palabra retumbó en mi cabeza e hizo estragos a nivel fisiológico, obligándome a correr del lugar hacia el baño más cercano y vomitar todo lo que había reprimido durante el día.
No, no podía estar embarazada. No había forma de estarlo si era constante con mi tratamiento cada vez que intimaba con Chris. Me encerré en un cubículo y lloré sin dar crédito a lo que sentía y escuché decir a Johansson. Porque, por más que lo quisiera negar, sabía que era cierto. Sabía que no era normal tener nauseas cada semana, cada mañana al despertar u oler ciertos aromas que aumentaban mi mal estar.
Pero, Chris no quería tener hijos. No por ahora.
—¿__________, estás bien? —Johansson preguntó detrás de la puerta del baño. —¿Quieres que llame a Evans?
—¡No! —Vociferé. —No lo hag...
—Cariño... —Dijo esta vez el rubio, abriendo la puerta del baño y entrando sin más. —Amor, hace días te veo mal.
—Estoy mal. —Musité. Estamos mal, pensé para mí antes de abrir la puerta y encararle. —Chris... —Lloriqueé.
El rubio formó una ligera sonrisa en sus labios, sonrisa que, no logré entender el porqué de su surgimiento. Tampoco sus brazos, quienes rodearon mi anatomía y me acercaron a él. Depositó diversos besos alrededor de mi rostro y soltó risitas divertidas que dejaban ver, en parte, su nerviosismo.
—¿Es lo que creo que es? —Me preguntó. Pestañeé atónita, sin saber qué decirle exactamente. —Cariño, ¿seremos padres?
Y volvía llorar con desconsuelo. Sin embargo, Chris no dejaba de besar mis mejillas y cada lágrima que se desprendían de mis ojos. Me abrazó con delicadeza y susurró diversas veces que me amaba.
Me vi envuelta en un sinfín de interrogantes; Chris no quería tener hijos, pero se alegró de saber que tendríamos uno. ¿Qué clase de juego era ese? Me cuestioné. No podía pensar con claridad si tenía a mi novio besando con ternura mi rostro, mencionando eufórico que sería padre.
Los demás actores y actrices se acercaron tras escuchar el caos dentro del baño. Incluso los guionistas y algunos productores entraron curiosos, pensando que algo malo había sucedido. Más sonrieron y nos felicitaron por las buenas nuevas. Yo, claramente no paraba de llorar.
—Me haces feliz, __________. —Sonrió Evans, totalmente cautivado. Posó su mano en mi vientre aún plano y volvió a sonreír como un niño. —Me haces completamente feliz.
—Creí que no querías hijos. —Le dije, ahora más calmada. Chris carcajeó. —¿Qué? ¿era broma? —Fruncí el ceño.
—Ese día, discutimos por ello, ¿no? —Me recordó. Asentí avergonzada; aquel día habíamos discutido por los planes que, en cierto modo no teníamos intenciones de compartir. Entre ello, la llegada de un pequeño a nuestras vidas. Me enojé y le grité cosas que jamás sentí. Pero Evans, siempre tan comprensivo, terminó cediendo y perdonándome. —Ese día no quisiste seguir escuchándome. Te iba a decir que era broma, que yo si quería un hijo. —Rio. —Pero se me olvidó después de la noche que tuvimos. —Se encogió de hombros.
—¡Eres un idiota, Evans! ¡Lloré por nada! —Espeté, golpeando su brazo.
—Te amo, tonta. —Carcajeó. Me abrazó y volvió a besar mis labios.
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S. Rogers - C.Evans || One Shots
FanfictionSteve Rogers || Chris Evans here One Shots.