XI - Chris Evans

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11.- Never More II (Continuación OS IX)


—Prométeme que te portarás bien. —Mandy me observó son sus grande y bellos ojos grises y asintió. —¿Me lo prometes, nena?

—Te lo prometo, papá. — Dijo mi pequeña. La tomé en brazos y repartí pequeños besos en torno a su rostro. Mandy rio a carcajadas y alejó mi boca de sus mejillas; estaban enrojecidas producto de la aspereza de mi barba pronunciada. —Te voy a extrañar.

—También yo, preciosa. —Besé su frente y la bajé nuevamente al piso. —Pero debes ir con tu mamá. —Toqué suavemente su nariz haciéndola reír. —¡Pasarás navidad con ella!

—Pero no es lo mismo. —Murmuró. —Sam no es divertido como tú. —Dijo la pequeña con nostalgia en su tono de voz, aludiendo al novio de su madre. —No me gusta.

—Lo siento, pequeña. —Musité. —Tienes que ir. A sí lo decidió la corte. —Suspiré, mencionando la último para mí mismo.

Y es que el divorcio fue finalmente concretado y con ello la custodia de la niña era totalmente mía. Ante esto, la jueza había visto la increíble idea de compartir los días festivos con la madre de mi hija. Lo cual, encontré totalmente válido. Después de todo, era la mamá de Mandy y tenía todo el derecho a compartir con ella. Sin embargo, Mandy no creía lo mismo. Siendo pequeña e "incapaz" de entender los problemas de adultos, impuso su opinión y descontento al respecto. Ella no quería irse con su madre más que solo los fines de semana.

Tuve problemas con Lisa, quien, no dudó en sacarme en cara que ____________ tenía mucho que ver. Cosa que no era cierto. ___________ me evitaba y desde que caímos en tentación, no volví a hablar con ella tan fluidamente. Venía a lo suyo y, a lo que había sido contratada realmente. A hacerle clases a Mandy durante la tarde desde lunes a viernes.

Lisa pasó por Mandy y la pequeña se fue cabizbaja y con pocos ánimos hasta el auto.

—No la atosigues con preguntas tontas, Lisa. —Le advertí. — ___________ no tiene nada que ver en los berrinches de Mandy.

—Desde que llegó a la vida de mi hija las cosas cambiaron, Chris.

—¡Pero __________ no tiene nada que ver con ello! —Gruñí entre dientes. —Basta con echarle la culpa. Solo viene a hacerle clases y nada más.

—No te creo. —Recriminó. —No te creo nada. Tú y esa mujer están haciendo lo posible para alejar a Mandy de mi lado.

Suspiré, rendido.

—¿Sabes? Piensa lo que quieras. —Caminé hasta mi hogar y desde la puerta me despedí de Mandy en un movimiento con mi mano. La niña imitó el saludo hasta que el auto desapareció de mi vista.

Entré a casa y me encerré en su interior. Iba a ser mi primera navidad sin la compañía de Mandy, sin su risa infantil y besos en mi mejilla. No me podía imaginar cuan solo me iba a sentir ese día.

Me senté sobre el diván en frente de la televisión. Dejé mi botella de cerveza sobre la mesa en conjunto con el bol con palomitas de maíz. Tomé el control remoto y me dispuse a buscar algo entretenido mientras esperaba a que me diese sueño.

La casa permanecía vacía sin los gritos eufóricos de Mandy, anunciando las horas que faltaban para que papá Noel viniese a dejar los regalos. Extrañaba su vocecita chillona, y sus abrazos antes de abrir los regalos. Ni si quiera estaba el árbol de navidad puesto en su lugar. No le vi importancia si Mandy iba a pasar fuera de casa aquel día festivo.

S. Rogers - C.Evans || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora