S. Rogers - C.Evans || One Shots

XVI - Chris Evans

16.- It's a goodbye

Cuatro palabras lograron derrumbar mi vida de un momento a otro. Del otro lado, su voz se escuchaba entusiasmado y regocijante en su propia felicidad. Chris, el hombre al que amaba y soñaba por las noches, me anunciaba su dicha al decidir casarse.

Me fue totalmente difícil poder manifestarle lo feliz que me hacía escuchar aquello. Chris parecía no querer cruzar la línea marital. Llevaba cinco años con su actual pareja y nunca mencionó querer casarse, tal parecía que la vida en parejas y sin compromiso siempre había sido su preferencia. Pero me equivoqué al inferir que así sería toda su vida. Chris había cambiado, la muchacha lo había cambiado y logrado enamorar.

—Espero que seas feliz con ella. —Murmuré, reprimiendo mis lágrimas y el gemido desconsolado. —Lo serás. —Reí, asegurando que así sería por más que me doliera admitirlo.

—__________, quiero que vengas a mi casamiento. —Pidió. —Tienes que estar allí. Necesito que estés a mi lado ese día.

—Chris. —reí, camuflando mi gemido.

—Eres mi amiga, mi hermana. La mujer en la que confío y siento seguro. —Dijo y yo más derrumbada no me podía sentir. Sus palabras lograron herir mi afecto hacia a él y deseo por ser yo quien ocupara el lugar de su pronta mujer. Negué mientras mis lágrimas se deslizaban por mis mejillas, decidiendo desde ese mismo instante, no ir a su matrimonio.

Como era de esperar, Chris aceptó el hecho de que mi trabajo me era bastante arduo y demandaba mucho tiempo. No le prometí nada. Le mencioné que haría lo posible para ir y estar con él en el día más importante de su vida. Claramente, no iba a hacer nada para ir. Desaparecería y no volvería por un buen tiempo hasta que Chris se extinguiera de mi mente y sueños.

Recorrí el país en busca de un lugar que me otorgara paz. Intenté con las playas que no fuesen muy recurridas. Las menos conocidas y deseada por los turistas, las menos obvias. Encontré algunas que, podía decir, eran las indicadas.

Finalmente, encontré una. Era amena, y tenía fe en que Chris saldría de mi mente con el pasar de los días. Lo amaba, pese a que mi destino no era estar a su lado. Dolía amarlo, dolía tener su recuerdo bailando en mi mente. Su sonrisa, sus ojos, sus abrazos dados sin doble intención. Dolía asumir que él, habían nacido para ser mi amigo.

Caminé por el arenal en busca de paz a través de las olas romperse en mis tobillos. Observé el cielo; relucientemente azul, tal como el color de sus ojos. El sol relucía en lo más alto de mi anatomía, de la misma manera, relucía su rostro cada vez que sonreía.

Me dejé caer sobre la arena y con nostalgia vi el horizonte. Allí me quedé hasta que el día se convirtió en noche y me vi obligada a regresar a mi habitación arrendada.

Miré mi celular, deliberando si llamarle o no. Habían pasado largos meses desde que hablé con él por última vez. Y la curiosidad por saber cómo estaba me carcomía lentamente. Marqué su número, y deliberé si presionar el botón verde.

—Diga. —Mencionó una voz del otro lado y mi corazón se detuvo por unos segundos. Ello conllevó a sentir la presión en mi pecho y un ligero mareo. —¿Quién es? —Exigió saber el rubio. —Scott, si es una broma, te advierto que no estoy para ello. —Bramó molesto.

—C-chris. —Musité bajito. El nudo en mi garganta presionaba mis cuerdas vocales con demasiada fuerza. Sin embargo, pese a que mi voz apenas salió, Chris logró escuchar y reconocerla. Del otro lado se hizo el silencio; pude percibir su respiración comenzar a agitarse.

—¿___________? —Preguntó, con voz temblorosa. —¿E-eres tú? —Me quedé en silencio. Mi garganta se cerró. —¡Contéstame! —Exigió en un gruñido. —Por favor. —Gimió. —¿Por qué te fuiste sin decir nada? —Cuestionó. Su voz cambiaba de intervalos repentinamente. Era severo para luego mostrase triste y débil.

—Tenía que hacerlo. —Murmuré. —Por ambos.

—¿Ambos?

—Chris... —Suspiré abatida. Mis lágrimas seguían surgiendo. —Me fui por una razón, y esa razón eres tú. —Revelé. —Creí que durante estos meses podía sacarte de mi mente, alejándome de ti lo que más podía. —Dije. —Elegí las playas menos recurridas. —Reí entre llanto. —No te haces idea de las maravillas del mundo, Chris. La paz que te da ver las olas, el sonido que hacen cuando se rompen en las rocas y arena, el paisaje, las aves trinar temprano por la mañana...

—E-estas llorando. —Musitó. —No quiero que lo hagas, _________. Meno si se trata de mí.

—¿Cómo no lo voy a hacer, Chris? —Repuse. —Duele amarte, Evans. Créeme. No sabes cuánto. —Chris gimió del otro lado de la llamada. —Ninguna playa me ayudó a olvidarte. A sí que creo que mi plan no funcionó después de todo. —Reí con desgano. —Es lo que nos tocó vivir, ¿no?

—No, no lo es. —Replicó. —Tú me dejaste, me abandona...

—¡Te ibas a casar! —Chillé. —No soy estúpida, Evans. Y menos masoquista. —Gruñí. —Siempre te quise, Chris. Y creí que algún día podría tener la oportunidad de ser yo quien te besara por las mañanas, tardes y noche. Pero no fue así. —Lloriqueé. —Algunas veces es mejor alejarse de quien te hace daño. —Dije. Chris soltó un suspiro del otro lado de la llamada, denotando cierta frustración y molestia. —No lo hice a tiempo y me enamoré de ti.

—¿Por qué me dices esto ahora, __________? —Cuestionó. —¿Por qué no me lo dijiste antes?

—¿Iba a cambiar nuestra historia si te lo decía? —Inquirí. Chris enmudeció y yo reí decaída. —Esa es la razón por la que no te dije nada. —Expliqué. —La única que salía perdiendo era yo.

—___________.

—¡Pero Chris! —Exclamé. —Si me lo pides amablemente, aún puedes encontrarme.

Chris no emitió palabra alguna. Sólo su respiración se escuchaba. Respiré hondo y, dándome cuenta que había sido un error llamarlo, decidí despedirme.

—No te preocupes, Chris. —Suspiré. —La situación mejorará. Aún tengo esperanzas de encontrar una nueva playa y asentarme allí por algún tiempo. Hasta el momento, intentaré unos días más aquí. —Sonreí para mí, decidida a seguir con mi plan de olvido.

—¿Es un adiós?

—Es un adiós. —Afirmé.

Después de ello, nadie dijo palabra alguna. Alejé el celular de mi oído y corté la llamada. Sólo dos días más, pensé, para luego buscar otra playa que me fuese de ayuda en el proceso de olvidar a quien tanto amé y anhelé. 

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Me inspiré en Lana del rey, como pueden ver <3. Tenía ganas de hacer algo sad.

Por cierto, he visto el segundo trailer de infinity war y, qué decirle, les juro que fueron mucho feelings lo que sentí.

Steve con su cabello largo y barba dkjffkdjhf <3 y después la escena con Thanos. Definitivamente la película se viene muy buena <3