LXV - Steve Rogers

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65.-  The beginning of the end


—Algo está cruzando la atmosfera. —Dijo Okoye. La palma de su mano se abrió, dejando ver una réplica del domo invisible que protegía a Wakanda ante cualquier peligro inminente.

Observamos a través del cristal una nave impactar contra la protección del reinado, destruyéndose en el proceso. Nos miramos entre sí, más, lo que sucedía afuera era algo que nos mantuvo atentos por unos largos minutos.

Wakanda era el punto en donde se comenzaba a desarrollar una lucha que nadie iba a olvidar fácilmente. Era distinta a cualquiera que, como equipo podríamos presenciar pues, esta vez, quien estaba tras todo, deseaba exterminar a la humanidad entera a través de las gemas del infinito.

Visión era nuestro sujeto a proteger; Shuri comenzó a extirpar la gema del androide lo antes posible mientras nosotros íbamos al campo de batalla junto a los aliados de T'challa.

Miré a Romanoff quien estaba a mi lado viendo hacia el frente, atenta ante cualquier presencia extra galáctica. Lucía neutra, pero bien sabía que temía tanto como yo en ese momento.

Sí, temía, y bastante. En todo el tiempo que serví a mi patria, nunca había sentido miedo alguno. Cada combate significaba tener que dar la vida por mi país y, si debía morir para salvar a los civiles, lo iba a hacer. Mis ideales nunca dejaron de ser los mismos incluso después de extraerme del hielo. Seguía con el mismo sentido patriota, más, cuando conocí a _____________, todo cambió. Absolutamente todo.

Ahora temía no poder verla nunca más; temía morir y no haberle dicho que la amaba con todo mi corazón, alma y ser. Temía no haber cumplido con formar una familia con ella, tener hijos y dedicarme a hacerla feliz.

Temía como nunca temí en mi vida.

La mano de Bucky se posó en mi hombro y dio un ligero asentimiento cuando le miré. También me aterraba perder a mi amigo. Era primera vez que lo veía después de años y, lamentaba que nuestra reunión se viese envuelta en un combate del cual, todos sabían iba era el más grande que jamás hayamos vivido.

—Ella estará bien. —Me dijo mi amigo, esbozando una sonrisa. —Eres tú quien debe llegar con vida a su lado.

—Concuerdo con Barnes. —Comentó Natasha. — ____________ te estará esperando en casa y tú, debes volver. —Su mirada volvió a dirigirse hacia el frente y yo le imité. A lo lejos, se podía ver al enemigo acercarse hasta el domo. —Le prometí que volverías con vida.

—No debiste haber hecho eso. —Murmuré.

—¿Crees que no cumpliré con mi promesa, Rogers? —Cuestionó la rusa con una sonrisa coqueta en sus labios. Suspiré con pesadez. —Vamos, quiero saber si su amigo vivió. —Dijo, aludiendo al ser que logró herir con anterioridad.

Y, dicho aquello, nos dirigimos, junto a T'challa hasta donde se encontraban ellos, siendo separados por la invisibilidad del domo.

No creí que la situación se volviera desfavorecedora para nosotros. De un momento a otro nos vimos invadidos por seres extra galácticos con grandes garras y colmillos afilados. Uno de ellos logró atraparme, botándome al suelo y atacándome con ferocidad. Me defendí como pude, pensando en que debía llegar con vida a casa, junto a ______________ y realizar los proyectos que teníamos como pareja. Cerré los ojos por unos segundos y la vi deslumbrando al mundo con su hermosa sonrisa y ojos brillantes. Ello fue lo suficiente para poder seguir luchando por mi vida.

La llegada de Thor fue lo que exterminó a la gran cantidad decriaturas que nos atacaban. La situación volvía a ser favorable para nosotros. Claro, hasta un cierto tiempo pues, Visión requirió urgentemente de nuestra ayuda.

______________, dije en mi fuero interno. Decir su nombre me daba fuerzas para seguir luchando, aun cuando me sentía cansado y estaba más herido. Deseaba que todo terminara luego, e incluso deseé que todo fuese un mal sueño. Que cuando despertara finalmente, _____________ estaría a mi lado, observándome con dulzura mientras acariciaba mi cabello para poder tranquilizarme.

Pero todo era real. Tan real como cuando vi a mi amigo convertirse en cenizas, desapareciendo al instante.

—¿A dónde se fue? —Le pregunté a Thor, quien mantenía un semblante que denotaba estar atónito. El negó. —Thor, ¿a dónde fue?

—No lo sé. —Murmuró el Dios del trueno.

Thanos se había ido con la gema de Visión, matando al androide para obtenerla.

La gente comenzó a desaparecer tal como lo hizo Bucky. Una por una se convertía en cenizas que eran esparcidas por la brisa que comenzó a envolver nuestras anatomías. Miré a mi alrededor, asustado ante la idea de que aquello estuviese sucediendo en la ciudad también.

—_____________. —Dije alarmado.

—Te acompaño. —Me dijo Romanoff.

Prometidos volver lo antes posible y corrimos hasta el Quinjet, volando hacia la ciudad sin perder el tiempo. Romanoff trataba de contactarse con Fury para tener noticias de lo que sucedía en ese momento en la ciudad. Pero él no contestó las llamadas de Romanoff, lo que incrementó nuestros miedos al pensar en lo peor.

Claramente, la ciudad era un caos. Observé a mi alrededor las calles cubiertas de escombros y los autos destruidos. Romanoff volvió a llamar a Fury, pero la respuesta fue la misma que la anterior. Él no contestó y dudaba que lo fuese a hacer.

Corrí hasta el departamento que compartíamos con ____________. Subí las escaleras sin siquiera mirar la situación del entorno pues, sólo tenía en mente llegar a casa y verificar que ella estuviese allí. Toqué la puerta y ésta se abrió ante el primer golpeteo que di.

—¿_____________? —Llamé, con mi corazón dando saltos contra mi pecho, fuertes y dolorosos. Nadie respondió. Volví a insistir. —¿______________? ¿Cariño?

El silencio dentro del hogar era gélido y ante ello, mi respiración comenzó a ser errática. Volví a llamar su nombre, me acerqué a la puerta de nuestra habitación y la abrí. El nudo en mi garganta ve formó y presionó mis cuerdas vocales y, mis ojos comenzaron a arder ante el deseo de querer llorar.

_____________ se encontraba sentada en una esquina, llorando en silencio.

—¡Amor! —Gemí, corriendo hasta su lado. La sostuve entre mis brazos y le besé repetidas veces su rostro. Abracé su cuerpo con delicadeza, permitiéndome sentir su anatomía contra la mía. Ella, no dejó de llorar, asustada desconsoladamente

—Steve...— Chilló. —Creí que no volverías!

—Siempre voy a volver a tu lado, cariño. —Murmuré, besando su cabello.

—¡¿Qué sucede?! —Lloriqueó. —La gente, Steve. La gente desaparece.

Suspiré abrumado.

—No lo sé. —Suspiré. Besé su frente y en el proceso, observé sus ojos; llenos de lágrimas y de preguntas que, hasta el momento, no tenían respuestas. —Preciosa, prometo resolver tus dudas una vez sepa la respuesta de todo. Te lo prometo. —Le dije y deposité un beso en sus labios que ella, aceptó con cierto temor. —Te amo, te amo, te amo. —Murmuré, besando su rostro y labios una y otra vez.

Le miré nuevamente, sintiendo una mezcla de felicidad, tristeza y temor pues, muy en el fondo, sabía que todo esto, no era más que el principio del fin para la humanidad y, para nosotros mismos.  

S. Rogers - C.Evans || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora