62.- I only love you
Nota: Smut para el pueblo >:)
Rose esperaba ansiosa en la sala de estar, junto a su oso de felpa y su mochila. Miraba por la ventana cada cinco minutos, con la esperanza de ver luego el auto de su padre aparcar frente a nuestro hogar.
Cuando el auto se hizo ver, la pequeña pegó un grito y saltó del sofá. Corrió a mi lado y se sujetó de mis piernas. La tomé en brazos y deposité pequeños besos en su mejilla, tratando de guardarlos en mis recuerdos por todos los días que pasaría sin sentir su presencia en casa.
—¡Hola princesa! —Saludó Aaron, abriendo sus brazos para tomar en brazo a nuestra pequeña. La muchachita gritó eufórica.
—Vio tu auto y corrió desesperada hasta mi lado. —Reí. Aaron carcajeó y no dudó en besar las mejillas de su hija. —¿Cómo has estado?
—Bastante bien. —Dijo. —He salido más temprano y he aprovechado de pasar por Rose. Leslie ha estado preguntado por Rose toda la semana. —Rio, aludiendo a su otra hija. —Ha elegido unas películas que está segura le gustará a Rose.
Ambos reímos.
—Me alegro que ambas hayan logrado congeniar, Aaron. —Le dije. —Y agradezco también a Sara por tener la paciencia de recibir a Rose.
—Descuida, __________. Sara ama a Rose.
Mi ex esposo tomó la mochila de nuestra hija y la llevó al auto mientras yo vestía a Rose con un abrigo de tonalidad rosa y un gorro que iba a tono con su vestuario. Rose lanzó otro gritito cuando vio a Chris entrar a casa. Se soltó de mi agarre y se fue directo a sus piernas. El rubio no dudó en tomarla en brazos para mimarla.
Más, todo cambió cuando Chris vio a Aaron entrar a nuestro hogar. El ambiente se tensó, y pude percibir el ligero desdén que Evans le lanzó a mi ex novio.
—Nos vemos en una semana más. —Me despedí de Aaron y de mi hija con un ligero movimiento de mano.
Vi el auto alejarse, y cuando lo hizo, volví a entrar al interior de mi hogar en busca de Chris. Pero él no se encontraba en el living, ni tampoco en la cocina. Subí las escaleras hasta llegar a nuestra habitación, donde, tampoco lo vi. No hasta que apareció sorpresivamente y me tomó de la cintura para apegarme a su cuerpo.
—¿Es necesario que ese idiota entre a la casa cuando yo no estoy? —Susurró en mi oído y mordió el lóbulo de mi oreja. Jadeé. —¿Uhm? ¿Es necesario?
—Es el padre de mi hija, no puedo ser desconsiderado con él. —Respondí. Las manos de Chris presionaron mis pechos bajo la tela de mi blusa, haciéndome jadear nuevamente. —Chris, cariño...
—No me gusta que te mire de esa forma. —Mordió mi cuello. Fruncí el ceño y luché contra su agarre para que me dejara libre. Pero él, me aprisionaba aún más a él. —Es como si quisiera hacerte suya...
—Que idiotez estas diciendo, Chris Evans. —Le recriminé. —Déjame, no quiero que me beses.
—¿Segura? —Y dicho aquello, tomó de mi cuerpo y me recostó sobre la cama. Sujetó con fuerzas mis manos y mis piernas con el peso de su cuerpo. Besó mis labios y, ante la exquisitez de sentir sus besos, yo cedí totalmente.
Era estúpido pues, siempre que veía a Aaron, Chris no dudaba en hacerme una escena de celos que siempre terminaba en una sesión de besos y algo más. Esta vez, nada era la excepción, salvo la forma en la que me besaba y acariciaba. Mucho más demandante y pasional hasta el punto en el que me aterraba la forma en la que gruñía.