73.- I'm sorry III (Continuación Os LXI y LXIX)
Atenta observé la forma en la que la anciana movía sus frágiles dedos, huesudos y casi deformes sobre las teclas del piano de cola tan vetusto como ella. La admiré por un tiempo y me dejé llevar por la melodía que la mujer entonaba con bastante pasión. Para ser una mujer de casi noventa años, su vigor y talento aún reflejaba a la mujer de treinta años atrás, conocida por todos en el pequeño pueblo de Flåm, Noruega.
Me acomodé en el sofá, deleitándome con las melodía que la mujer entonaba cada tarde después del almuerzo. A mi lado yacía su pequeña nieta de cinco años, jugando con sus muñecas de trapo, hechas por su abuela con tanto cariño. La muchachita alzó su mirada y me tendió uno de sus muñecos para que lo tomara y jugara con ella. Los ojos de la niña me miraron directo y yo ante ello, no podía evitar sentir un ligero remezón pues, esos ojos me recordaban mucho a Steve. Misma tonalidad, misma pureza, misma belleza reflejada desde el interior de su alma.
Tomé el muñeco, me senté sobre el suelo y comencé a jugar con la pequeña.
Mi vida había cambiado, definitivamente. Jamás creí que fuese a dar un vuelco tan enorme. Siempre creí que mi vida la haría dentro de la torre Stark, hasta que llegara el día en el cual debía renunciar por cuestión de edad. Pero, nunca me imaginé terminar en Noruega, en un pueblo entre grandes montañas y bosques frondosos, alejado de todo. No, jamás me imaginé en ese lugar, pero era lo mejor. Estar lejos de Steve, del peligro y mi vida como vengadora fue lo más duro que debí realizar en mi vida, pero ciertamente lo mejor después de todo lo que había sucedido ese día, cuando la familia se quebrantó.
Fury me entendió. Sabía que, después de la lucha en el aeropuerto de Leipzig, nada iba a ser igual.
—Tres años. —Dijo la anciana con voz dulce. Su anatomía seguía frente al piano, llenado su hogar de música. —Llegaste hace tres años y para mi sigues siendo un total misterio.
—No la entiendo. —Dije, sin dejar de observar a la muchachita.
—Siempre te deprimes cuando me ves aquí. Tus ojos cambian, no brillan como antes, dejas de hablar, y miras a Astrid como si hubieras perdido a alguien muy importante en tu vida. —La anciana se volteó una vez terminó de interpretar la última pieza musical para observarme y analizarme con una sonrisa puesta en sus labios finos debido a su avanzada edad.
Suspiré con pesadez. No era extraño que ella se lo cuestionara, a decir verdad, pese a los años trascurridos, el fantasma del capitán Rogers seguía siendo algo que me atormentaba cada día y noche al recordarlo hasta por lo más mínimo. Era evidente que mi estado de ánimo declinara tan notoriamente.
—Es complicado de narrar. —Murmuré. Me levanté del suelo, acomodándome en el sofá tras de mí. La muchacha se levantó y alzó sus brazos para que la tomara en brazos. —Es algo que he querido olvidar, pero por todo el esfuerzo que haga, no logro hacerlo.
—Conozco esa sensación. —Concordó la mujer, dando ligeros asentimientos. —Lo he querido hacer con mi difunta hija, Astrid es el vivo recuerdo de su madre y tenerla conmigo es un sacrificio enorme. —Se levantó de su puesto y caminó hasta sentarse sobre uno de los divanes. —He querido olvidar que tengo una hija fallecida, pero ___________, no se puede hacer nada más que sólo vivir con el recuerdo. Deberías hacer lo mismo, te lo dice una anciana. He vivido muchas cosas.
Y tenía razón. La anciana siempre tenía razón.
******

ESTÁS LEYENDO
S. Rogers - C.Evans || One Shots
FanfictionSteve Rogers || Chris Evans here One Shots.