LXI - Steve Rogers

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61.- I'm sorry


No. No podía elegir entre ninguno de los dos bandos que se había formado dentro del equipo. Por un lado, estaba Tony, regañando y tratando de persuadir al equipo para que firmara el libro y nos dediquemos a salvar al mundo sólo cuando se nos pidiese intervenir y, por otro lado, estaba Steve mencionando que la tierra nos necesitaba fuese cual fuese la situación.

Me era difícil elegir al considerar al equipo como mi única familia. Si mi habilidad me permitiese multiplicarme en dos, estaba segura que pelearía por ambos bandos. Pero, lamentablemente mi don no era aquello, más bien, la creación de campos magnéticos y ello, claramente no me ayudaba mucho si quería ayudar.

Reunidos en la sala de la torre Stark, escuchaba las discusiones entre el multimillonario y el capitán. Romanoff intervenía debes en cuando, Sam y Rohodes discutían entre ellos mismos, mientras visión analizaba todo, manifestando la posibilidad de caos si no firmábamos todos.

—Y tú qué opinas, ___________. —Me preguntó Sam y todos dirigieron su mirada hacia a mi Realmente no tenía una idea clara de a qué equipo debía elegir; lo único que sí tenía claro es que la sociedad nos temía.

—No lo sé. —Murmuré.

—¿Cómo no lo sabes? —Recriminó Tony. —Tenemos que tener una respuesta luego, tienes que saber tu opinión.

—No lo sé. —Volví a decir, esta vez, frunciendo el ceño y fulminando a Tony con mi mirada. —Debe haber otra solución. Esto lo único que está haciendo es separar al equipo. Natasha tiene razón. Quizás debamos firmar y ganarlos la confianza del gobierno nuevamente. —Me encogí de hombros. Pude sentir la mirada del Steve sobre mí con cierta desilusión.

—O sea que estás a mi favor. —Dijo Tony y yo negué. —No, lo acabas de decir. Si apoyas a Natasha, me apoyas a mí.

—Yo no firmaré, eso ténganlo por seguro. —Manifestó Steve, se levantó del asiento y dejando el libro que debíamos firmar sobre la mesa, se retiró de la sala.

—Será mejor que utilices tus encantos y lo convenzas. —Me aconsejó Tony cuando Steve dejó la habitación.

La sala fue desocupada una vez Rohodes, Tony y visión firmaron el acuerdo. En cuanto a Natasha, ella, prometió pensarlo.

Elegir nunca fue mi fuerte. Siempre dudaba sobre mis decisiones y más aún si se involucraban personas que quería. Solté un suspiro y salí de la sala de reuniones hacia la habitación de Wanda. La sokoviana no se había hecho presente durante la decisión y, es que era lógico. En ella recaía la muerte de miles de civiles durante la misión que se llevó a cabo hace dos días atrás. La prensa la tachaba como un peligro para la sociedad y era por ello que las autoridades tomaron la decisión de plantear un ultimátum a nuestras intervenciones.

Wanda me aseguró que se estaba mentalizando para lo que venía. Entre ello, me pidió que la dejara sola.

—Cuenta conmigo para lo que sea, Wanda. —Fue lo último que dije antes de salir de su habitación. La muchacha sonrió a penas. Me dolía verla de aquella manera.

Caminé hacia la habitación de Steve; esto sería lo más difícil que tendría que enfrentar. Seguramente me encontraría con un Steve reacio a escucharme, pidiendo que me fuese con Tony a idear un plan de ataque si es que la situación se salía de control. Y ello era lo que menos quería. Una lucha que nos separara definitivamente.

—¿Amor? —Toqué la puerta antes de entrar. Asomé la mitad de mi cuerpo, divisando el cuerpo de Steve frente al ventanal de la habitación. Me acerqué con cautela, pero ciertamente temerosa a su reacción. —¿Podemos hablar?

—No firmaré el acuerdo, _________. Si es que quieres persuadirme. —Contestó. —¿Realmente crees que estoy equivocado como para no apoyarme?

—Nunca dije que apoyaba a Stark. —Repuse.

—Apoyaste a Nat. —Murmuró. —Por lo tanto, apoyas automáticamente a Tony.

—Steve, cariño... —Traté de tomar su brazo, más él se alejó de mi sin querer contacto alguno. Fruncí el ceño, comenzando a molestarme. —¿Es necesario actuar como un idiota?

—Esperaba el apoyo de mi novia. —Recriminó.

—Estás llevando al equipo a una posible separación, Steve. ¿Qué no te das cuenta? —Espeté. Steve refunfuñó alejándose del ventanal para salir de la habitación. —Steve...

—Realmente esperé tu apoyo, _________. —Volvió a recriminar.

—Por dios, Steve Rogers. —Rodeé los ojos. —Estoy siendo asertiva. Eres mi novio y te amo, pero cariño, tengo que elegir lo mejor para el equipo. —Expliqué. Me acerqué a él y rodeé su cintura pese a que él me quiso alejar. Pero cedió al sentir mis labios besando los suyos. —De verdad no quiero pelear contigo, amor.

—Yo tampoco. —Suspiró. —Creí que estábamos juntos en esto.

—Lo estamos, amor. —Besé esta vez su mejilla, deslizándome hacia su oreja. —Pero no es fácil decidir. Al menos no precipitadamente. Piénsalo, ¿sí? Quizás, la solución está entre nosotros, pero aún no la vemos.

—¿Estás tratando de persuadirme? —Interrogó. Elevó una de sus cejas y me miró con recelo.

—No. Sólo te estoy pidiendo que lo pienses con claridad.

—No tengo nada que pensar, _________. —Reiteró. Sujetó mi cintura y me alejó de su lado.

—Amor, sólo te pido que lo pienses. No desatemos algo de lo que nos arrepentiremos más tarde. —Volví a insistir. Steve se mordió el labio inferior con inquietud. Sin embargo, volvió a negar y a reiterar su decisión.

—Lo siento, _________. —Tomó el pómulo de la puerta y la giró para abrirla. —Pero no firmaré ese libro. —Dijo, y salió de la habitación. 

S. Rogers - C.Evans || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora