YURI

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A la mañana siguiente, ya me encontraba en casa, junto con mis hijos, había preparado Hot Cakes con Waffles, derretido chocolate y comprado fresas.

Mientras los preparaba cheque mi teléfono, desde que había llegado a casa en la madrugada no lo había revisado, solo había llegado a ver a mis hijos en sus camas y caído en la mía, note una llamada perdida de Elle, pero solo era una, por lo tanto, no era una emergencia de vida o muerte pues en ese caso no habría parado de llamar, así que tarde o temprano llamaría.

Mihael y Nate desayunaban tranquilamente en el comedor de la lujosa casa, que más que casa era una mansión de dos pisos, cuando Elle me dijo que había comprado una casa cerca del Orfanato de Wammy, había pensado que era una casa común y corriente, como las que suelen verse comúnmente y salen en revistas con una familia feliz que suelen tener dos pisos con patio trasero y delantero, nunca me imaginé que había comprado un mansión, cuando llegamos lo primero que pensé es que había mucho espacio, demasiado, en esos momentos Elle y yo aún no teníamos a nuestros hijos así que eramos dos personas en esa enorme casa, después de un tiempo me acostumbre a vivir en ella, supongo que te acostumbras a tener más que a tener menos, pues nunca en mi vida había vivido en una casa tan grande, ni siquiera a algo cercano o próximo.

Mi teléfono comenzó a sonar mientras me había perdido en mis divagaciones mentales, cuando sonaba mi teléfono podían ser por dos cosas o el trabajo o Elle, esto lo sabían nuestros hijos los cuales rápidamente levantaron la vista de lo que estaban haciendo para poner atención a la llamada, solo eran dos niños de siete años, pero eran increíblemente atentos a todo.

Conteste el teléfono y decidí alejarme a unos cuantos metros de ellos para tener un poco más de privacidad, pero lo suficiente para vigilarlos, aunque sabía que era inútil, de algún modo u otro se enterarían de todo como de costumbre.

- Hola Buenos días Yuri- Dijo en tono algo meloso mi esposo, tono que suele utilizar cuando llevamos mucho tiempo sin vernos.

- Hola Cariño, ¿Cómo has estado?, ¿todo bien en Japón? - pregunte tranquilamente, claro que sabía que estaba en Japón antes de irse Elle me había contado todo, todo sobre donde se quedaría y todo lo que sabía hasta el momento del caso.

- Las cosas van lentas, por lo visto estuviste ocupado ayer en la noche- menciono a la ligera, no como pregunta si no como afirmación pues de algún modo u otro lo sabía- solo quería pedirte un favor, ¿Quería saber si podrías venir a Japón conmigo por un tiempo?- dijo algo cansado y sin duda esperando una negativa de mi parte, aunque bien sabía que realmente no podía negarle nada.

-Aja- no estaba prestando atención a la llamada del todo, Mihael había desaparecido de su silla, para ir sin duda a la cocina a buscar los chocolates que según yo había escondido muy bien, pero que sin duda encontraría en dos segundos.

- ¿No me estas escuchando verdad? - pregunto un tanto divertido, sospechando lo que sin duda estaba sucediendo en casa.

- Si lo hago, y si me gustaría ir a Japón para ayudarte en lo posible en la investigación- busque con la mirada a mi hijo, revise debajo de la mesa para verificar que no se encontraba allí, escondiéndose detrás del mantel, después camine hacia la cocina, según yo había apagado la estufa, y por suerte así era.

- ¿entonces vendrás? - pregunto emocionado, como un niño a quien se le ha prometido un nuevo regalo.

-Claro- afirme pues realmente también ansiaba verlo sin embargo en esos momentos tenía otro problema- pero se tendrán que quedar como ¡diez niñeras para cuidar a estos niños! - aumente la voz mientras tapaba el teléfono con una mano, esperando que con semejante amenaza Mihael saliese de una vez de su escondite, en su lugar Nate asintió con la cabeza mientras comía una fresa, me daban ganas de golpearme en el rostro con mi propia mano.

-Claro las que sean necesarias, no te preocupes- dijo burlándose de la situación, en este punto se estaba riendo por lo bajo por lo que sin duda estaba sucediendo en su ausencia- entonces reservare tu boleto y lo preparare todo con Watari.-dijo feliz al otro lado de la línea.

-Claro que si cariño- le confirme, me hubiese gustado quedarme a hablar más con él para que me constase todo, o al menos para sentirlo más cerca de mí, pero justo en ese momento un estruendo salió de la cocina- me tengo que ir cariño me llamas luego- dije antes de colgar rápidamente - ¡Mihael Lawliet Ivanov, que hiciste ahora! - exclame preocupado mientras corría hacia la cocina.

¿ y si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora