ELLE

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Sin duda mi esposo estaba molesto y preocupado por Misa Amane, pero antes de que Yuri pudiera seguir recriminándome, para mi fortuna llego Light Yagami, dispuesto a entregarse por "sospechar" de sí mismo como Kira, que locura, pero también era bastante conveniente, si lo encerraba y los crímenes dejaban de continuar, eso significaría que el era Kira y Misa Amane la segunda Kira, todo podía ser perfecto si no fuese porque fue el propio Light quien decidió entregarse.

Al final había terminado aceptando en encerrar a Light Yagami y a Misa Amane, por sospecha de ser Kira, pero cuando voltee a ver a Yuri este me había puesto una cara de desconcierto total, así que rápidamente me excuse diciendo lo siguiente.

-Sin embargo- comencé intentando disuadir aquella mirada que me había puesto- el trato que recibirán ambos sospechosos a partir de ahora será completamente diferente a lo que teníamos previsto, viendo la conversación reciente que tuvimos, tanto Misa Amane como Light Yagami tendrán una celda propia en la cual podrán estar en libertad dentro de ella, no recibirán ningún tipo de abuso de índole física o psicológica o cualquier otra imaginable, y permanecerán allí hasta que las sospechas de que ambos son Kira desaparezcan o sean confirmadas- explique calmadamente, sin agregar que lo hacía porque mi esposo me acaba de regañar delante de todos los presentes.

Esperaba que con esto mi esposo estuviera más tranquilo, y tal como pense así fue, tanto que Yuri solo pudo decir por lo bajo unas gracias, parecía que había vuelto a confiar en mí, y eso me dejaba aliviado, sin embargo, el Jefe Yagami también quiso ser encerrado hasta que su hijo saliera del encierro.

-Bien Jefe Yagami- dije mientras me sentaba de vuelta en mi silla casi sin dirigirle la mirada- la situación en este caso será la misma para usted, una celda y total libertad, salvo que si usted decide salir de vigilancia podrá hacerlo cuando usted lo desee- explique mientras llenaba una taza con café.

El Jefe Yagami había aceptado a todo esto y además había confirmado mi teoría, si Light fuese Kira, el jefe Yagami, terminaría matando a su hijo y luego suicidándose por el dolor y la deshonra que esto le causaría.

Cuando estaban siendo llevados a sus respectivas celdas tanto padre como hijo, el Jefe Yagami se detuvo y le agradeció a Yuri por evitar el sufrimiento de su hijo, si bien el Jefe había sido indiferente ante el sufrimiento de Misa Amane, no sería lo mismo ante el sufrimiento de su primogénito.

Cuando el día termino, no podía estar tranquilo sabía que Light Yagami se había excusado diciendo que él no recordaba ser Kira pero que quizás lo había sido alegando amnesia, curiosamente algo parecido le había pasado recientemente a Misa Amane, y por si fuera poco mi esposo no estaba nada feliz con el sin embargo disimulaba tranquilidad.

Pero Yuri tenía razón en algo, ninguno de los dos defendía nada parecido al abuso, de hecho se habían conocido debido a este, habían pasado mucho años desde el primer día que tuve el primer contacto con Yuri, para ser exactos casi nueve años, me habían llamado a una investigación de trata de personas, más bien niños todos menores de 18 años, esta red de tráfico pugnaba en el interior de Europa, más específicamente de Francia a España, la policía del caso, al igual que el FBI y la CIA se habían quedado sin opciones, los traficantes se les escapaban de las manos como gotas de agua y parecían reproducirse como ratas, del mismo modo los niños se les escapaban, cada vez que estaban cerca, algo o alguien les avisaba a los traficantes lo que provocaba que estos huyeran, desaparecían por meses y después hacían un gran regreso con más niños de por medio, ese fue el ambiente en que conocí a Yuri, un ambiente policiaco, Yuri había logrado dar con el escondite de los secuestradores varias veces sin embargo cada que estaban cerca se escapaban, en ese momento mis sospechas eran que él era un posible espía dentro de la CIA, porque en esos momentos Yuri trabajaba en la CIA en el área de trafico infantil, mis sospechas aumentaron debido a que Yuri usaba en esos momentos un nombre falso, se hacía llamar William Johnson, yo había descubierto que ese nombre era falso valiéndome de información antigua y muchos contactos, su nombre real era Yuri Ivanov, quien aparentemente los archivos policiacos de Moscú había muerto a los quince años de edad en un "supuesto suicidio", a pesar de ser considerado un suicidio se tenía de sospechoso al padre de Yuri un hombre llamado Vladimir Ivanov, quien había sido denunciado por su propio hijo por abuso sexual, físico y secuestro, sin embargo había sido liberado por falta de pruebas a pesar de que el propio Yuri era la prueba mayor, sin embargo tampoco se le pudo acusar a Vladimir por homicidio ya que el cuerpo de Yuri jamás fue encontrado y es por eso que aceptaron la teoría de Ivanov de que su hijo simplemente se había suicidado en algún lugar recóndito para nunca ser encontrado, más fácil para la policía, menos papeleo y ninguna búsqueda de rescate, su caso particular era curioso, y el hecho de que usara un nombre falso dentro de la CIA lo era aún más, esto causo que decidiera investigarlo a fondo y averiguar si era o no un espía de los traficantes, pero la verdad no lo era, Yuri tenía una determinación férrea a encontrar a los culpables una moral y ética incuestionables, todo esto me llamo demasiado la atención, y por si fuera poco este joven de apenas 18 años quien se decía tener 21 era un genio en muchos ámbitos, no solo había logrado encontrar el escondite de los traficantes también era un poliglota maravilloso que fungía de excelente como traductor en las misiones, cuando el caso de los traficantes termino y la red fue desmantelada por completo, lo cual tardo dos años en realizarse, no podía sacármelo de la cabeza, y fue así como lo contacte para que fuera mis ojos y oídos en múltiples investigaciones, después de un corto tiempo de trabajar en la CIA, Yuri lo dejo, pues la CIA era conocida por sus tácticas inhumanas con sus prisioneros y sospechosos así que cambio al FBI donde trabajamos juntos en varios casos, hasta que tuve el suficiente valor de conocerlo en persona, algo que nunca había hecho con ningún otro trabajador o informante.

Después de conocerlo por un buen tiempo, había llegado a la conclusión de que Yuri era un genio, multifacético y con una gran empatía, si bien había trabajado en la CIA y en el FBI no había realizado ninguna baja, no había matado a nadie, sus disparos no eran mortales pues había estudiado suficiente de medicina para saber en qué lugares una bala no sería mortal, era incapaz de matar, sumándole su moral estable y bien posicionada, Yuri era uno en siete mil millones de personas, sabia por las probabilidades que no conocería a nadie igual, ni a nadie que pudiera entenderme del mismo modo pero al mismo tiempo ver el mundo de un modo tan complejo, es por ello que me enamore de él.

Tenía que hablar con él, salí del cuartel, me dirigí al piso de abajo, donde se supone es mi habitación, aunque nunca la uso, siempre duermo en la habitación de Yuri desde que llego, temía que esta fuera la primer noche que tuviera que dormir solo desde su llegada, al entrar al cuarto este estaba vacío, las paredes tenían un color negro, las persianas cerradas, todo estaba en completo orden porque nadie nunca había tocado nada de él, me dirigí a una de las columnas de la habitación, por medio de mi huella y una tarjeta especial el ascensor escondido se abrió, entre en él, presione el botón de bajar al piso inferior, al cuarto de Yuri, mientras bajaba solo podía pensar en cómo pedirle perdón o hacer que me perdonase por lo sucedido, salí del ascensor a su habitación, mientras mi habitación era todo orden y perfección inmaculada por su nulo uso, la habitación de Yuri se encontraba en "orden" o así el solía llamarle, había papeles de la investigación regados por el suelo, graficas pegadas en las ventanas y en la paredes, dos laptops conectadas mostrando distinta información cada una, su cuarto tenía el color de las paredes blanco puro, el mismo color del cuarto de Nate y el color que solía usar Yuri por lo general.

Examine la habitación buscándolo con la mirada hasta que lo encontré viendo por el gran ventanal del cuarto, viendo la ciudad de Kanto con sus luces neón, llena de vida, estaba esperándome.

Mientras buscaba meticulosamente las palabras para empezar a hablar, solo podía preguntarme, ¿Cómo en el mundo es que éramos pareja?, nuestra forma de ser e incluso de vestir eran tan distintas, yo era un ser introspectivo, y él era un ser de fuego, volátil, mis expresiones fáciles no me delataban por lo general, podía aparentar calma, y por el contrario Yuri, mi querido Yuri era capaz de decirlo todo con una mueca, yo podía quedarme quieto y pensar las cosas y el, el en cambio era capaz de comerse al mundo si lo desease, mi forma de vestir era bastante desalineada, mientras que su forma de vestir era pulcra, estética, minimalista, perfecta, para mí su forma de ser, era en extremo compleja, era como un delicioso helado de vainilla que te sorprendía mientras más capas descubrías, casi podía decir que de los dos él era el más impredecible.

-no estoy del todo molesto contigo Elle- dijo calmadamente mientras seguía viendo por el ventanal- entiendo por qué lo hiciste y cuales eran tus intenciones, no planeo estar enojado contigo todo el día, sabes que no puedo hacer eso, además seria infantil de mi parte, solo espero que en un futuro nada de esto se repita.

Menos mal, me había ahorrado el discurso de intentar persuadirlo para que me perdonase, pero también sabía que mi esposo era incapaz de enojarse conmigo todo un día y eso me alegraba.

Camine hacia él, despacio, no fuera a ser que me quisiese a diez metros de él, pero para mí alivio no fue así, me dejo que me acercara y mirase por el ventanal a su lado, lo tome de la mano, mientras observábamos la enorme ciudad de Kanto, lo mire como lo había visto el día de nuestra boda, solo podía sentir amor hacia él, amor hacia todas sus facetas a cada una de sus expresiones, a su fragilidad y a su determinación, amor por aquel hombre que me había dado dos hijos, entonces lo bese, porque lo amaba de verdad, lo amaba.

Por un momento pensé que me rechazaría por lo sucedido, pero no sucedió, el continuo con el beso, mientras me acercaba a si sujetándome del cabello, era un beso apasionado, dulce, romántico una muestra más de nuestro amor.

¿ y si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora