RYUK

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Light a estado bastante molesto últimamente, supongo que tiene que ver con el día en que llego Virgilio a la investigación, ese día en que todos se fueron a casa el se quedo solo en el cuartel, alegando que investigaría unas ultimas cosas antes de irse a casa, sin embargo no se quedo en el computador, bajo hasta el piso donde se grababan todos los videos de vigilancia, esperando encontrar el video de ese mismo día, para sacar alguna imagen de Virgilio y así poder dársela a Misa Amane , así descubrir por fin su nombre, pero lo que se encontró en su lugar lo dejo furioso, la computadora donde deberían estar almacenadas todas las horas de video tenia contraseña y un máximo de dos intentos para poder abrirla de no ser así la información que tenia se borraría instantáneamente, Light se puso como loco, yo me reí bastante alto, Virgilio había intuido que Light haría justo lo que acababa de hacer, lo había vencido una vez mas. 

Desde que L había muerto, las cosas habían sido bastante aburridas, no había mucho que hacer, solo me quedaba ver como Light formaba "su nuevo mundo" y se convertía en el "Dios" de este, desde que Light había recibido la libreta se le había dado por considerarse un Dios, aunque realmente solo era un universitario bastante inteligente pero no dejaba de ser humano, pero si haciéndose la idea de que el era un Dios le ayudaba a mantener el entretenimiento por mi estaba bien.

Habían pasado varias semanas desde que Virgilio había llegado de nuevo al cuartel y para ser honesto, el chico me caía bastante bien, era bastante cortes y considerado, no lo había visto por dos años, sin embargo seguía siendo el mismo, el mismo chico que había saludado de manera tan cortes a Rem y el único que le había dirigido la palabra de manera amable y no únicamente para contestar preguntas con respecto a la Death Note, a pesar de que había sido Rem quien había escrito el nombre de L en su libreta, Virgilio nunca me juzgo por ello, el no culpaba a todos los Shinigamys por el acto de uno solo, eso me agradaba.

Una tarde en que todos estábamos en el cuartel, el y yo estábamos sentados uno enfrente del otro en los sofás del cuartel, parecía estar pensando, a diferencia del resto de los investigadores el no rehuía a mi mirada ni a mi aspecto, creo que incluso si hubiese tenido cuatro cabezas no le hubiese importado, me pregunto si me gustaba comer manzanas, a lo que yo le conteste que si, parecía interesado en mi respuesta e intrigado por la misma, después esa misma tarde Light estaba aun mas cabreado conmigo y yo no entendía el porque, es mas sigo sin entender porque, si solo conteste una pregunta, pero en lugar de explicarme volvió a ignorarme como acostumbraba.

El resto de las semanas Virgilio me traía por lo menos una manzana al día, llegaba al cuartel nos saludaba a todo de manera cortes y me daba la manzana de buenos días, después se ponía a seguir investigando, me pregunto si L había tenido la misma atención por parte de Virgilio, algo me dice que si, ¿le habrá dado una manzana todos los días?, de ser así que afortunado había sido.

Virgilio y yo nos habíamos empezado a llevar bastante bien, estando aburrido y dando vueltas en su silla, pues había dejado la silla de L donde estaba y se había conseguido otra, mientras comía paletas de dulce, Virgilio solía preguntarme cosas sobre el mundo Shinigami, parecía interesado en mi mundo, ningún humano me había preguntado algo sobre mi o sobre el lugar donde había venido, los humanos no parecían tener mucho interés en ese tema, o fingían que no lo tenían, o que lo sabían todo, pero Virgilio era bastante curioso con respecto a mi y al mundo Shinigami, Virgilio me parecía un humano curioso y a mi me alegraba que me tomasen en cuenta, me agradaba que no todo el día se la pasasen ignorándome, me gustaba hasta cierto punto tener una conversación normal con alguien que parecía interesado en mis respuestas.

Un día de esos en que estábamos sentados platicando de la vida, por así decirlo, mientras yo me comía una bolsa llena de manzanas que Virgilio había traído solo para mi, empezó a decir.

¿ y si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora