Capitulo 4

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Pov Marti

—¿Con quien hablas tanto? —pregunto Brisa cuando me vio contestandole los mensajes a Lourdes.

—Con nadie que te interese. —bloquee de inmediato el celular. —¿Ya nos vamos?

—Si, Joao, Nico y Rama estan abajo. —me respondió mi mejor amiga notificandome que nuestros amigos estaban abajo.

Tome mi bolso y bajamos hasta el vestibulo donde los tres chicos nos estaban esperando. Subimos al auto de Nicolas y arrancamos para el bar. En todo ese tiempo no pare de pensar en la fotografa. Al contrario de lo que yo pensaba, no paso absolutamente nada, no se me tiro, no insinuo nada conmigo, ni una sola vez. Pero lo que más extraño me parecio, es que yo tampoco lo intente. De hecho creí que toda la cena iba a ser aburrida y al contrario, no pude concentrarme ni una sola vez en intentar hacer algun movimiento porque todo lo que ella tenia para contarme me parecía interesante. Y cuando por fin la deje en su casa, ella me tomo por sorpresa dandome un beso en la mejilla que me dejo helada. Nunca me habia pasado esto antes con nadie, ni chica ni chico. Pero bueno, supongo que tendría otra oportunidad en algún momento.

Llegamos al bar y enseguida mis amigos pidieron unos vodka para empezar a tomar algo. La música del lugar estaba bastante buena y estuvimos la mayor parte de la noche bailando. Cuando se hicieron al rededor de las 3 de la mañana, Brisa se fue a la casa de Angie y me quede con los chicos.

—Que raro que no estas con tus manos encima de alguien, Martina. —se acerco a hablarme Nico.

—Hoy no creo estar de animos. —lo cual era verdad.

—¡No puede ser! ¡Sos una impostora! Habla ya y decime que le hiciste a la verdadera Martina. —bromeo un poco.

—No seas tonto nene. —le pegue un codazo en el pecho que él fingió que le dolio como si le hubiera clavado un puñal. —Es que no hay nadie que me interese en esta fiesta.

—¿Y con Rama? Sabes que él ama acostarse con vos. —me guiño un ojo.

—Quizas termine yendome con él. —ambos reimos.

Si, yo solía acostarme cada tanto con Ramiro, eramos todos un gran grupo de amigos desde muy chicos, pero con él siempre nos gustamos y nos tiramos varios palos, fuimos novios en la secundaria pero cuando paso lo de mi madre ya no me interese por nadie más y lo único que hubiera hecho si seguia con esa relación, era lastimarlo. Así que preferi dejarlo, pero aún teniamos ese feeling sexual que hacia que cada vez que estuvieramos borrachos o con ganas de tener sexo terminemos acostandonos. Hoy no tenía ganas, ni con él ni con nadie, porque solo podía pensar en que Lourdes no tenía esas intenciones conmigo y odiaba que me dijeran que no. Aunque basicamente no me lo dijo, pero me frustraba tener que esforzarme más de la cuenta solo por sexo.

—¿Vos no te vas con nadie? —le pregunte a mi amigo.

—No, ya no hago esas cosas, hace unos días formalice con Cata así que ya no más sexo casual para mi. —tomo un sorbo de su vaso.

—¿Quien lo diria no? —alce mi vaso.

—Quiero hacer las cosas bien con ella, realmente la quiero. —daba fé de que mi amigo se habia enamorado. Cata era una chica que conoció en un viaje a Europa hace ya varios meses, ambos eran de Nueva York asique cuando volvieron siguieron en contacto y empezaron a salir. Antes Nicolas era como yo, no dejaba titere sin cabeza, pero ahora se lo notaba bastante feliz, así que me ponía feliz por él tambien. —¿Y vos Martina? ¿Cuando vas a sentar cabeza de una vez?

—Por favor Nico. —largue una carcajada. —Yo no puedo ni quiero amar a nadie, además nadie soportaria mi ritmo de vida, ni mis caprichos, ni los arranques que tengo. —esos eran uno de los tantos motivos por los cuales preferia quedarme soltera para siempre.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora