Pov Luli
Estaba llegando tarde a una nueva entrevista de trabajo. Ahora estaba de nuevo en Filadelfia y los lugares para poder trabajar de lo que a mi me gustaba, era muy escasos. Así que no podia desaprovechar esta oportunidad.
—Hola, soy Lourdes Gonzalez y vengo por el empleo en el periodico. —me anuncie en recepción.
—Ah si, nos dijeron que vendrias. —me dijo la chica que trabajaba ahi. —Adelante, te estan esperando.
—Muchas gracias. —le agradeci y fui hacia la oficina que me indicaron.
—Hola Señorita Gonzalez, tome asiento por favor. —el señor me saludo amablemente.
—Mucho gusto, perdon por la tardanza. —me disculpe.
—No hay problema. —me sonrió. —Ahora, Gonzalez, estuve leyendo su curriculum y trabajo en lugares muy prestigiosos, en el New Yorker y en el estudio de Selena Mosca, quien de hecho nos dio una reseña fabulosa de su trabajo. —me dijo de manera alegre. —Nos encantaria tenerte en nuestro equipo de trabajo.
—Y a mi me encantaria pertenecer. —le respondi.
—Genial, entonces el empleo es suyo. —yo no pude contener la alegría.
—Gracias señor, realmente no se va a arrepentir. —le dije.
—Espero que no. —sonrió. —Ahora la pregunta es...¿por qué dejar Nueva York y esos grandes empleos por venir a un diario local en Filadelfia? —esa pregunta hasta yo me la hacia a veces.
—Aca estoy más cerca de mi familia, y ya pase un año lejos de ellos y los extrañe demasiado, por ahora quiero mantenerme aca aunque aún haciendo lo que me gusta. —le respondí, cosa que no era del todo mentira.
—Me parece bien, Lourdes. Entonces te espero el lunes para empezar. —yo asentí y me despedi.
Mientras caminaba por el parque de camino a mi casa, me puse a pensar en todo lo que habia pasado en mi vida en estos últimos meses. Desde que Martina me admitio ya no estar más enamorada de mi, mi vida fue un pozo depresivo del que me costo salir. Gracias a Angie y a Sele pude hacerlo y tome la sana decisión de volver a casa, con mi familia.
Sabia que necesitaba este respiro, y me estaba haciendo bien, pasaba tiempo con mi hermanita, los fines de semana podia disfrutar de la compañia de mis padres y me hacia feliz. Por momentos. El resto del tiempo solo pensaba en Martina y en como arruine todo con ella.
Antes de irme hable con Camila, fui muy enojada a buscar una explicación y ella solo pudo decirme que lo sentía, que no era momento de poder explicarme nada pero que pronto la iba a entender. No me dijo más nada, pero la note algo triste. Aún asi, yo no podia creerle ni confiar en ella, despues de todo habia conspirado con el padre de Martina para separarnos a las dos. Y lo logró.
—Hola hija, ¿como te fue? —preguntó mi madre cuando me vio entrar.
—El empleo es mio. —dije algo emocionada.
—¡Lo sabia! Sos una genia mi amor. —vino enseguida a abrazarme.
—¿Qué es tanto festejo? —mi padre entro a la sala.
—Tu hija va a trabajar en el periodico de la ciudad. —le contesto mi mamá.
—¿En el Filadelfia News? —yo asentí. —Es una genial noticia hija, me pone muy contento. —me abrazo y yo le correspondí.
—Muchas gracias. —les agradecí la emoción a ambos.
—Y que justo nos viene esta noticia para una celebración. —dice mi papá. —Justo que este fin de semana tenemos una invitada de lujo.
—¿Eh? —los mire confundida.
—Porque vine yo tonta. —Angie apareció desde la cocina dejandome completamente shockeada.
—¿Qué haces aca? —la miraba y no lo podia creer.
—¿Te pensaste que si te ibas de Nueva York te ibas a librar de mi? Ni en tus sueños enana. —me hizo reir. Salte a darle un abrazo. Ella no lo sabía, pero en estos momentos necesitaba a una amiga más que nadie.
—Gracias por estar aca. —le dije sincera.
—Con tu padre vamos a ir a buscar a Delfi a un cumpleaños y a comprar carne para la noche, vamos a festejar que el empleo es tuyo y que Angie vino de visita. —nos aviso mi mamá y ambas asentimos.
Se fueron dejandonos solas y nos preparamos un cafe para sentarnos en el living.
—Realmente te extrañaba. —le dije.
—Lo se, suelo causar eso en la gente. —contesto modesta. —Pero ya, yo tambien te extrañaba y por eso vine hasta aca, hace mucho no contestas mis mensajes.
—Días complicados. —admiti.
—¿Es por Martina? —yo solo asentí. —Debi suponerlo.
—¿Como...como esta ella? —me atrevi a preguntar.
—No lo se, o sea, se que esta bien porque Brisa no tuvo que salir disparando a cualquier hora para ir a calmar uno de sus llantos pero en general, no tengo idea. —me respondió sinceramente. —Deberias dejar de pensar en ella.
—Aunque lo intente no puedo, se que ya no me ama y que estoy pensando en una persona que seguro ya ni me recuerda pero, no puedo evitarlo. —agache la cabeza.
—Deberias conocer gente nueva, darte la oportunidad de salir con alguien más. —me aconsejo.
—No podría, no ahora. —conteste. —Solo puedo pensar en ella y no seria justo para la persona que conozca que tenga en mente a alguien más.
—¿Que tal si esta noche salimos? Después de la cena con tus padres, podemos ir a algún bar o no se como se entretienen en este pueblo. —dijo riendo.
—No somos un pueblo, Angie. —la golpee. —Pero esta bien, no es mala idea salir hoy.
—Genial, viernes de chicas, como en los viejos tiempo. —ambas sonreimos.
Me quede mirandola, queria preguntarle más sobre Martina, pero no sabia si era lo correcto. Quizas de verdad no sabia pero quizas tampoco decia nada por no comprometer a Brisa, o quizas para no ponerme mal a mi.
—Dale, pregunta. —hablo la peli azul sacandome de mis pensamientos.
—¿Qué? —la mire confusa.
—Estas mirandome con esa cara que solo pones cuando no te animas a preguntar algo así que....hacelo. —a veces me olvidaba lo mucho que me conocia Angie.
—Esta bien. —tome un suspiro de valor. —Sabes si...ella...Martina...¿esta saliendo con alguien? —me asustaba la respuesta, pero me comia la cabeza no saberlo.
—No, no sale con nadie. —me contesto.
—¿Me decis la verdad o es solo para no hacerme sentir mal? —mis inseguridades estaban desbordandome.
—Te lo digo de verdad, pulga. —apoyo su mano en mi hombro. —Que yo sepa Martina no sale con nadie, y supongo que tampoco debe tener tiempo porque esta en una disputa legal con su padre así que lo dudo.
—¿Esta en juicio con su pa...—me corto antes de que terminara.
—No vine aca para hablar sobre Martina ni ser un chivo expiatorio, ya basta de la rubia esa y ahora a concentrarse en que nos vamos a poner hoy. —termino el tema ahí y yo decidi no seguir insistiendo.
Aunque no pude evitar pensar toda la noche en que si Martina se encontraba en esa situación con su padre, entonces quizas no la este pasando del todo bien. Mi cabeza iba a matarme. Estaba imaginando tantas cosas y ninguna era buena.
Solo esperaba que ella estuviera bien.
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Delicate || Martuli
FanfictionMartina Benza es la hija del empresario y dueño de la cadena de hoteles más importante de todo Nueva York. Después del fallecimiento de su madre, las peleas por la rebeldía de la chica rubia formaban parte de la rutina de Dan Benza. Hasta que por fi...