Capitulo 41

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Pov Luli

Después de recibir ese mensaje, me quede tensa. ¿Quien podría ser? No solía confiar en desconocidos pero si esto involucraba a Martina, debía hacerlo.

Decidi finalmente no contarselo a la rubia, creí que no debia sumarle más problemas a su vida así que tome la responsabilidad de responderle y ver que era lo que queria este extraño o extraña. Enseguida obtuve respuesta.

"Sabado 15:00 hs. Panaderia Velvet. Anda sola"

Trague saliva al leer eso. Me ponia nerviosa no saber con quien estaba tratando. Me fui a acostar ese viernes sin saber que iba a ocurrir al otro día. Me preguntaba si hacia bien en ir, en responderle, en hacer todo esto sin contarle a nadie pero el solo pensar en que Martina podia llegar a correr peligro me hacia olvidarme de todo lo demás.

Me levante el sabado después de haber dormido muy mal la noche anterior. Sentía una sensación extraña en mi pecho, como si algo malo hubiera pasado o estuviera por pasar. Intente no pensar en eso y espere a que se hiciera la hora.

Eran las 14:49 y yo ya me encontraba en la puerta de la panaderia. Tome valor para entrar, y asi lo hice. Habia mucha gente y yo miraba perseguida para todos lados a ver quien podria ser. Mande un mensaje avisando que ya estaba en el lugar tambien para ver si a alguien le sonaba el celular en ese momento, pero nada. Empece a desesperarme un poco y pensé que quizas no era buena idea estar ahi, me pegue la media vuelta para irme pero justo me choque con alguien.

—Perdon, perdon, estaba muy distraida y no te vi, mil disculpas. —me disculpe con la chica que me habia llevado puesta.

—No te preocupes. —me dijo mientras levantaba su bolsa del piso. —Te entiendo,  puede pasar. —termine de ayudarla con lo que yo habia provocado que tire.

—De verdad, perdon, ¿rompi algo? —le pregunte.

—Por suerte nada. —se rió. —No te preocupes, puedo perdonar a una chica con lindos ojos. —ese comentario hizo que mis mejillas se pongan algo rojas.

—Bueno, gracias. —respondi de forma timida.

—¿Como te llamas? —me pregunto.

—Lourdes, ¿y vos? —la mire esperando su respuesta.

—Camila. —me dijo y me estiro la mano en forma de saludo. —Mucho gusto.

—Igual, aunque no creo que haya sido la forma correcta de conocernos. —levante los hombros y ambas reimos.

—Disculpa, ¿dijiste que te llamas Lourdes? —un chico alto que parecia ser empleado de ahí se metio en la conversación y yo asentí. —¿Lourdes Gonzalez?

—Si, ¿por qué? —pregunte curiosa.

—Alguien dejo esto para vos hace un rato. —me entrego un sobre con mi nombre.

—¿Y quien era? ¿Sabes? —indague.

—No tengo idea, lo dejaron encima del mostrador con un recado que decia "por favor entregar a Lourdes Gonzalez" —fue lo único que me contesto, yo le agradeci y se fue.

Abri la carta rapidamente y supe enseguida que era de la misma persona que me habia enviado el mensaje.

"Si fuiste hasta ahi, es porque estas interesada. Tengo mucha información que puede ayudar a tu novia, pero segui los pasos al pie de la letra sino las cosas van a terminar muy mal."

No estaba firmada por nadie, ni decia nada más. Solo eso. Deje salir el aire retenido de la bronca que tenia. ¿Quien estaba tan empesinado con destruir a Martina que se tomaria el tiempo de hacer todo esto?

—¿Todo en orden? —me pregunto la rubia que tenia en frente mio, que para ser sinceros, ya me habia olvidado que estaba ahi.

—Si todo bien, solo que, olvide el cumpleaños de alguien. —menti.

—Te veo algo inquieta, ¿no te gustaria que vayamos a tomar un cafe? —me pregunto.

—No creo que sea buena idea ahora. —le respondi intentando no sonar grosera.

—Vamos dale, ¿o me vas a hacer jugar con la lastima de la pobre chica a la que le tiraste su bolsa de compras? —dijo causando que se me escapara una sonrisa.

—Tenes razón, te lo debo. —le dije y ella festejo triunfante.

—Conozco una cafeteria por aca cerca que es buenisima, te va a encantar. —yo solo la seguí.

No estaba de animos, yo toda la charla estuve pensando en esa carta y los mensajes extraños. Tenia que averiguar quien queria hacerle tanto daño a Martina y detenerlo, no iba a dejar que nadie la lastimara.

—Y la verdad que estudiar y trabajar me complica los horarios, pero es lo que me gusta así que lo llevo de la mejor manera. —dijo Camila y yo no tenia ni idea a que se referia, así que solo me limite a asentir. —¿Y vos Lourdes? ¿Que haces de tu vida?

—Trabajo en un estudio de fotografia. —respondí.

—Eso es increible, así que tengo una fotografa tomando cafe conmigo, es un honor. —fingio un aplauso. —Es un lindo trabajo ese, ¿que fue lo que te hizo elegir esa profesion? —me miro atenta.

—Siempre supe que queria ser fotografa, porque me gusta capturar los momentos lindos y guardarlos para siempre. —empece a contarle. —Tengo albums llenos de fotos de mi familia, de algunos viajes que hicimos, de gente especial para mi.

—¿Tu novio? —preguntó.

—No, no tengo novio. —respondí.

—Pero veo que hay alguien importante ahi...¿me equivoco? —me miro divertida.

—Si, es una ella en realidad...se llama Martina y no somos novias pero, es una larga historia, lo estamos intentando. —comente.

—Y se te ilumina la cara cuando hablas de ella, que lindo. —sonrió de forma genuina. —Espero que sea lo que sea que esten intentando salga bien.

—Gracias. —respondi.

—Bueno, me encanto el cafe y la charla pero tengo mucho que estudiar, así que por hoy ya deberia irme. —me dijo mientras sacaba la billetera para pagar.

—Tranquila, yo te choque, yo pago. —le dije y aunque ella se resistio, termino cediendo.

—Esta bien, pero la proxima va por mi parte. —me dijo y la mire confundida. —¿Te pensaste que iba a quedar aca? Para nada, me caiste muy bien y necesito amigas en la ciudad, así que aca esta mi número, llamame más tarde asi guardo el tuyo. —me dio un papel con su telefono.

—Te voy a llamar. —le asegure.

—Me encantaria. —contesto y me saludo con un beso en la mejilla. Se fue rapidamente y la vi subirse a un taxi.

Esa tarde con Camila habia sido divertida, por lo menos me hizo olvidarme un rato de toda la situación extraña de los mensajes.

Pague la cuenta y me fui de la cafeteria, tenia que buscar ayuda de alguien más si no queria terminar en problemas graves. Así que me fui a buscar a la única persona que podia ayudarme con todo esto.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora