Capitulo 63

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Pov Luli

—Olor a vainilla. —escuche la voz de Melissa atrás mio.

—¿Qué haces aca amor? Es de mala suerte ver a la novia antes de la boda. —Intente taparme con la bata.

—No puede haber mala suerte si no hay boda. —la mire confundida.

—¿Como? —no entendia a que se referia.

—Que no nos podemos casar Lourdes. —esto no estaba pasandome.

—¿Por qué no? —necesitaba una explicación.

—Por el olor a vainilla. —contesto. Yo seguia sin entender.

—Vas a tener que explicarte mejor. —ya estaba nerviosa.

—Me cruze a Martina, por lo que tengo que deducir al verla llorando es que vino a verte primero. —cerre los ojos como lamentandome. —Por tu reacción deduje bien.

—Si, vino aca a pedirme que no me case pero le dije que no habia forma que eso pasara, yo me voy a casar con vos no importa quien quiera oponerse. —le dije firme.

—Pero el olor a vainilla me confirma que no es lo que realmente queres. —otra vez con lo de la vainilla, no lograba entenderla. —Hace un tiempo volviste después de dormir en lo de Angie con un fuerte olor a vainilla y justo despues de ese día volviste a llevarte bien con Martina. —no me gustaba por donde venia esto. —Yo te dije que era bastante fuerte la colonia de Emma, pero no era de Emma, era de Martina.

—No entiendo a que queres llegar. —le dije.

—Ese día no dormiste en lo de Angie, dormiste con Martina, por eso volviste con ese perfume tan fuerte. —sus ojos empezaron a cristalizarse. —Y ahora cuando la cruce en el pasillo, tenia exactamente ese mismo olor y fue el mismo con el que volviste del campo ese fin de semana que me pediste que me casara con vos.

—Estas pensando cosas que no son, Melissa, por favor. —intente calmarla.

—Decime que no dormiste con ella Lourdes. —me pidio y yo me quede callada. —Mirame a los ojos y jurame que no es asi como yo lo digo, maldita sea. —su voz ya estaba quebrada.

—No puedo. —empece a llorar. —No puedo mentirte. —pude ver en su rostro como el corazón se le rompio.

—¿Por qué me pediste que me casara con vos? —los gritos aumentaban. —¿Fue por eso que volviste antes? Te mataba la culpa de haberte acostado con ella y viniste corriendo a pedirme matrimonio, ¿por qué eh? ¿te volvio a asustar?

—No quise nunca llegar hasta este punto, te pedi que te casaras conmigo porque sos mi lugar seguro, la persona que siempre esta ahi para mi y yo quiero eso para el resto de mi vida, y Martina solo es una duda tras otra duda. —explique.

—¿Solo te casas conmigo porque sabes que pase lo que pase me vas a seguir teniendo ahi? ¿Escuchas lo estúpido que suena, Lourdes? —ella estaba tan enojada, y tenia razón.

—Pero te elegi a vos. —le repeti.

—¿Por sobre quien o que? Porque yo solo siento ahora que me elegiste para mantener tus inseguridades calmadas pero que al primer cable que se te cruze vas a ir corriendo a buscarla a ella. —su llanto me dolia a mi. —No quiero casarme con vos Lourdes, porque vos no queres casarte realmente conmigo. —se fue sin dejarme decir nada.

Sali de esa pequeña habitación porque tenia que dar la cara. Ya la gente sentia que algo habia pasado. Mis amigos me vieron salir y se acercaron todos, incluida mi familia.

—Hija, ¿que paso? —pregunto mi padre.

—¿Donde esta Martina? —le pregunte a Gian.

—¿Martina? —mi mamá me miro confundida.

—Yo no tengo idea. —respondio el moreno.

—Yo si. —hablo Camila. —Esta yendose a Paris.

—Tengo que ir al aeropuerto. —asegure.

—Hija ¿que locura estas haciendo? te estas por casar. —volvio a decir mi papá.

—La boda se cancelo, Melissa se fue hace rato, después pueden preguntarme lo que quieran pero ahora necesito llegar al aeropuerto urgente. —dije desesperada.

—Yo te llevo. —se ofrecio Gian y nos subimos a su auto.

Arrancamos y fue lo más rapido que pudo. Teniamos unos buenos 30 minutos y yo pedia con todas mis fuerzas que Martina todavia no se haya ido. Una vez que llegamos, baje corriendo, me saque los incomodos zapatos y arranque desesperadamente a buscarla por todo el aeropuerto con mi vestido. Era una escena patetica de ver.

—Disculpe, necesito información de un vuelo a Paris. —le dije al recepcionista. —¿Ya salio?

—No pero ya se esta haciendo el pre embarque, en 15 minutos sale. —me contesto.

—Necesito un pasaje para ese vuelo. —le dije apurada.

—Lo lamento pero no hay más. —dijo.

—Entonces para algun otro que salga ahora, por favor necesito ir a buscar a una persona que esta por irse en ese vuelo a Paris. —opte por la lastima.

Lo vi teclear y mi paciencia tanto como el tiempo, se estaba agotando.

—Aca hay uno a Berlin, ya es el pre embarque asique podrias ir tranquilamente. —me ofrecio.

—Lo quiero. —le di mi tarjeta y en cuestion de segundos ya tenia mi boleto, pase a la zona de pre embarque y busque la puerta del vuelo de Martina.

Contra todo pronostico la encontre enseguida y llegue corriendo totalmente agitada. Martina estaba a punto de entrar hasta que grite con lo último que me quedaba de fuerza.

—¡Martina! —ella volteo a verme.

—¿Lourdes? —me miro.

—Señorita si no aborda ya va a perder su vuelo. —dijo la azafata.

—Por favor no te vayas, te amo. —solte directamente.

—Señorita...—intento volver a hablar la azafata.

—No voy a viajar. —le contesto la rubia saliendo de la fila y viniendo asi mi.

—Mar, fue un error la boda, haberte dejado esa noche, todo lo que hice estuvo mal. —fui sincera. —Siempre fuiste vos, no importa que pasara, no importa que estupides hicieramos, siempre volvemos la una a la otra porque nos tenemos tanto amor que es imposible mantenernos separadas y ahora estoy aca, porque quiero que te quedes conmigo.

—Me voy a quedar Lu. —sonrió. —Yo tambien cometi errores, y si vos no podes confiar en mi es porque yo me lo busque, pero ya vi el mundo sin vos y no me gusto, todos dicen que cuando algo no se da, es mejor seguir adelante y superarlo pero prefiero algo dificil con vos a algo facil con cualquier otra persona. —ambas nos miramos y sabiamos que moriamos de ganas por besarnos.

Así que simplemente lo hicimos. Y se sintio como en las peliculas. Las mariposas, el pop, los fuegos artificiales, las canciones de amor todos los cliches del amor, estaban incluidos en este beso. Porque era el correcto.

—Te amo, Martina. —dije apenas  nos separamos.

—Te amo, Lourdes. —me respondió.

Fin.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora