Capitulo 62

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Pov Marti

—¿Ustedes estan locos? —no habia manera que este no sea un sueño. Ultimamente estaba viendo muchas sitcoms así que probablemente haya sido producto de mi imaginación.

—No, estamos demasiado cuerdos. —contesto Camila. —Y me preocupa que vos no lo hayas sugerido antes.

—Porque Lourdes no me eligio, la eligio a ella. —recordar eso me dolia como mil puñaladas.

—No, ella te dijo que te amaba. —hablo Gian.

—Si y se fue dejandome desnuda en una cama. —respondi.

—Vos tambien se lo hiciste y la seguis amando. —good point Ferrero.

—No va al caso. no voy a humillarme otra vez. —me negue.

—Lo que vas a hacer, es pegarte una ducha. Tenes un olor etilico que me emborrache de solo olerte. —no se si era tan buena idea haber aceptado a Camila como mi hermana.

—Es una locura. —lo era ¿no?

—Marti, ¿la amas? —yo asentí. —Bueno, un amor asi tan fuerte como el que se tienen vos y Lourdes, no se encuentra dos veces en la vida y yo soy testigo porque ella me contaba de vos y cada vez que te nombraba le brillaban los ojos, y eso es algo dificil de fingir. —eso me hizo temblar. —Y a vos tambien se te hace el mismo brillo siempre que la miras o hablas de ella, entonces, ¿por qué perder todo eso? yo te aseguro que Lourdes no se esta casando por estar enamorada, se esta casando por miedo y ella misma te admitio estar aterrada porque le vuelvas a romper el corazón ¿o no?

—Si, pero ¿que cambia? si me aparezco en su boda y le digo no te cases, ¿como eso va a hacer que me elija y se vaya conmigo? si no confia en mi. —yo sabia que Lourdes no me iba a elegir.

—Porque ella sabe que es un error el que esta por cometer casandose con alguien que no sos vos, cuando te vea y le digas todo lo que sentis, se le va a dar vuelta el mundo. —Camila hablaba tan segura que me convencia de cualquier cosa.

—Podrias trabajar dando charlas motivacionales o en alguna agencia de bienes raices. —bromee.

—¿Entonces? —los tres me miraron expectantes.

—Hagamoslo. —con esa afirmación mis amigos pusieron en marcha el plan "impedir que Lourdes se case"

Tome una ducha, me puse un lindo vestido, me peine casual y nos subimos al auto de Gian. Los nervios aumentaban cada vez más, estaban tan inquieta que sentia que si iba corriendo al lado del auto yo llegaria primero. Camila me tomo de la mano y me dedico una mirada que sin decir nada me tranquilizo bastante.

Tenia que confiar en mi misma y en el amor que nos teniamos con Lourdes. Todo iba a salir bien.

Llegamos a la iglesia y apenas Angie me vio abrio los ojos como platos. Sin alarmar a nadie se acerco hacia mi, hasta sin que Brisa lo note.

—Benza, vamos hablar, ahora. —yo sin chistar accedi.

—Angie ya se lo que vas a decir, que esta mal lo que hago, que es egoista y que tengo que dejarla ser feliz pero te aseguro que la amo y que quiero lo mejor para ella, y siento por primera vez, que eso mejor puedo ser yo y de verdad voy a hacerla feliz, te lo aseguro y....—no me dejo terminar.

—Lo se. —la mire confundida. —Vos la amas como nadie pero lo más importante es que ella te ama de la misma manera a vos, estos últimos días intente hablar con ella y hacerla entrar en razón de que estaba tomando la decisión equivocada pero no lo va a aceptar a menos de que te vea a vos aca. —me toco el hombro. —Tenes mi apoyo, pero si la haces sufrir una vez más prometo volarte cada diente y que solo te queden tus encias, te lo juro.

—Te prometo que no voy a lastimarla. —le asegure.

—Ella esta ahi adentro, anda. —me abrio la puerta de un pequeño salon y despues de agradecerle, fui en busca de Lourdes.

Camine un poco y toque la puerta, esos 3 segundos que tardo en abrirme fueron eternos. Cuando la vi, mis ojos no podian creer lo que estaban viendo. Era ella, con un peinado muy exotico y un vestido blanco, pegado al cuerpo y corto. Era la novia más linda del mundo. Y no era mía.

—¿Martina? —me miro como si hubiera visto un fantasma. —No no, vos no estas aca, vos no tenes que estar aca.

—Tranquila, dejame pasar, tenemos que hablar. —le insisti.

—Por favor no. —me volvio a pedir.

—Te amo Lourdes, no te cases. —fui directa. —Yo se que nuestra historia tiene muchos altibajos, mas bajos que altos de hecho, pero desde el día que te conocí hasta el día de hoy, que no hay noche en la que me vaya a dormir sin pensar en vos. Hasta cuando estaba lejos, hasta cuando no podia decirte lo que sentia, hasta cuando mi padre me estaba por obligar a casarme con alguien más, yo siempre te tuve en mi cabeza y en mi corazón, y si hoy vengo aca a decirte todas estas cosas es porque estoy segura de que vos sentis todo eso conmigo tambien.

—¿Queres que te diga que si? Entonces si, si Martina, yo te sigo amando y lo más probable es que siempre lo haga, ese fin de semana en el campo me hizo darme cuenta que siempre vas a ser la persona que me haga caer con un solo toque, que nadie más va a poder causar en mi todo lo que vos haces, pero no es correcto, no lo es. —empezo a llorar. —Yo no me merezco dormir con dudas de si al día siguiente me van a seguir queriendo o me van a dejar.

—¿Es por eso que te casas? ¿Por qué con ella no va a pasar eso? —le pregunte.

—Si, Melissa nunca me va a dejar en el medio de la noche. —no fue hasta este momento en el que comprendi que tan dañada estaba Lourdes y por mi culpa.

—Yo lo siento mucho, de verdad me siento terrible porque esta inseguridad tuya es únicamente mi culpa, y ya no se como prometerte, como demostrarte, como decirte que nunca más pienso dejarte sola. —ya sonaba desesperada.

—El tema es que no puedo ni si quiera darme el lujo de esperar a que me lo demuestres, porque no confio en vos. —eso me mato por completo. —Y si de verdad me amas como decis, entonces vas a irte y vas a dejar que hoy me case con Melissa.

No tenia nada más que decir. Ella me lo estaba pidiendo. Ella queria casarse con Melissa, no importaban los motivos, eso es lo que ella queria. Y no podia interponerme.

—Esta bien. —me rendi. —Pero que no se te olvide nunca que yo te amo, por favor.

—Yo tambien te amo, y nunca me voy a olvidar. —se limpio las lagrimas. —Pero lo mejor para las dos va a ser que tomemos los caminos más separados posibles.

Yo asenti. Ella me tomo de la cara y me dio un beso. Un último beso que nos dolio a las dos. Porque no hay manera que esto sea algo lindo. Nunca supe que la despedida tenia algún tipo de sabor, hasta hoy.

Le dedique una última mirada y sali corriendo de ahi como si de mi vida dependiera. Me meti por un lugar que no tenia ni idea donde era, pero queria salir rapidamente. Abri una puerta y accidentalmente me choque con alguien.

—Perdon, no te vi. —me disculpe enseguida.

—No, esta bien yo no.....—era Melissa. —¿Vos sos Martina?

—Si. Soy yo. —la que me faltaba. —Ya me iba, felicitaciones y que tengas una linda boda.

Me fui sin dejar que me contestara. Encontre la salida y le hice una seña a mis amigos que se habia terminado todo. Ellos me miraron con tristeza e intentaron acercarse pero no se los permiti. Solo le avise a Camila lo que iba a hacer. Volver a Paris. No era mi lugar favorito pero en este momento era el lugar más lejano a ella que tenia. Iba a volver a mi departamento a juntar mis cosas más importantes y tomar el primer vuelo que saliera a Francia. El resto de las cosas después le pediria a Gian o Camila que me las envien.

Nueva York habia terminado para mi. Y Lourdes tambien.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora