Capitulo 53

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Pov Luli

¿Por qué le había aceptado una cita a Martina? Bueno, no es una cita...¿no? ¡No! No lo era. Simplemente vamos a tomar un cafe y nada más. Quiere ponerse al tanto de mi vida y eso es justo lo que tenia planeado hacer, actualizarla de todo. Hasta de mi noviazgo.

Subi a la habitación y Melissa ya estaba durmiendo. Fui a la cocina a ver si habia algo para comer y vi un plato encima de la mesada tapado con una servilleta y una nota que decia "para cuando vuelvas", negue sonriendo y comi los tacos que mi novia me había dejado. Una vez que termine, me lave los dientes, me puse el pijama y di por terminado mi largo día. Mañana seria otro y....si que sería un día complicado.

—¡Amor! —escuche a Melissa gritarme en el oido.

—¿Qué paso? —me levante exaltada.

—Te estoy llamando hace 20 minutos para desayunar. —me dijo furiosa desde la puerta del cuarto.

—Okay, ya voy. —le dije aun algo dormida.

Ella me sonrió y se fue de nuevo a la cocina.

—Te hice waffles con crema y un poco de helado, como te gustan. —realmente me conocia.

—Gracias. —bese sus labios. —¿Por qué ya estas cambiada? ¿Tenes algo que hacer?

—Reunion de último momento, hay junta de maestros porque al parecer una madre se fue a quejar de que uno de los chicos le hace bullying a su hija. —me conto mientras guardaba las cosas en su bolso. —Espero no sea nada grave.

—Espero lo mismo. —le respondi. —Y si es asi espero que tomen cartas en el asunto.

—Yo me voy a encargar que asi sea. —dijo segura. —¿Vos haces algo hoy? ¿Trabajar o....? —no sabía si decirle o no sobre mi cita no cita con Martina.

—Tengo que entregar unas fotos al mediodia pero nada más. —elegí mentirle, sabia que estaba mal pero le diria después de lo que pase hoy en ese café.

—Esta bien, suerte. —beso mis labios. —Te veo en la tarde. —dijo antes de despedirse y se fue.

Yo termine mi desayuno y comence a prepararme para ir a esa cafeteria. Me odiaba por ponerme tan nerviosa pero la odiaba más a ella por causar esto en mi. No se supone que esto tendria que ser asi, al contrario, yo tendría que estar más que tranquila pero no lo estaba.

Me puse un short negro engomado, una camisa blanca suelta y unos borcegos del mismo color que el short. Tome mi bolso y como Melissa se habia llevado el auto, decidi caminar en vez de tomarme un taxi ya que la cafeteria no quedaba tan lejos. Cuando llegue, ella ya estaba ahí. Mis manos estaban sudando, tengo que admitir que se veia realmente bien con esos jeans sueltos y su croptop blanco. Sacudi mi cabeza para alejar esos pensamientos, tome valor y me acerque a la mesa.

—Hola. —salude timidamente.

—¡Lu! —levanto la vista y me miro con una sonrisa. Se levanto para saludarme y corrio mi silla para que me sentara. Genial, justo ahora tenia que acordarse de ser atenta. —Te ves muy bien. —me dijo como cumplido.

—Gracias. —carraspee mi garganta.

—¿Como estas? —me pregunto.

—Muy bien, ¿y vos? —le conteste. Intente aparentar tranquilidad.

—Ahora muy bien. —conocía ese tono a la perfección, ese tono de seductora que usaba siempre conmigo. Y bueno, vaya a saber con cuantas más.

—Buenos días señoritas, ¿ya quieren ordenar? —se acerco el mozo a preguntarnos.

—Yo si, quisiera un capuccino cargado y unas tostadas. —hablo la rubia enseguida. El mozo asintió y ambos me miraron a mi.

—Yo un cafe con leche nada más. —enseguida el señor tomo la orden y se fue.

—Pensé que te pedirias una dona, como siempre comias. —me dijo ella.

—Ya desayune, de hecho. —respondi seca. —Y ahora desayuno waffles, hace mucho no como donas.

—Wow. —asintio. —Veo que cambio mucho desde que me fui.

—¿Eso crees? —mi tono era algo furioso y ambas lo podiamos sentir en el ambiente.

—Entiendo, estas enojada conmigo y lo puedo ver, quizas hayan cambiado un par de cosas pero creo que sigo conociendote Lourdes. —empezo a hablar. —Y se perfectamente que cuando cruzas los brazos, y miras para un costado después de decir una frase es porque estas molesta y evitas el contacto visual. —si, me conocía.

—No estoy molesta. —dije y ella arqueo las cejas mirandome. —Bueno, ¿y si lo estoy qué? ¿que era lo que esperabas después de haberme dejado? —eso salio de mi boca sin previo aviso.

—Se que me equivoque y tambien se que vivo diciendote esta frase pero me arrepiento de eso y te pido perdon. —la note afligida. —Pero todo lo que te dije esa noche en mi departamento, no era verdad.

—¿Qué? —la mire confundida.

—Cuando te dije que no te amaba, no era verdad. —me confeso. —Vos estabas insistiendo para quedarte conmigo y yo tenia este asunto con mi padre y sabia que si no te decia eso ibas a querer quedarte conmigo y...

—Obvio que iba a quedarme con vos Martina, yo te amaba. —dije con cierto dolor.

—Lo se, y yo tambien, y todavia lo hago Lourdes, te lo aseguro. —intento tomarme de la mano pero no la deje. —Creeme que hice lo mejor para las dos en ese momento.

—Ese es tu maldito problema, todo el tiempo estas decidiendo por las dos. —ya estaba molesta. —Y ese es el verdadero motivo por el cual nunca fuimos una pareja real.

—Era meterte en problemas graves que siguieramos juntas, mi padre ya habia sido capaz de muchas cosas con tal de separarnos y de destruirme. —me dijo. —¡Hasta te amenazo! y no iba a permitir que siguiera pasando o ponerte en más riesgos. —en eso tenia un punto.

—Pero lo podriamos haber resuelto de alguna manera. —mis ojos estaban llenos de lagrimas.

—No en ese momento, pero ahora si, y por eso queria verte hoy. —¿qué estaba queriendome decir?

—No Martina, no. —negue de inmediato. —Porque esa noche me rompiste el corazón, si, pero no fue la primera vez que lo hiciste. —ella se quedo atenta mirandome. —No puedo estar con alguien que no me brinda seguridad, no puede ser que cada vez que este cerca tuyo me sienta perdida, me sienta totalmente desprotegida y solo este pensando en cuando va a ser la proxima vez que te vayas y me dejes de nuevo hecha pedazos. —a este punto ambas ya estabamos llorando.

Ella se quedo callada, yo estaba ahogada. El cafe a este punto ya no me interesaba. Me levante y me fui, no podía seguir con todo esto, Martina era un fantasma en mi vida y no iba a permitir que me afectara, no otra vez.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora