Capitulo 34

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Pov Luli

Después de irme impulsivamente del departamento, me di cuenta de lo tarada que habia sido. Si bien estaba molesta por un rejunte de cosas, la culpa no era de Martina sino de los estúpidos que no tenian nada mejor que hacer que meterse en la vida de los demás.

Estaba en la cafeteria, editando unas fotos en mi computadora cuando un mensaje de Angie con un link interrumpio mi trabajo. Lo abri enseguida por curiosidad, era una entrevista de Martina, estaba en vivo para el New Yorker.

—Entonces se podria decir que volviste definitivamente. —hablo la periodista.

—Si, digamos que si. —contesto la rubia.

—¿Que fue lo que te hizo cambiar de opinion? —le pregunto.

—El estilo de vida que estaba llevando no era el más comodo, estar escondiendome por todo este escandalo no era lo que yo queria, ni para mi vida ni para mi circulo cercano. —respondió. —Así que decidi volver para poner la cara y decir que si estan buscando algo que vengan directamente conmigo, a mis amigos dejenlos afuera de todo esto.

—Entendemos tu postura de todas formas, no es fácil que te sigan con camaras a todos lados a donde vas. —la mujer la comprendio.

—Totalmente. —adhirio mi novia.

—¿Y con el tema sentimental como estas? Porque en la última nota que te hicimos confestaste que estabas enamorada de una mujer. —aprete la mandibula al escuchar esto, no sabia que respuesta daria Martina y eso me hizo ponerme aún más nerviosa.

—Y sigo enamorada. —afirmo. —Estoy saliendo con una chica espectacular, se llama Lourdes Gonzalez y puedo asegurarles que es el amor de mi vida.

—Eso fue muy romantico. —si lo fue. —Me alegro que estes feliz entonces, ¿y con respecto a tu padre?

—No se nada de él desde que me fui. —respondio sincera. —Yo a lo único que me estoy dedicando ahora es a estar feliz yo y a cuidar mi relación, así que lo que quiero pedir publicamente es respeto.

—Y esperemos que lo obtengas Martina, muchas gracias por tu tiempo y te deseo lo mejor en tu relación con Lourdes. —le dijo la periodista.

—Gracias a ustedes por el espacio. —y ahí termino la nota.

Mi corazón latia más fuerte de lo normal. Esto que habia hecho Martina significaba mucho para mi, sobre todo porque sabia lo mucho que le costaba. Guarde de inmediato mis cosas, pague la cuenta y sali corriendo de vuelta al departamento. Apenas me abrio la puerta me tire sobre ella y la bese.

—Te amo. —le dije con total seguridad.

—Yo tambien te amo Lulita. —se rió y continuamos besandonos.

—Perdón por haberme ido de esa forma y por haberte tratado asi, estaba muy cansada y no estaba pensando con coherencia. —me disculpe.

—No tenes porque pedirme perdon, yo deberia hacerlo por lo que te dije, se que no te pedi que hagas eso por mi pero lo hiciste de igual manera y yo lo super valoro. —me dedico una sonrisa. —Y quiero hacer las cosas bien, por nosotras.

—Se que vamos a hacerlo, juntas. —le asegure.

—Yo tambien lo se. —adhirio. —Pero para eso yo tambien tengo que tomar responsabilidad, saque un turno para empezar terapia y el viernes tengo mi primera sesion. —estaba feliz al escuchar eso.

—Me gusta que te cuides. —le dije sincera. —Yo te voy a apoyar en todo lo que necesites.

—Lo se. —me respondio. —Ahora me gustaria que aprovechemos el día libre y nos acostemos juntas...—empezo a besarme y yo no iba a resistirme a esa propuesta.

Cada vez que teniamos sexo para mi era especial. Martina tocaba cada parte de mi como si de ser la pieza más fragil del mundo se tratara, pero sin dejar de ser completamente sexy. Yo no era una experimentada en lo sexual, de hecho solo me acoste con 2 personas en mi vida, pero una vez que estuve con ella, ya me bastaba para saber que no queria ser tocada por nadie más.

Se hicieron las 9 de la noche y todavia estabamos desnudas en la cama. De todas formas, no habia otro lugar donde quisiera estar. Entre besos y caricias, Brisa llamando a Martina interrumpio nuestro momento.

—Espero que sea algo importante. —le dijo apenas levanto el telefono. —¿En serio me decis? —su cara cambio el temple a uno más preocupado. —¿Y no sabes quien es o porque la trajo? Esta bien...esta bien, yo mañana me ocupo...chau, gracias por avisar. —dijo antes de colgar.

—¿Qué paso? —le pregunte.

—Mi padre...—contesto y ahora la preocupada era yo. —Volvio, estuvo en la empresa, Brisa escucho al padre hablando con él hace un rato. —me comento. —Supuestamente ya va a volver a trabajar y hablo de una chica rubia que contrato segun para ocupar mi puesto.

—¿Y que pensas hacer? —ya sabia que ella estaba pensando en algo.

—Mañana voy a ir a la empresa. —me contesto y yo enseguida me negue.

—No Marti, no es buena idea que lo vuelvas a ver. —le dije.

—Tengo que hacerlo, tengo que enfrentar la situación. —sabia que no iba a poder convencerla.

—Esta bien, pero por favor, no cometas ninguna locura. —le pedi.

—Tranquila. —me beso. —Esta empresa es tanto de él como mia, y si piensa que va a deshacerse de mi tan facil esta equivocado, seguramente volvio porque ya vio la entrevista y sabe que estoy de nuevo en la ciudad. —bufo. —Esta provocandome.

—Por eso no le des el gusto. —dije.

—No, al contrario. —podia ver en su cara el enojo que tenía. —Pero de eso me voy a ocupar mañana, ahora solo quiero estar abrazada a vos todo el tiempo que se pueda.

Yo me reí y ella me tomo de la cintura pegandome más. Me gustaba ver su sonrisa, la estaba recuperando de a poco y tenía miedo que las cosas con su padre no salieran del todo bien mañana y vuelva a estar decaída.

Pero no tenia que meterme, tenia que respetar sus decisiones y la forma que ella decidiera que es correcto hacerlas entonces por mi estaba bien.

Tendria que haberla cuidado más.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora