Capitulo 52

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Pov Marti

No se porque le dije que la extrañaba. O sea, si lo sentia obvio, pero sabia que era completamente desubicado. Y lo supe en seguida por su cara cuando me oyo decirlo, que fue muy mala idea.

Pero volver a tenerla cerca, dios, no podria ni expresar con palabras todo lo que me hace sentir. Todo este tiempo que pase lejos de ella, me hizo pensar en muchas cosas. Después de ganar el juicio con mi padre, decidi delegarle a Gian mi labor en la empresa para irme a Francia. Cuando encontre la caja de recuerdos de mi mamá, me atrevi a leer un par de cosas y entre ellas encontre una lista de deseos por cumplir que mi madre habia anotado, algunos tenian tildes porque ya los habia cumplido, pero vi otros que no, como por ejemplo, vivir en Paris. Tome eso como una señal y me tome el primer vuelo que consegui, dejando todo atrás. Empece a estudiar administración de empresas y trabaje como modelo un tiempo para costear mis estudios. Y en todo ese tiempo que estuve intentando enderezar mi vida, mi único objetivo era poder ser una mejor persona para poder recuperar a Lourdes.

Lo que no imagine nunca, era que iba a encontrarmela tan rápido y de esta manera. Estaba nerviosa y me sentia una adolescente. Todo eso me hacia sentir Lourdes, y era increible que aunque pasara tanto tiempo, no habia cambiado absolutamente nada, sigo amandola como el primer día.

—Marti, yo...—iba a decirme algo pero enseguida una enfermera se nos acerco.

—Ya nació y esta todo en orden. Es una nena. —escuchar eso me dio una alegría enorme. Mi primer sobrina.

—¿Podemos entrar a verla? —le pregunto Lu.

—Si, acompañenme. —y eso hicimos. Caminamos hacia la sala donde Brisa estaba.

Entramos y la escena que vi me dejo completamente maravillada. Brisa con la bebe en brazos y Angie abrazandolas a ambas al costado de la cama. Eran una familia hermosa y estaba muy contenta por mis amigas.

—¡Bri! —dije en un tono bajito pero euforico. Ella levanto la vista y me dedico una gran sonrisa al verme.

—Veni...vengan. —nos dijo a las dos y lentamente nos acercamos.

—Es muy hermosa Brisa. —dije yo viendola.

—Se llama Emma. —hablo Angie. —Emma Velasco Dominguez.

—Dijimos que iba a ser Dominguez Velasco. —fruncio el ceño Brisa.

—Okay eso después lo terminamos de arreglar. —las cuatro reimos.

Mientras seguiamos embobadas con el bebe, no dejaba de pensar en si esto podia ser para mi. Formar una familia, tener hijos, un hogar, yo hace unos años hubiera contestado que no de inmediato, pero hoy en día no voy a negar que me hace ilusion.

Salimos de la sala con Angie y Lourdes para dejar que Brisa y la bebe pudieran descansar.

—Chicas es el día más feliz de mi vida. —nos abrazo a las dos.

—Me pone muy feliz, de verdad. —dijo la ojiverde.

—Por cierto, ¿qué hacen las dos juntas? —Angie era una experta en ponernos en momentos incomodos.

—Ella ya estaba aca y yo llegue de Paris hoy temprano, apenas Brisa me dijo que probablemente en esta semana nacía, yo me tome un vuelo para venir a verla. —comente y la peliazul solo asintió.

—Bueno, tengo que irme a llenar más papeles y terminar con la documentación de Emma, pero gracias por venir Marti. —me dijo. —Nos vemos más tarde.

Y se fue dejandonos a ambas solas nuevamente.

—Bueno, creo que me voy a ir ahora si quiero conseguir un taxi. —hablo Lourdes.

—¿Estas loca? Son como las 4 de la mañana. —dije. —No hay manera, yo te llevo.

—No, no es problema de verdad. —se negó.

—Y para mi no es problema llevarte. —me puse firme. —Me voy a quedar más tranquila si te dejo en tu casa y se que llegaste bien.

—Esta bien. —accedió.

Sonreí triunfante y ambas salimos del hospital y fuimos hacia mi auto.

—¿Nueva camioneta? —pregunto al subirse.

—Tuve que rentarla, cuando me fui vendi mi auto. —le conte. —¿Es el mismo departamento?

—No, de hecho me mude. —contesto timidamente. —Vivo en la misma cuadra que Angie solo que a 4 casas de distancia.

—Ah bien, eso es genial. —respondí y me dispuse a conducir hasta aquella dirección.

Prendi el estereo y como no podia ser de otra manera, en mi auto solo se escuchaba Taylor. Lo que me parecio una jugada estupenda del destino, es que justo se haya puesto Ours. Una canción que le dedique a Lourdes cuando fuimos a Filadelfia con su familia. Ella parecio recordarlo tambien porque me miro enseguida. Aunque fueron solo unos segundos y después devolvio su vista al frente.

—¿Aca es? —le pregunte estacionandome en frente de una casa grande.

—Si. —respondió. —Gracias por traerme.

—No es nada. —ella me dedico una sonrisa y estaba a punto de bajar del auto.

—Espera...Lourdes. —la detuve. —Me gusto mucho verte, de verdad, y me gustaria...si es que queres...que ¿nos veamos otro dia? quiero saber que es de tu vida. —me costo decir eso como no se lo imaginan.

Ella se quedo pensativa bastante tiempo.

—Esta bien, podemos ir por un café mañana si te parece bien. —eso era lo que queria escuchar.

—Si, obvio. —respondí feliz. —Mañana te paso a buscar a la tarde.

Ella asintió y se bajo del auto para entrar por fin a su casa. Y yo, me quede festejando tener una cita con Lourdes mañana.

Volvi hacia mi hotel con una sonrisa de oreja a oreja. El reencuentro con Lourdes habia salido mejor de lo que esperaba, aunque fue repentino, me gusto como salieron las cosas.

Mañana daria mi primer paso para recuperarla.

Delicate || MartuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora