Pov Marti
Después de que anoche Lourdes me dijera que salia, llame a Gian para juntarnos a charlar. Cene con Brisa y a eso de las 12 de la noche paso a buscarme por ahí.
Me conto sobre lo que su padre le habia dicho al enterarse de la nota mía que salio, rompio todo acuerdo que tenía con mi padre y le recrimino que no habia sido tan "hombre" como para mantenerme de novia. Eso me dio tanta bronca, hay gente que no deberia tener hijos si los va a tratar de esa manera.
Yo le conte sobre Lourdes, sobre mi exilio en Filadelfia, todo lo que tuve que pasar para decirle por fin que la queria y como fue la decisión de volver a Nueva York.
—Ella hizo todo eso por vos, entonces realmente te quiere. —me dijo al terminar de escuchar mi relato.
—Si, y yo a ella. —le dije. —Realmente siento que es la persona para mi ¿sabes?
—Eso es genial. —contesto. —Todos merecemos a alguien.
—¿Y vos? ¿Encontraste a ese alguien? —pregunte de curiosa.
—Todavia no, pero tampoco estoy buscando. —me respondio.
—Yo quiero pedirte perdon. —le dije algo apenada. —Por engañarte y todo el quilombo en el que te meti, por mi culpa estamos asi.
—Tranquila, no es tu culpa ni tampoco mia, fueron nuestros padres y ese negocio estúpido que nos involucro para mal. —dijo algo molesto.
—Pero igual, vos te merecias que yo sea sincera con vos y no lo fui. —le volvi a decir.
—De verdad no te preocupes, porque a pesar de todo, considero que me gane una amiga ¿no? —yo asenti feliz. Gian realmente era un buen chico, y apreciaba que más alla de como me comporte con él, quisiera de alguna forma mantenerme en su vida.
—Somos amigos entonces. —afirme.
—Si y como buenos amigos que somos, podemos tomarnos una botella de vino mientras charlamos de lo miserables que son nuestras vidas gracias a nuestros padres. —tomo dos copas y empezo a servir.
El resto de la noche fue asi. Nos reimos y tambien nos pusimos nostalgicos. Haber pasado por casi las mismas situaciones con nuestros padres hacian que nos entendieramos de forma natural, la conexión estaba ahi y apreciaba tener con quien charlar sobre eso. Las horas pasaban y nosotros seguiamos en ese balcon sincerandonos el uno con el otro. Hasta que un mensaje de Lourdes preguntandome donde estaba me hizo caer en la hora que era.
—Son casi las 6 de la mañana. —me alarme. —Tengo que volver a casa.
—No puedo dejarte ir sola pero tampoco puedo manejar para llevarte. —dijo notablemente ebrio. —Esta la habitación de huespedes, podes quedarte y mañana apenas nos levantamos yo te llevo.
—¿Seguro? Puedo irme sola, no tengo problema. —le dije.
—No, por favor, no me quedaria tranquilo. —volvio a decir. —Avisale a Lourdes y yo mañana te llevo.
—Esta bien. —accedi y le escribi a mi novia que me quedaria.
Me despedi de Gian y me fui a dormir. Me presto un short de fútbol de él y una remera enorme para que pudiera dormir. Una vez que toque la cama, el sueño se apodero por completo.
La alarma sono a las 11 de la mañana. Gian ya estaba despierto haciendo unos omelettes para desayunar.
—Jugo de naranja exprimido y omelettes de huevo, jamon y queso. —dijo sirviendome el plato.
—Es todo un desayuno premium. —reí.
—Lo mejor para mi nueva amiga. —bromeo.
Los dos nos sentamos a comer. Mande otro mensaje a Lourdes para decirle que iba en camino pero no me contesto, asumi que estaria en el trabajo. Me puse solo mi jean y me deje la remera de Gian arriba para estar mas comoda.
Subi al departamento de Lu y ella estaba todavia durmiendo. Lo cual me sorprendio porque creí que tenia que irse a trabajar, me acoste al lado de ella e intente despertarla de la manera más delicada posible.
—Buen día amor. —le dije cuando apenas abrio los ojos.
—¿Recien llegaste? —me pregunto mientras veia la hora en el reloj de su mesita de luz.
—Si, recien me trajo Gian. —respondí y ella solo asintio aún algo dormida. —¿No fuiste al trabajo?
—Hoy Sele nos dio el día libre. —contesto.
—Me imagino como tomaron ayer para que hoy no trabajen. —me reí.
—Si, todavia creo que me duele la cabeza. —froto sus ojos. —¿Esa remera?
—Me la presto Gian para que duerma más comoda y me la traje. —le dije.
—Ahh. —contesto mientras se levantaba al baño.
No me hablo más después de eso. Se pego una ducha, puso una pelicula en el living y se quedo mirandola mientras comia gomitas.
—¿Queres que hagamos algo hoy? —le pregunte apenas termino.
—¿Podemos salir del departamento? —levanto una ceja.
—Bueno, pensaba en algo más como una cena aca, cocino tu comida favorita y podemos, no lo se, tomar algo...como una cita. —sugerí.
—Practicamente como todos los días. —contesto de mala manera. Algo le pasaba.
—¿Que te pasa Lourdes? —le pregunte sin rodeos.
—No se, estoy algo cansada. —me respondió sin mirarme.
—¿Cansada de que? —no entendia a que queria llegar.
—De que no pueda salir a ningun lado con vos, que tenga que esconder que sos mi novia, de hacer los mismos planes cada día. —empezo a decir. —No lo se, estoy agotada de vivir asi.
Y la entendía. Ella estaba adaptandose al estilo de vida que yo tenia que llevar y no era la idea.
—Ya vamos a poder hacer todo eso. —le dije a modo de promesa pero su cara fue seria.
—Si, es lo que venimos diciendo hace más de un mes pero eso nunca pasa. —suspiro.
—¿Te pensas que yo quiero esto para nosotras? ¿Crees que no quiero salir a comer con vos a un restaurante, o ir al cine, o simplemente agarrarte de la mano en público mientras caminamos al supermercado como una pareja normal? ¿De verdad pensas que no quiero eso? —explote. —Quiero eso y más Lourdes, quiero que todos sepan que sos mi novia pero no puedo arriesgarme ni arriesgarte a que se metan en nuestra privacidad.
—Pero a que te vean con Gian si te arriesgas ¿no? —ya entendia por donde venia la mano.
—¿Todo esto es por él? —pregunte.
—Todo esto es porque yo me sacrifique por vos y tu bienestar para que vos no quieras ir ni a la esquina conmigo pero con él si. —me reclamo.
—Yo no te pedi que sacrifiques nada por mi, eso lo hiciste sola porque vos querias. —me di cuenta de lo que dije y el tono en el que lo dije y me arrepenti al instante.
—Tenes razón. —dijo tomando su bolso y las llaves.
—¿A donde vas? —le pregunte al verla dirigirse a la puerta.
—Necesito aire. —me contesto y se fue.
Suspire frustrada. Estabamos pasando un momento dificil y lo entendia, ella queria dejar de esconderse y eso mismo iba a hacer.
Llame a la reportera del New Yorker e hice lo que tendria que haber hecho hace rato: dar la cara.
—Hola Marti, ¿como estas tanto tiempo? —me pregunto apenas entro al departamento.
—Intentando hacer las cosas bien. —respondí.
—Bueno, cuando estes lista. —encendio la camara y espero a que me acomodara para empezar con la nota.
Dije todo lo que tenia que decir. Y pedi que por favor no hostiguen ni molesten a nadie de mi entorno, que si querian que alguien hable, me busquen a mi, que ya no me iba a esconder más. Y por último, hice publica mi relación con Lourdes. Sentia que me estaba sacando un peso enorme de encima.
Esperaba que ella lo sienta igual.
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Delicate || Martuli
FanfictionMartina Benza es la hija del empresario y dueño de la cadena de hoteles más importante de todo Nueva York. Después del fallecimiento de su madre, las peleas por la rebeldía de la chica rubia formaban parte de la rutina de Dan Benza. Hasta que por fi...