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Con dedicación: Para vos. 

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El esperado día del partido había llegado, estaba sin dormir debido a que me quedé despierta toda la noche pensando en lo que había hablado con Enzo y haciendo las galletitas. Martina se aparecía en mi habitación nuevamente después de cuatro días, traía el equipo de mate y venía acompañada de Julián. Los recibí a ambos con una sonrisa y preparamos un rincón para desayunar entre nosotros, un poco me incomodaba la presencia de Julián al hablar de Enzo, es su mejor amigo y probablemente tenga otra perspectiva de las cosas, las cuales no desearía saber. 

Le había contado a Martina que estuve hablando con él anoche, tan rápido como leyó el mensaje se apareció. Tenía las esperanzas de aclarar mis dudas con opiniones ajenas, creía que viéndolo desde afuera encontraría una respuesta a lo que debería hacer con respecto al tema. 

—¿Y? — Preguntó Martina mientras servía el agua en el mate, tragué fuerte al ver la cantidad de vapor que salió del termo, sabiendo que se le había pasado otra vez. 

—Le pedí tiempo, no quiero que me mienta otra vez. — Contesté un poco nerviosa por la presencia de Julián, quién no había mencionado nada desde lo sucedido. En el fondo, sabía que él estaba al tanto de lo que pasaba entre Enzo y yo, no sabría decirles por qué nunca dijo nada o nunca me advirtió sobre la relación que tenía. 

—Está perfecto, que se joda por gato infiel. — Dijo Martina causando risas entre nosotros, me entregó el mate haciendo que mi paladar gritara por ayuda al ver lo caliente que estaba. 

—Tampoco así, — Julián habló por primera vez durante la charla, lo observé atenta a lo que diría mientras Martina parecía negarse a escucharlo. — Enzo se mandó la cagada de no contarte, pero nunca te mintió cuando dijo que le gustabas y que quería algo con vos. 

Martina lo miró juzgona, me causó demasiada gracia verla de esa manera y le entregué el mate después de quemarme toda y ella prosiguió a servir el siguiente, dirigido a Julián. 

—Vos estás loco — Negó con la cabeza mientras me miraba, parecía más indignada que yo y realmente comenzaba a confundirme entre los dos. —, ¿Cómo lo va a perdonar después de que le ocultó algo así de importante?, mándalo a la mierda y quédate con Leandro. — Mis mejillas ardieron en llamas al escucharla decir eso, no me esperaba ese remate mientras que Julián sólo se reía por las expresiones de ella. 

—Pero gorda, en teoría, Enzo estaba soltero. Por eso lo apoyé cuando dijo que quería estar con Luna, hasta habló con Zucu para saber que decirle cuando la vea. — Abrí mis ojos sorprendida al escuchar las declaraciones de Julián, hizo una seña con la mano para que dejara de negarse a escucharlo. 

—¿Cómo que habló con Bruno? — Pregunté confundida. 

—Enzo le pedía consejos a Zucu para hablar con vos, cuando le contó lo que había pasado entre ustedes, le pidió ayuda para decirte todo y expresarte lo que sentía por vos. Es muy bruto y no sabe expresarse bien, aunque era bastante obvio que no ibas a querer escucharlo, el mismo Zucu le advirtió eso. — Explicó Julián mientras le daba sorbos al mate de a poco, ya le había agarrado la mano para pasarse los mates hirviendo de su novia. 

Aún seguía en shock por todo lo que me estaba enterando, al parecer no era mentira lo que Enzo me había dicho la noche anterior. Me costaba creer que cada una de sus palabras hubieran sido verdad, había perdido todo rastro de confianza en él y simplemente no sabía como borrar las imágenes de ese día de mi cabeza, lo miraba y mi mente asociaba a ese día. Era difícil a veces no poder dirigirle la mirada, enterarse de cosas que pasaron a tus espaldas y muchas cosas más, enterarse de que haya recurrido a la persona que es como un hermano más para recuperarme fue un shock total. 

Zucu me conocía más que nadie, pero aún me quedaban muchísimas cosas inconclusas. 





















El segundo tiempo comenzó, todos estabamos muy nerviosos por aquel partido. Argentina no estaba jugando muy bien y comenzaba a entrar en pánico debido a lo poco que quedaba de partido, la tribuna hinchaba lo más que podía para que los chicos no se rindieran así de fácil. Finalmente entró Enzo a la cancha, verlo jugar nuevamente en una cancha después de tanto tiempo causaba una sensación de melancolía y más en mí, todo se remontaba aquella época en donde lo veía en el Monumental. 

Julián le hizo un pase perfecto a Messi y finalmente llegó el gol del desenlace, Martina y yo nos quedamos afónicas después de gritar aquel remate que hizo el capitán, se esperaba con ansias y había llegado después de tantas esperanzas. A los cuantos minutos, Messi le gritó a Enzo desde una esquina y cobraron un tiro para el equipo, orquestado por Rodrigo, rebotó en Messi y el pase fue directo para Enzo. No sabría decirles a cuantos jugadores de México esquivó, mis nervios me nublaron y sólo pude ver el 24 en su camiseta, rápidamente metió un tiro que terminó siendo el mejor gol de su carrera. Salté en el lugar y con varios gritos festejé, Martina estaba igual de eufórica que yo y aún no podíamos creer lo que había pasado en cuestión de minutos. 

Los chicos lo abrazaron y gritaron junto a él, casi todo el plantel festejó junto a él y el estadio explotó en gritos junto a lágrimas. Enzo se acercó hacia donde nos encontrábamos con Martina, bastante cerca de la cancha, sonrió después de besarse el escudo y señaló un corazón con sus manos hacia nuestra dirección. Lo miré sorprendida, leí sus labios en donde se reflejaba un "Para vos", mi cuerpo sintió un escalofrío mientras aún seguía shockeada por aquello, Martina me gritaba cosas y me movía de lado a lado pero no lograba reaccionar. El gol de Enzo fue una tranquilidad para el partido, después de eso no hubo preocupaciones por nada y se sentía la sangre argentina en todo el estadio. 

—¡Luna, reacciona! — Gritó Martina mientras me empujaba con su hombro, sonreí como una tonta al verlo caminar hacia su posición nuevamente y sin sacarme la vista de encima, antes de que empezara nuevamente el partido. — ¡Boluda te dedicó un gol! 

No podía creer las palabras de Martina, todavía no creía que me había dedicado su primer gol en un mundial. Todo era una locura, quedaban pocos minutos y finalmente se dió por finalizado el partido, con dos goles pudimos recuperar nuestra segunda oportunidad para demostrar que este era el mundial de Argentina. 

Era hermoso tener sangre argentina y llevarla con orgullo. 


















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𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora