𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Una noche más.

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Las cosas tenían un poco más de calma en el hospital, Martina se encargaba de hacer el papeleo con los datos personales de Luna mientras Enzo hablaba con el doctor que la atendía, ella descansaba en lo que quedaba del día debido a todos los medicamentos que estaba recibiendo por los cortes. 

—Me gustaría que se quedara un día más, para revisión. — Anotó el médico en una planilla mientras Enzo escuchaba atentamente a lo que decía y las indicaciones que daba. 

—Pero ella parece estar bien, ¿Seguro que es necesario? — Aunque parecía que todo estaba volviendo a la normalidad, el destino tenía otros planes para los días previos a la final. 

—Parece, pero no está bien. Los cortes fueron muy profundos y debido a toda la sangre que perdió, además de que no estuvo comiendo, no tiene muchas energías para volver a su casa todavía. Recomiendo que empiece un tratamiento a penas salga, son muchos los casos hoy en día de chicas como ella y no quisiera que sea parte del montón. — Respondió el médico para dejar a Enzo en aquel pasillo. 

El morocho se pasó la mano por la cara con preocupación, a pesar de saber sobre los problemas de Luna, pensó que había mejorado y que ya no se sentía así. Luna nunca fue capaz de contarle a nadie lo que fue su paso por el duelo de su padre y sobre el bullying que sufrió en la secundaria, tardó mucho en acomodarse a la vida aunque a veces no encajaba en ella. Realmente necesitaba ayuda y con rápidez, Enzo pensó en tantas maneras para ayudarla pero lo que ella tenía iba más allá de la que podía brindar él. El amor no lo cura todo. 

—¿Qué te dijo? — Preguntó Martina mientras le entregaba los papeles ya firmados sobre la internación. 

—Se tiene que quedar un día más. — Agachó la cabeza hacia los papeles en sus manos y leyó por arriba las cosas. — Yo me puedo quedar con ella. 

—¿No hiciste mucho ya? — Expresó molestia. 

—Mar. — Julián la codeó mientras la miraba. — No creo que puedas, Scaloni se va a dar cuenta que no estás y además, se nos viene la final encima. — El punto de Julián era bueno, pero Enzo era insistente y quería remediar su error. 

—Es sólo un entrenamiento, lo recupero un día antes del partido. — Chasqueó la lengua un poco nervioso y bajó la vista nuevamente. 

—No, yo no puedo permitir que te quedes con ella después de lo que hiciste. — Arremetió Martina sin pelos en la lengua y se soltó de Julián. — Yo me voy a quedar con ella. 

—Quiero arreglar lo que hice Martina, necesito que me dejes hacerlo porque sino... — Insistió nuevamente mientras se acercaba a la pareja con un poco de desesperación. — Sino la voy a perder para siempre, y yo no puedo soportar no tenerla a mi lado otra vez. Está bien, admito que si me fui a la mierda con lo que hice, pero este es el único momento que encuentro para poder remediar mi error. — Martina no podía confiar en él al igual que su amiga, sus actitudes eran bastante cuestionables y claramente no ayudaba en nada. 

La castaña dudó por un tiempo largo, aunque no sabía si realmente la iba a cuidar y quedarse con ella, decidió darle una segunda oportunidad para saber si valía la pena. Julián, por su parte, también desconfiaba de su propio mejor amigo debido al pasado y también por lo que había pasado recientemente con Valentina, pero se comprometió a darle una última oportunidad para cuidar a Luna.