𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Disimular.

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Quedaba un día para el partido contra Croacia, el ambiente era un poco intenso debido a que se trataba de una semifinal y era la más importante de los chicos. Las cosas venían bastante bien con Enzo después de todo, se podría decir que fortalecimos nuestra relación al hacerla pública con los chicos, aunque Leandro se había alejado demasiado de ambos. Entendía perfectamente su punto de vista y es que yo haría lo mismo en su situación, los sentimientos no eran mutuos y yo no podía obligarme a amar a otra persona. 

Estaba sentada al lado de Martina, quién cebaba mates durante el entrenamiento de los chicos, observaba a Enzo mientras practicaba con Julián y como ambos se divertían a la hora de hacerlo. No era un entrenamiento pesado debido a que tenían que estar plenos para el día siguiente, podía ver la confianza que había recuperado el equipo y como se esforzaban al máximo para lograr los objetivos. 

—¿Qué onda con el Enzurri? — Preguntó Martina mientras me daba otro mate, finalmente aprendió a hacerlos en una temperatura normal gracias a Julián.  

—Normal, ayer vimos una peli y hablamos un poco de la vida. — Alcé los hombros sin nada más que decir, creía que era lo suficiente para refutar mi respuesta. 

—¿Todavía no te pidió oficializar? — Bajé la mirada con una sonrisa extraña, demostraba incomodidad aunque ella no lo notara. 

La verdad es que yo no buscaba apurar las cosas, sentía que oficializar nuestra relación sería cortar una etapa de lo que sería nuestra historia. Volví a mirarlo mientras entrenaba y por un momento se me había pasado por la cabeza esas palabras, "mi novio". Tenía una imagen totalmente diferente de Enzo después de lo que había pasado durante este mes, oficializar me aseguraba un puesto en su vida que nadie me podría sacar, a menos que él lo permitiera, me prometía que no habrían personas a nuestro alrededor que se pudieran meter, a menos que nosotros quisiéramos eso. 

Era claro el mensaje, creía que la confirmación de lo que éramos terminaría de decidir que era suya de una manera metafórica, claramente era difícil que yo pensara de esa manera debido a mis experiencias pasadas, pero creía que Enzo era el indicado como para tener una relación en la que entregaría todo de mí. Era como una cura para mi, supo comprenderme, también ayudarme con mis problemas y controlarme, sabía que no habría una recaída en mi sí algún día pasaba por algo malo, decidí volver a la terapia para tratar ese tipo de temas. 

—No creo que sea el momento. — Agregué después de un largo tiempo sin mencionar nada. 

—Digo nada más, es una exclusividad que puede dejarte tranquila y disfrutarlo como quieras. — Dijo para culminar la conversación, los chicos se acercaban a nosotros en busca de sus botellas de agua y otras cosas. 

No iba a mentir, sus palabras si quedaron dando vueltas en mi cabeza después de un largo rato, tenía sentido lo que decía pero no me hacía dudar de lo que Enzo sentía por mi. Tenía que aprender a confiar nuevamente en él después de lo que había pasado y finalmente lo había logrado, ya no era sobre pensar sobre lo que él hacía todo el tiempo.

—¿Les pinta hacer karaoke hoy? — Cuestionó Julián con una sonrisa, yo asentí sin problema mientras que Martina y Enzo alzaron los hombros asegurando que no había drama.