𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

06

La canción.

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La semana se pasó volando y ya estabamos a sábado, el día de la joda en casa de Lucas. Aún creía que no era buena idea que Enzo fuera a la casa de mi ex, sabía como era y quizás eso me traería problemas en un futuro, esperaba infinitamente que no. En este momento nos encontrábamos en la casa de Martina terminando de prepararnos, Enzo se ofreció a pasarnos a buscar ya que no teníamos la manera de ir hasta la casa de Lucas. Estaba bastante nerviosa porque no lo había visto desde el lunes y simplemente eso era lo que causaba en mí. 

—¿Decís que le va a gustar la joda? — Pregunto un poco confundida, Martina alza los hombros sin respuesta y me ve salir del baño ya vestida. 

—¿Por lo turro decís? — Me rio ante la pregunta sarcástica de ella y me acerco para maquillarme un poco, después de todo, parecía un fantasma de lo pálida que estaba. 

—Que se yo, capaz no le va la onda "rock viejo".  — Contesto pasando el delineador por mis ojos, Martina me mira con cara de culo viendo que mis inseguridades comienzan a salir a flote otra vez. 

—Él te dijo que mientras estés vos iba a ir, no rompas las bolas Luna. — Dice en un tono que me causa risa debido a que me conoce muchísimo. 

Sentía que la noche iba a ser especial, tenía ese tipo de intuición y normalmente no me fallaba cada vez que tenía una sensación parecida. Los acercamientos entre Martina y Julián eran más frecuentes que hasta daba miedo, se volvieron muy cercanos y al parecer ya se gustan, o eso se ve desde afuera. Terminé de maquillarme un poco y me saqué una foto para subirla a mis historias de Instagram, creo que ya era costumbre el exponerme en redes sociales debido a mi trabajo, la verdad es que por fuera parecía que no tuviera vergüenza de nada pero por dentro a veces le pido a la tierra que me trague. 

La hora cada vez se acercaba más y no podía dejar de moverme por las ansias, normalmente me pasa eso antes de salir de joda, aunque no estuviera previando. Tenía nervios también por las acciones que podría llegar a cometer durante la noche, no sabría si podría controlarme si pasara algo de lo que después me arrepienta. El timbre del departamento me sacó de mis pensamientos sabiendo de quién se trataba, Martina salió a abrirle a los chicos para hacerlos pasar al living. 

—Ufff... — Murmuró Enzo al verme salir de la habitación, no pude evitar sonrojarme ante eso y simplemente los saludé como si nada. La bipolaridad se apodera de mi en estos momentos en los que no creo que Enzo Fernández me quiera chamuyar. — ¿Vamos? — Se tocó el labio inferior con su dedo índice sin alejar la vista de mí, creo que era una señal obvia de lo que nos pasaba. 

—Sí, ahí le aviso a Lucas que estamos yendo. — Digo sacando mi celular y agarrando mi cartera para finalmente irnos. Digamos que el vestido era bastante apretado y dejaba lucir mis curvas, al ser así la vista de Enzo se deslizó por todo mi cuerpo al pasar por su lado. 

El viaje fue un poco silencioso, sólo se escuchaba la música de la radio y el sonido de la calle. Martina y Julián se murmuraban cosas quizás para calentar el ambiente antes de llegar a la casa de Lucas, pero entre Enzo y yo sólo se repartía en miradas. Llevaba una camisa blanca con el segundo botón desabrochado, dejaba a la vista aquel tatuaje que le había hecho por primera vez y que después de mucho tiempo me daba cuenta de lo atractivo que lo hacía. Me mordí el labio inferior al verlo un poco para finalmente embriagarme en su fragancia que llegaba hasta mi.