𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Aprender a afrontar la tormenta I. 

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Luna caminaba de lado a lado mientras no encontraba el momento perfecto para hablar con Leandro, se encontraba frente a su habitación y veía como los demás jugadores pasaban por su lado mientras se reían de la ansiedad de la chica. El partido con Australia había sido un paso más a la victoria, se preparaban para aquel partido con Holanda dentro de dos días, claramente se tenía noción de lo que significaba ese partido. A Enzo se le dibujó una sonrisa al verla hablar sola en el pasillo, claramente estaba practicando que decirle y no meter la pata, eso había aprendido con él la primera vez. 

Se acercó a ella y una sonrisa se dibujó en sus labios, no tenía mucha idea de lo que estaba haciendo en el medio del pasillo pero poco le importaba la verdad, sólo quería verla. Desde aquella noche, Enzo no se despegó de la chica ni por un segundo de los últimos días, parecería como si esa hubiera sido la última acción para darse cuenta de lo enamorado que estaba por la morocha. Llevaba su uniforme, constaba de una camiseta azul junto a unos shorts blancos y las típicas zapatillas deportivas, tenía la manía de ponerse la campera sobre los hombros, otra debilidad a los ojos de Luna. 

—¿A quién esperas? — Enzo le sonrió y acercó un poco su cara a la suya, se agachó un poco a su altura para mirarla fijamente a los ojos. Luna se mordió el labio inferior llena de felicidad, no podía imaginarse ni un sólo día sin aquella sonrisa y esos ojos que la volvían loca. 

—Emmh... — Dudó bastante en responder a la pregunta, apretó los labios para evitar responder y vio a Leandro caminando hacia su habitación después de ver aquella escena. — Nos vemos después. — Dijo mientras se adentraba con un poco de cautela dejando totalmente confundido a Enzo, quien no pudo evitar hacerse la cabeza al verla entrar con rápidez. 

—¿Necesitas algo? — Preguntó con seriedad mientras evitaba a toda costa la mirada de la chica, ya sabía que todo estaba mal pero no esperaba tal desplante ante su intento de disculpa. 

—Perdón, te juro que... — Pausó para sentarse en la cama que le correspondía a Paulo, Leandro no fue capaz de voltear a verla y notar lo cuan arrepentida estaba por haber jugado con sus sentimientos. Luna sentía que era inútil hablar de esa forma, no parecía cooperar y estaba negado a escucharla. — Todo pasó muy rápido, no quería ilusionarte ni nada parecido. 

Un silencio se formó en la habitación, Leandro doblaba ropa para guardar en su valija y Luna simplemente lo miraba, ¿Qué más podía hacer? 

—Pensé que podíamos. — Dijo cortando aquel silencio tajante que los estaba asfixiando en el ambiente. Luna estaba dispuesta a escucharlo, quería saber lo que él sentía y si estaba en condiciones de perdonarla. — Giovanni y Victoria dijeron que eras buena, sé que si esa noche me hubiera animado a sacarte a bailar, todo sería muy diferente. — Continúo refiriéndose a la fiesta post partido con México, la verdad era que desde lejos vio como Luna besó a Enzo y que ese pudo ser él si tan sólo se hubiese acercado primero. 

En el fondo, Leandro estaba más desesperado por encontrar una nueva madre para sus hijos, creyó que Luna podría ocupar aquel puesto sin darse cuenta que eso nunca llenaría ese vacío que dejó su separación. Luna se sintió apresurada y presionada, no lo conocía mucho como para iniciar algo con él y cargar con una responsabilidad que jamás había tenido, después de todo, ella sólo tenía 19 años, aún seguía siendo una "adolescente".