19

8.8K 514 71
                                    

Tensión.

┉┅━━━━━━━━━━━┅┉

Quedaba un día para el gran partido de Argentina contra Arabia Saudita. Realmente no entendía como los chicos estaban bastante relajados y con ganas de tatuarse aún sabiendo que es el primer partido del mundial que van a jugar. No estaba muy de acuerdo con tatuar a los jugadores previo un partido pero al parecer, al cuerpo técnico tampoco le importaba mucho lo que hicieran fuera del campo de juego. Me encontraba yendo a la habitación de Leandro con mi maletín y con cierto nerviosismo, muy nuevo en mi ya que nunca solía ponerme nerviosa a la hora de tatuar a alguien, por más que fuera un jugador de futbol. Llegué finalmente a la habitación 220 y toqué varias veces, abrió la puerta Exequiel Palacios con una sonrisa y escaneándome de pies a cabeza antes de pegar un grito:

—¡Lean, llegó Luna! — Abrió aún más la puerta dejándome ver que estaba todo el plantel en la misma habitación, algunos estaban en un partido de truco mientras otros estaban jugando a la play o tomando mates. Las miradas se dirigieron a mi haciendo que me sintiera bastante avergonzada, peor fue cuando vi a Enzo sentado en la cama mientras estaba jugando a la play con Julián.

—Que bueno que llegaste, ¿Querés unos mates? — Dijo emocionado y pasando su brazo por mis hombros haciéndome pasar a la habitación. Literalmente no faltaba ninguno de los chicos, estaban todos y cada uno de ellos mirándome como si fuera un alienígena.

—Paso, me cae mal el mate a la noche. — Dije para dejar mi maletín al lado de Enzo, este no me sacó la vista desde que había puesto un pie en la habitación, Julián le llamaba la atención para que activara con el juego pero la distracción parecía ser más grande para él. — ¿Qué tenías pensado hacerte?

Hablé con bastante timidez ya que no podía evitar sentirme así entre tantos hombres, realmente no sabía que estarían todos y tampoco tenía en cuenta que podría llegar a estar Enzo. Leandro me mostró una foto de lo que sería la bombonera junto a un nene con la camiseta del 5, del otro lado se trataba de una playa con dos nenes mirando hacia el mar, podría decir que me causó mucha ternura ver como sus ojos brillaron a la hora de señalar cada cosa con lujo de detalles.

—En el pecho quería hacérmelo. — Un completo déja vu se hizo presente al recordar las sesiones que solía tener con Enzo en el pasado, no me permitía pensar en esa época por obvias razones pero en ese momento me fue inevitable.

Era un tatuaje extenso, casi que se podría hacer en dos sesiones si me ponía las pilas hoy. Tenía pensado en empezar por la playa ya que tenía menos detalles que la bombonera, revisé con detención cada sombra de la foto y claramente era más fácil empezar por ese. Leandro se descambió delante de mi haciendo que mis mejillas ardieran con facilidad, tragué fuerte al ver que su cuerpo era perfecto pero rápidamente saqué la vista de encima y me dediqué a preparar el soporte de ese lado. Se recostó en la misma cama donde estaban Enzo y Julián sentados en la punta, la tensión que causaba en el aire la mirada que Enzo me había clavado era muy fuerte, tenía la mandíbula tensa y bastante rígida, como si no le agradara lo que estaba pasando.

Preparé las cosas y me acerqué a la distancia establecida del tatuaje, la fragancia de Leandro me había dejado un poco tonta en el momento en que se impregnó en mi. Comencé a manejar la aguja en su piel, noté ciertas miradas sobre mi que me incomodaban un poco, el ser la única mujer en la habitación hacía que fuera mucho más difícil no ponerse nerviosa.

—Que lindo, — Dice Leandro mientras corría un mechón de mi pelo para observar mejor el colgante que tenía en mi cuello. Lo miré a los ojos sintiéndome vulnerable ante esos ojos azules que parecían ser hipnóticos, sonreí un poco tratando de no sonrojarme por el tacto que estaba ejerciendo en mí. — y que linda también. — Bajé la vista con rápidez hacia el tatuaje antes de que se me notara mucho lo sonrojada que me había puesto, el calor era insoportable en mi cuerpo y realmente me había puesto más nerviosa con ese alago.

𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora