𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Cassette.

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La fiesta había culminado en el momento donde Scaloni entró al salón por sorpresa, descubriendo que los jugadores habían roto la concentración. Eran las 4 de la mañana y Luna volvía a su habitación mientras recibía mensajes de su familia, debido al cambio de horario entre ambos países, ella aceptaba las felicitaciones como si de ambos días se tratara. 

Sonreía a su celular como una tonta hasta que llegó a su habitación, mantuvo la vista en el piso pero al abrir la puerta sus ojos se iluminaron por completo. Sobre su cama se encontraba un corazón hecho en pétalos de rosas junto a unos chocolates, sus preferidos, Luna ya sabía de quién se trataba aquel regalo y prefirió fingir que Enzo no la conocía tanto como pensaba. La puerta se abrió dejando ver al morocho en su uniforme de entreno, aquella campera celeste con las dos estrellas en el escudo y esos shorts sueltos pertenecientes al equipo. 

—Llegaste antes. — Afirmó Enzo al verla con sorpresa en la habitación, ella simplemente se rió al descaro que tenía y se acercó a ella. 

—¿Te ayudó Martina? — Preguntó mientras observaba la cama otra vez sintiendo que no se merecía nada de eso. 

—Por una caja de bombones le podes sacar las palabras fácil. — Ambos se rieron debido al comentario y él decidió avanzar un paso más hacia ella. 

Enzo aún sentía nervios al estar cerca de ella, parecían dos adolescentes expresando su amor por primera vez. Luna sabía hacia donde iba todo esto, no quería saber que pasaría después pero decidió que sería mejor vivir el momento antes de poder pensar en todo lo malo que vendría después. Habían tantas razones por las que ellos no podían estar juntos, Luna viajaría a Londres en poco tiempo mientras que Enzo seguiría en Portugal debido a su trabajo, obviamente una relación a distancia no funcionaría para ellos, no con lo que se querían. Luna requería repararse a sí misma antes de poder estar con Enzo, necesitaba llegar a esa paz mental para construir algo sólido en su vida, pareciera que el destino no quisiera que ambos estén juntos. 

Luna volteó a mirarlo a los ojos, Enzo odiaba ser cursi en ciertos sentidos y hasta le causaba vergüenza comportarse detallista con las chicas que le gustaban. Las palabras no le salían, el corazón le bombeaba a mil por segundo y buscaba las palabras necesarias mientras sus manos temblaban. ¿Por qué tan nervioso?, Enzo se sentía así junto a Luna y no había una razón correcta del porqué, quizás era por la mirada fuerte que tenía la chica y como lo conquistaba cada día más, ¿Había madurado?; capaz, pero cada vez que estaba al lado de ella se sentía como la primera vez que la vió. 

—Emmh... — Sacó una cajita del bolsillo de su pantalón con nerviosismo y se la extendió a las manos frías de la chica. — Quería que fuera algo especial y sé que te encanta la música, es una de las cosas que más te gustan. — Su voz parecía un poco temblorosa, era increíble como cambiaba frente a ella. 

Luna miró extrañada la caja, la abrió encontrándose con algo que hizo que su pulso se acelere con sólo verlo. "Canciones que me recuerdan a vos", una cassette con ese nombre sostenía en sus manos con una sonrisa imborrable, fue el mejor regalo que le podrían haber dado y le gustaba más que no fuera algo caro o muy material. Luna era fanática de los regalos hechos desde el corazón, una emoción se hizo propia en su cuerpo al leer las canciones que estaban escritas en el reverso del cassette. No podría describir como su corazón latía, saltaba de su pecho y aunque se aguantaba las ganas de llorar, su sonrisa de emoción la delató.