𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Incondicional.

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Caminaba por los pasillos del hotel junto a Julián, aún me mantenía en shock por la noticia de Luna, se supone que debería sentirme feliz por ella pero todo eso me provoca una sensación de egoísmo que no me deja pensar con claridad las cosas. Creía que ambos podríamos estar juntos finalmente y yo podría ayudarla con sus problemas, como encontrar un buen terapeuta para ella, pero en vez de eso, todo tiene un obstáculo para evitar que estemos juntos. 

Scaloni retaba al plantel debido a la fiesta clandestina que hicimos anoche para el cumpleaños de Luna, creo que era lo que menos me interesaba en ese momento, entre la final y Luna, no había espacio en mi cabeza para pensar en algo más. Nunca me había enterado de ese sueño que tenía, pensé que lo de tatuadora era lo que quería para su vida pero veo que cada día me sorprende un poco más. 

—¿Estás bien? — Preguntó Julián por lo bajo mientras me codeaba. 

—Luna me dijo que se iba a Londres. — La expresión de Julián fue bastante clara, no pudo engañarme y eso significaba que él ya sabía, seguramente Martina le había dicho algo. 

Agachó la cabeza un poco apenado mientras Scaloni terminaba con el discurso de que teníamos que ser más responsables con respecto a la final del mundial, habíamos llegado tan lejos y era un poco boludo arruinarlo por una joda. Quería mantenerme relajado para lo que quedaba del entrenamiento, realmente quería convencerme de que sería mejor que Luna hiciera lo que ella quisiera, aunque no podía con el pensamiento de tenerla a kilómetros de mí. 

Dolía bastante, no importaba cuantas cosas hiciese, nunca estaríamos juntos. Cometí bastantes errores en el pasado con ella y ahora me arrepiento demasiado de ellos, ni siquiera sé porque dije e hice esas cosas, seguramente por pendejo inmaduro que no sabía lo que quería. Mientras le pasaba la pelota a Julián en toques para calentar, no dejaba de pensar en que hubiera pasado si hubiera hecho las cosas bien desde el principio, sé que arrepentirse del pasado es en vano porque nada va a cambiar pero es un sentimiento imposible de evitar cuando te das cuenta que trataste como basura a la persona que más amas. 

—¿Y qué le dijiste? — Dijo queriendo revivir la conversación nuevamente. 

—Que estaba bien, si era lo que ella quería. — Alcé los hombros junto a un puchero, intentaba evitar el dolor en mi pecho al hablar del tema, pero parecía imposible. — No sé qué hacer Ju, no quiero que se vaya y menos sola, no quiero dejarla otra vez. — Expresé con frustración.

—Entonces lucha por ella, hermano. — Recalcó aquella palabra mientras intentaba animarme para seguir adelante. — Lucha para que las cosas funcionen, vos sabes más que nadie que pelearla hasta el final sirve de algo. Miranos ahora, estamos por jugar una final del mundo en nuestro primer mundial, sí no la hubieses peleado desde chico no estarías acá. — Palmeó mi pecho para que levantase la mirada, como siempre hizo. 

Julián era una persona esencial en mi vida, siempre estuvo ahí para mí y de igual manera lo estuve para él. Desde River nos cuidamos y nos apoyamos en todo, se podría decir que es mi mejor amigo y que me sentiría vacío sin él. 

—Gracias, hermano. — Dije con una media sonrisa para terminar en un abrazo. 

Nos emocionaba bastante jugar nuestro primer mundial juntos, además de la final, me recordaba a los viejos tiempos en los que éramos uno solo adentro de la cancha. Tenía razón en lo que decía, pelearla quizás me ayudaría a recuperar a Luna como antes.