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Aprender a afrontar la tormenta II (Juntos).

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Luna entró a la habitación un poco más relajada que antes, un peso menos era lo que necesitaba para seguir adelante y aunque era lo mejor para los dos, algo le dolía tener que desprenderse de alguien que estuvo con ella en su momento más difícil. Una persona no puede escapar de sus confusiones con otras, por más que lo intente, esa pequeña confusión se hará más grande y será peor. 

No podes llenar un espacio vacío con una persona pasajera, el tiempo va a pasar y ese vacío se hará más grande al ver como la persona que creías la correcta, se escapa de tus manos. No te aferres a lo que se puede escapar como una fuga, el peor dolor es el de la ilusión y recuperarse lleva tiempo. 

—¿Estabas con Leandro? — Preguntó Enzo con la vista en el celular, claramente mostrando cierta molestia por la visita a la habitación del jugador. Luna siempre fue lenta en captar expresiones en ese sentido, no sabría si estaba enojado o le preguntaba por pura curiosidad. 

—Hablé con él para aclarar algunas cosas, nada más. — Sonrió ingenua y se dirigió al balcón, sacó un paquete de cigarrillos de su cartera y prendió uno mientras miraba la gran noche estrellada desde las alturas del edificio. Volteó a mirarlo viendo que él no apartaba la vista de su celular, tenía la mandíbula tensa y el ceño fruncido, algo que causó mucha confusión en Luna. — ¿Pasó algo? — Preguntó aún mirándolo, Enzo ni siquiera fue capaz de mirarla para mostrarle una de sus sonrisas y aclararle que todo estaba bien. Esto hizo ruido en la cabeza de Luna. 

Un silencio se hizo presente en la habitación, claramente algo no andaba bien y se empezaba a notar de a poco. La chica se apoyó en la pared mientras inclinaba su cabeza en dirección al morocho, le clavó la mirada por varios minutos esperando a que una palabra saliera de su boca, pero no se esperaba que el chico le dijera las siguientes palabras:

—No me gusta que estés cerca de él. — Rompió el silencio dejando su celular de lado, se cruzó de brazos y mantuvo la mirada lejos de la chica, ella se sorprendió al escucharlo y soltó el humo hacia afuera. 

—No pasa nada con él, ¿Por qué pens-? 

—A vos no te pasa nada, pero a él si y eso me molesta bastante. — Con una voz bastante seria le habló, se podría decir que la chica se sintió un poco atacada por la forma en la que lo dijo. La canción de fondo no ayudaba mucho, la misma canción que provocó esa inseguridad en Enzo hace un par de segundos. 

Luna estaba llena de preguntas, no entendía como Enzo podía desconfiar de ella después de lo que hizo por amor a él. Nunca pensó que las discusiones entre ellos llegarían tan rápido, al parecer era un tema que jamás habían tocado pero que era muy latente entre los dos. 

—Hablé con él para decirle que estamos juntos. — Se defendió tratando de calmar los celos del morocho, Enzo se levantó de la cama para estar frente a frente y hablar haciendo contacto visual. 

—¿Tenías algo con él? — Desconoció por completo aquella personalidad que tenía Enzo en ese momento, volcó los ojos mientras chocaba su cabeza contra la pared soltando aire. Un poco irritada, terminó lo que quedaba del cigarrillo de una calada. 

—Si lo tenía o no, ya pasó y no existe más. — Respondió con frustración y tiró la colilla del cigarrillo en el balcón después de apagarlo con el pie. Enzo sentía que no lo tomaba en serio, como si a Luna le importara poco como se sentía y que le molestaba.