𝗧𝗔𝗧𝗧𝗢𝗢 | 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇 ©

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Cercanía.

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El viaje había sido bastante largo, era bastante increíble como los festejos aún continuaban arriba del avión. Luna había llegado a su casa hacia ya una hora, le contaba a su mamá todo lo que había pasado en ese mes y como había vivido la final del mundo, obviamente evitó el detalle de que casi no llegaba a ese domingo. 

No quería preocuparla, desde que llegó se había comprometido a buscar un buen terapeuta para empezar a sentirse mejor después de tanto tiempo y llegar a esa paz deseada. Subió a su habitación para desempacar mientras esperaba la llegada de los directores para la charla sobre la academia, estaba un tanto nerviosa debido a que no sabía que ponerse o como comportarse con ellos, sentía un gran nudo en su estómago. 

Su hermano entró en la habitación con una sonrisa y se sentó en su cama mientras la veía preocupada, quedaba sólo media hora para que llegasen. 

—No entiendo qué es lo que te preocupa, ya entraste a la academia. — Dijo aquel chico de 15 años, quién había sido el mejor compañero de Luna durante toda su vida. 

—Me preocupa causar una mala impresión. — Contestó. 

A pesar de ser hermanos, eran totalmente diferentes el uno del otro, hasta los profesores del colegio donde iban solían compararlos todo el tiempo. Ariel era más extrovertido y le importaba poco lo que la gente pensara de él, le gustaba proteger a su hermana de cualquier persona y también defender a su familia. Luna era lo opuesto, era introvertida y se hacía la cabeza por cada cosa que las personas dijeran de ella. 

Ariel encendió la televisión para ver como iba el paseo de La Scaloneta hasta el obelisco, Luna se sentó a su lado para ver las noticias y sonrió al ver en primer plano a Enzo, estaba junto a Julián que ya tenía varias copas encima, estaban colorados por el sol y llevaban jarras de cerveza en sus manos, la locura era extrema. Había mucha gente y el micro no avanzaba, se estimaba que habían 5 millones de personas. 

—Lo están buscando varios clubes de Europa. — Comentó Ariel viendo a Enzo en la tele que festejaba con una gran alegría encima, Luna bajó la mirada y continuó guardando su ropa, encontrando entre ella el cassette que le había regalado para su cumpleaños. 

Lo miró por varios minutos, sintió que sería una buena decisión ir a la academia y no dejar que un amor la detuviera. Aún faltaban meses para que empezara el semestre y tenía que quedarse en Argentina para juntar plata, no sería fácil empezar en un nuevo país y debía tener unos ahorros para ello. 

—Seguro. — Respondió ella después de observar el cassette por última vez y guardarlo en su cajón. 

—¿Pasó algo entre ustedes? — La pregunta la dejó pensando, tanto que dejó de hacer lo que estaba haciendo debido a no saber qué decir. 

¿Qué si había pasado algo entre ellos?, no había calificativo para nombrar lo que pasó en ese mes y hace un año. 

—No, nada. — Contestó cortante. 

Ariel la miró preocupado, el "No, nada" de Luna significaba muchas cosas siempre y no necesitaba saber de lenguaje corporal para ver su reacción. Sabía que algo había sucedido entre los dos, pero también sabía que probablemente deberían despedirse para siempre debido a los países de diferencia y otras cosas. Simplemente salió de la habitación para dejarla tranquila, ella comenzaba a prepararse para ver a los representantes de la academia, se guardaba las lágrimas para el momento indicado en donde debería dejarlas salir.