cuatro:

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Pero, sin ser pesimistas, MinGyu no volvería a recordar que Boo SeungKwan existía. Era como un ciclo natural en el que el cumpleañero concurre con poco menos de la mitad de sus invitados, y entre ellos no estaba SeungKwan.

Todo volvía a ser blanco y negro como la primera serie de la familia Addams, negro como un agujero cuyo fin es el carbón restante del núcleo, deprimente como un siete para SeungKwan en su libreta de calificaciones y gris como el cielo del día de la siguiente semana, que llevó a la normalidad todo lo que estaba instaurado desde siempre.

Cuando fueron a la hora del almuerzo, era como si el cumpleaños de MinGyu nunca hubiera existido, y todo mundo lo olvidase, o solamente se sentía violento para SeungKwan que MinGyu no se hubiera acercado a saludarle.

—¿Ocurre algo para que lleves esa cara de perrito recién regañado? —le preguntó Hansol a SeungKwan tras sentarse para comer.

—¿Yo? —pretendiendo no saber de lo que está hablando.

—Estás con una cara larga y un paso muy lento. Extraño es cuando estamos en hora de almuerzo y nos han dado croquetas de pescado. —clavó una con su tenedor y se la comió.

—No, creo que estás exagerando; estoy bien, solo que sigo con sueño.

—Te veías muy despierto en clase de matemáticas. Sé que te gustan, pero el sueño es más poderoso que disfrutar de un placer. —come otra croqueta—. ¿No vas a comer?

—No lo sé. Se ve muy bueno, pero no tengo hambre. Solo quiero dormir.

—SeungKwan, primero no quieres acabar tu refrigerio y ahora el almuerzo. Con razón tienes sueño, si no estás comiendo. ¿Cómo quieres que te llegue energía al cerebro?

—Así no funciona...

—Solo trato de explicarlo de la manera más accesible para mí. ¿Comprendes lo que quiero decir? No comida es igual a no energía. Eso debe ser fácil para ti, pero, por eso mismo, lo estás evadiendo.

—Comeré, con tal de que me dejes en paz.

—Solo estoy preocupado. —le acercó su bandeja, apegado hasta sus torso—. No te tortures más y come.

Miró su bandeja y se liberó por un momento de la encadenada idea de que comer aquel almuerzo lo haría engordar más. Agarró su tenedor con lentitud y examinó cuál croqueta sería la primera en comer. Pero, como se habrán dado cuenta, había un grupo que se reía a espaldas, pensando que SeungKwan no los notaba. Lamentablemente no estaban detrás, sino al frente de ellos.

—¿Algún problema, Jeonghan? —dijo Hansol en un molesto tono.

—¡¿Yo?! —comiendo un poco de arroz—. No, ¿por qué la preocupación?

—Es muy preocupante que alguien se ría sin razón alguna. La gente normal no se ríe de la nada.

—No, en serio, no me río de... ¡Ja, ja, ja! —casi estalla en carcajadas cuando uno de sus amigos le susurra algo en su oreja, mientras miraba a Hansol y SeungKwan.

Hansol era consciente de que Jeonghan perseguía a SeungKwan para molestarlo. Sin embargo, nunca en la hora del almuerzo, lo que puso en aprietos a ambos, con la opción de escapar o quedarse y soportar silenciosamente, haciéndose sordos y aburriendo a Jeonghan con su insistencia. Nada ayudó, y fue una patada por debajo de la mesa para SeungKwan que enfureció a Hansol.

—¡Eres insoportable! — se paró enojado, casi lanzando su bandeja al otro extremo—. ¿Qué te divierte en molestar a la gente?

—¿Qué te he hecho yo para que me trates de tal déspota manera, Hansol? —negando todo cínicamente.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora