cuarenta y nueve:

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El quinteto acaban de terminar de ver "Crepúsculo", en el departamento de Chan sobre las tres del día de un gris domingo, porque secretamente les gusta el romance de carácter exagerado, irreal y ridículo; les divierte las escenas risibles por lo melindroso de sus personajes. MinGyu es quien mejor la pasa, ya que sus vacaciones estaban por acabar en la siguiente semana y, luego de eso, regresará a lo que su agenda ordene.

La siguiente semana serán ocho semestres cumplidos para Chan, Wonwoo y HyunSik en la carrera de contabilidad, y con las vacaciones y la navidad respirando en sus nucas, ya han estado planeando improvisadamente adónde irán con sus familias.

—¿No quieren comer algo más? —ofreció Chan mientras se ponía de pie.

—¿Queda más almuerzo? —preguntó HyunSik, confundido—. Pensé que SeungKwan se había terminado de tragar la lasaña.

SeungKwan ni se inmuta ni lo ve. Sabe que HyunSik lo molesta por placer, para probar su fortaleza.

—No hablo de lasaña, hablo de algún postre. Pedí dos docenas de daifukus en la pastelería que queda a dos cuadras.

—¿Crees que les haya sobrado? —preguntó Wonwoo.

—Siempre tienen en casos como estos.

—Yo iré. —se levantó—. Quiero llevarle una docena a mis papás. Ellos también los adoran.

—¿Alguien más quiere ir?

Los tres negaron por una sencilla razón de flojera. SeungKwan apagó la televisión cuando Chan y Wonwoo se fueron, y se dirigió al baño para lavarse el rostro, debido a que le estresa convivir muy seguido con HyunSik y en la calaña que lo somete cuando lo mira y sonríe con ironía. Cuando está por ingresar a la sala, se sobresalta y se oculta nuevamente en el pasillo, y el exceso de aire agarrado, por tratar de liberarlo a la vez, lo enmudece, porque MinGyu y HyunSik se están besando. MinGyu está sentado en el sofá y HyunSik sobre sus piernas. Ambos miran a SeungKwan cuando pone el primer pie en la sala, le sonríen y se levantan. Las piernas de SeungKwan se derriten y su pavor al ver a ambos acercarse mata el ímpetu de su huida, como si ambos fuesen criminales.

MinGyu lo agarra de su muñeca, lo atrae a él para aplastarlo contra su pecho, para que HyunSik termine de comprimirlo por detrás. Todo lo que ve SeungKwan, cuando alza la mirada, es a ambos besándose, y todo lo que siente es la mezcla más perversa que el asco y la excitación del rojizo miedo. Pero SeungKwan, sin pensar de manera egocéntrica, puede apostar a que nadie lo ha pasado de forma tan incómoda y descarnada como él.

—¿Por qué no me dijiste que te habías revolcado con Kim MinGyu antes de que él fuera famoso? —preguntó HyunSik mientras le frota su erección en la espalda baja.

—Debiste haberme dicho que te acostabas con HyunSik. —da un beso en la frente de SeungKwan y acaricia una de sus mejillas.

—Hace dos días me enteré de tus aventuras con MinGyu, mientras hablábamos de ti, y nos reunimos en su cuarto de hotel esa misma noche.

—HyunSik es muy bueno —engrosando y acentuando la voz—, muy pero muy bueno.

—Oh, MinGyu, no sabes lo mucho que me prendes desde tu primer partido. Agradezco que el viernes me hayas dejado cumplir una de mis fantasías.

—Tú sí sabes cómo moverme.

—Lo sé.

Se detuvieron para deshinchar la erección en ambos y en la creciente de SeungKwan, quien se siente humillado.

El viernes, después de que el semestre haya llegado a su fin, todos fueron al cuarto de hotel de MinGyu para celebrar, pidieron cervezas fuertes, botanas dulces y un cóctel en un carrito. Chan no perdió oportunidad en solicitar una caja de daifukus de cualquier sabor. Mientras tanto, Wonwoo prefirió mantenerse al margen con todo, pero en medio del festejo se había mareado por los fuertes olores a las latas de cervezas vacías que MinGyu y HyunSik dejaron tiradas. Chan se ofreció a ir junto a él abajo, al patio del hotel, a las terrazas, piletas y atracciones.

I've Always Loved U • VerkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora